Seguimos con el recorrido por el salmo 119. Un capítulo dedicado completamente a la Palabra de Dios;
recorrido que, cuando lo caminamos somos en gran manera confrontados acerca de
nuestra actitud ante ella.
En este día vamos a meditar sobre la letra VAU, que
contiene los versículos 41 al 48, y dice así:
Venga también a mí
tu misericordia, oh Señor,
tu salvación,
conforme a tu palabra.
Y tendré respuesta para el que me afrenta,
pues confío en tu
palabra.
No quites jamás de
mi boca la palabra de verdad,
porque yo espero en
tus ordenanzas.
Y guardaré
continuamente tu ley,
para siempre y
eternamente.
Y andaré en libertad,
porque busco tus
preceptos.
Hablaré también de
tus testimonios delante de reyes,
y no me avergonzaré.
Y me deleitaré en
tus mandamientos,
los cuales amo.
Levantaré mis manos
a tus mandamientos,
los cuales amo,
y meditaré en tus
estatutos.
El salmista tiene un enorme y tremendo amor hacia Dios. Le
busca de forma insistente, y lo más lógico y natural es que hable y hable
constantemente de Él.
NO podemos nunca decir que tenemos un amor profundo por
Dios y su Palabra y nunca hablar ni de Él, ni de su Palabra, ya que como dice
la Biblia: de la abundancia del corazón habla tu boca. (Lucas 6:45c)
Pide
a Dios por misericordia, por salvación pero acorde a Su Palabra; el salmista no
quería ser salvado por ningún otro método o medio, su súplica y ruego se
trataba del salvamento que sólo Dios puede brindar y entregar.
¿En
medio de los conflictos y dificultades que se presentan en tu vida, a dónde acudes?
¿En quién o en qué buscas tu rescate y salvación?
¿Es
la Palabra de Dios la primera opción en la hora de la prueba y sufrimiento en
tu vida?
Él
tenia su confianza en el sitio adecuado y mientras espera en Sus ordenanzas le
pide a Dios que no quite de su boca la palabra de verdad con el propósito de
guardarla, no solo por un día, sino para siempre.
¿Tienes
toda tu confianza puesta en las promesas de Dios?
¿Mientras
esperas respuesta de Dios permaneces reflexionando y pensando en sus promesas?
¿Guardas
su ley sin importar las circunstancias?
En
el versículo 45 él declara que "andará en libertad" porque busca Sus
preceptos. nos enseña que el salmista no se sentía esclavo por todos estos
mandatos, o preso por tener que cumplir todos estos estatutos, él afirma que
¡andará en libertad! ¡Esa es la obra de Cristo para quienes ponen su
confianza en Él!
Él
murió en una cruz para que podamos ser libres y caminar en libertad, para que
sus mandamientos no sean una carga sino un deleite y placer.
¡No
hay nada mejor para el hombre que andar en los estatutos del Señor!
Libertad que impulsa al salmista a presentarse ante
reyes y autoridades para contarles de las maravillas de Sus testimonios; no existe
la vergüenza, solo la seguridad y la confianza en Su Palabra.
¡Deléitate
en sus mandamientos, ámalos y medita en ellos!
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