Mostrando entradas con la etiqueta Encuentro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Encuentro. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Orar, amar


 Richard Foster, en su libro La Oración, nos recuerda que "si realmente amamos a las personas, desearemos para ellos mucho más de lo que tenemos a nuestro alcance darles, y esto nos llevará a orar. Interceder es una forma de amar a otros"



Estoy de acuerdo en que la oración como poder, como acción, tiene mucho alcance; por medio de ella nos comunicamos con nuestro Señor. Es un arma de salvación, de sabiduría, de poder llegar a rincones que de otras maneras no se podría... 
Me gusta charlar todos los días con Dios, contarle lo que pienso, como me siento, aclarar mis dudas, agradecerle, interrogarle, pedirle. Es muy efectiva para entrar en razón en momentos de decisión, Dios oye, Dios responde. 
Más allá de ello, uno a veces se olvida de cuando nos piden orar por alguien o por muchos, no sé si es porque tendremos la costumbre, como individualistas o desconsiderados que somos, de olvidarnos de los demás, del que tenemos al lado... 
 -->¿Podes decir que sos una persona que se esfuerza intensamente a favor de los suyos en sus oraciones? 
 -->¿Qué te impide que pase mas tiempo orando por tu gente?
 -->¿Sobre qué oras cuando oras por los otros?

"Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros,
  para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz". Santiago 5:16 (NVI)

 Pablo frecuentemente oraba por las iglesias que había visitado o fundado, en su carta a la ciudad de Filipos, a su gente, a la iglesia, comienza diciendo:
 "Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros". Filipenses 1:3-4 (NVI)
En Tesalonicenses:
"Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes cuando los mencionamos en nuestras oraciones". Tesalonicenses 1:2 (NVI)

Pablo como ejemplo de muchos creyentes vemos a Eprafás quien lo imitaba. En versículos se lo caracteriza por ser un hombre de oración, con ardor en el corazón para hacerlo y con discernimiento al pedir que se cumpliera (por aquellos que pedía) resultados eternos, que pudieran estar firmes, que fueran perfectos y seguros de la voluntad de Dios, no dejándose llevar por limitadas peticiones que tenían que ver con detalles temporales de esta vida.
"Les manda saludos Epafras, que es uno de ustedes. Este siervo de Cristo Jesús está siempre luchando en oración por ustedes, para que, plenamente convencidos, se mantengan firmes, cumpliendo en todo la voluntad de Dios". Colosenses 4:12 (NVI)

Carecemos de hombres de oración, de hombres de la intimidad, de hombres como Epafras. Quizá los colosenses nunca habrían conocido las acciones de amor de Epafras con respecto a ellos si el Espíritu Santo no hubiera hecho mención de los mismos.
Un ejercicio para poder imitarlo, para no olvidarnos de nuestro al rededor, de quienes también podrían estar orando por nosotros es armar una lista de todos aquellos por los que quisiéramos orar, cercanos o lejanos, amigos y enemigos. Interceder en oración también es amar. Es amor hablarle a Dios bendiciendo a otros, también abre canales para la acción de Dios, para que él intervenga. ¡Que arda en nosotros las ganas de orar, y así, de amar de esta manera...!


martes, 19 de agosto de 2014

¿Puede el cristiano ver películas de terror?



Tengo en claro que hay mucha diferencia de opinión en cuanto a este tema, y sé que pueden darse extensos debates, pero como cristianos nos regimos por una ley, que es la palabra de Dios.
Ésta dice en Efesios 5:11: "Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, reprendedlas. Otras versiones dicen: desenmascaradlas, impugnadlas, reprobadlas y redargüidlas."

Cuando hablamos del género “Terror” hablamos de un género cuyo objetivo es darte entretenimiento mediante el miedo. La Biblia dice que no debemos tener nada que ver con este mundo y los demonios (Rom 12:2, 1 Cor 10:20). Un sentimiento que te lleva a dudar de la seguridad y paz que te proporciona Cristo.
Paradójicamente, leemos versículos que nos motivan a confiar, a levantarnos el ánimo y a esforzarnos como puede ser: Josué1:9; Isaías 41:13, etc… y después ahogamos esto con películas que nos hacen tener miedo cuando apagamos la luz. A Dios no le agrada que dudemos de él.
Por otra parte sabemos que muchas de estas películas son basadas en hechos reales y mientras las vemos y nos asombramos al ver personas que no pueden ser exorcizadas o demonios que tienen gran poder, de cierta manera exaltamos y alabamos el poder de Satanás, cosa que para un hijo de Dios es inaceptable.
Otros géneros como el romántico, te llevan como objetivo central, el amor (siempre hablando de películas que pasen el filtro); las cómicas, a reír; pero el terror, lleva al temor a las obras de Satanás. Temamos solamente a Dios.
Este género terrorífico altera tus sentidos alimentando de cierta manera tu subconsciente, muchas veces incitándote a investigar o simplemente a tener presente todo el día esas imágenes satánicas en la cabeza.
Hay muchos casos de posesión demoníaca a través de oír palabras sin sentido. ¿Sabes qué significa cada palabra que recitan los “magos” para hacer sus “conjuros”? Podría citar testimonios de cineastas, pero no lo quiero hacer muy extenso.
Debemos saber que, entre más participación tenga Satanás en la película, más realista se verá…
2 Cor. 6:14 dice que no nos unamos en yugo desigual porque no hay compañerismo con la luz y las tinieblas, pasaje que usamos mucho para elegir pareja pero no para juzgar las demás cosas, que por demás está decir que somos luz.
Es bueno conocer de la obra de Satanás, siempre y cuando ésta sea alumbrada a través de la luz de las Escrituras.
Al cristiano le es de provecho pasar 120 minutos admirando la obra de Dios, que la de Satanás.
No permitamos que nuestro corazón se llene de toda esta mala influencia.

Escrito por: Joel Martinelli

lunes, 9 de junio de 2014

Una obra en construcción

     

      Cuando iba a la escuela primaria cruzaba todos los días por una esquina en la que tiempo atrás había un terreno vacío; sólo pasto en ese lugar. Pasaron días y meses, hasta que pude ver que habían puesto ahí unos ladrillos y otros materiales. Más adelante fueron construidos los cimientos, y poco tiempo después vi que habían levantado unas paredes. Había visto todas las semanas como iba avanzando la construcción, y después de haber empezado la secundaria, vi al pasar por ahí que esa construcción que de a poco vi avanzar, hoy es una hermosa casa.
      Si no hubiese sido por los constructores que trabajaron día tras día en ese lugar, sólo hubiesen quedado los materiales, solos y sin ningún propósito. Era una obra que alguien comenzó, y que de a poco se fue terminando.
      En la Biblia podemos ver que Pablo le dice a los Filipenses:
“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes
la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”
(Filipenses 1:6, NVI)
      ¿Quién es el que comenzó una obra en ellos, quienes estaban en Filipos? El mismo que también empezó una obra en vos y en mí. Dios trabaja en la vida de sus hijos amados.
      Cuando nos encontramos con Dios y cuando leemos Su Palabra nos damos cuenta de la condición de nuestro corazón, vacío y en ruinas a causa del pecado. ¡Un terreno en el que Dios quiere obrar!

      Esta buena obra es Dios quien la puede hacer. Él es quien puede nos transformar, corregir, restaurar y llenarnos de Él. Nuestra parte es rendirnos a lo que Él quiere hacer en nuestra vida, que lo vamos a poder ir descubriendo a medida que conocemos Su Palabra, la cual tiene un poder inmenso para obrar en nosotros (como dice Hebreos 4:12). Esta obra, hasta el día de Cristo Jesús, Dios la quiere ir perfeccionando; esto quiere decir: ¡continuamente!
      ¿Viste alguna vez una construcción detenida por mucho tiempo? ¡Da lástima! Da lástima ver que está el terreno y los materiales, pero uno sabe que hay algo que impide que siga avanzando y que se complete. Qué lástima sería que la obra de Dios se detenga por un tiempo en nosotros, ya sea porque descuidamos nuestra relación con Él, o porque hay algo que no queremos dejar, o porque no le obedecemos del todo, o porque nuestro corazón se resiste a hacer Su voluntad y a Su obrar. ¡Dios no quiere eso!
      Muchas veces también habrá cosas que Dios va a tener que derribar para construir algo nuevo. Quizás un mal hábito que debe acabar, un ídolo que le quita Su lugar, algo en nuestra mente que se debe renovar, y más. ¿Te animarías a pedirle a Dios que destruya lo que tiene que destruir, para que obre de la manera en que quiere hacerlo? Es un gran desafío, pero no tengo dudas de que pedirle que se haga Su voluntad, siempre, siempre, siempre es lo mejor.
      Qué bueno que Dios sea paciente con nosotros, y siga obrando en nuestro corazón a pesar de que muchas veces nos cueste obedecerle y llegar a ser como Él. Qué bueno sería que también nosotros seamos más tolerantes con las faltas de los demás, sabiendo que Dios también está trabajando en el corazón de ellos, y no terminó de hacerlo todavía.
      Ese mismo Pablo, en su carta a los Romanos (vers. 5:3-5) dice que se goza en sus tribulaciones porque la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza. También dice que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman (v. 8:28). Entiende que las circunstancias y las experiencias que vive son otra manera más en la que Dios obra en Él. Así Dios lo hace en nosotros también; busquemos qué es lo que quiere hacer Dios en nosotros a través de cada situación en la que nos pone. Quizás nos demos cuenta de Su obrar, y quizás no lo entendamos, pero confiemos en Él aunque no lo veamos, ¡tengamos fe!

      Pensemos si estamos dejando obrar a Dios en nosotros o nos estamos resistiendo a que lo haga. Pensemos si hay algo que está impidiendo que Su obra en nosotros continúe como debería continuar. Pensemos si no estamos siendo pacientes con los demás y el obrar de Dios en ellos. Pensemos qué es lo que Dios está queriendo hacer en nosotros con eso por lo cual estamos pasando hoy; confiemos en Su obrar.
      ¡Que Dios te bendiga! Y que podamos decir, como dijo David:

El SEÑOR cumplirá su propósito en mí
Tu misericordia, oh SEÑOR, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos.”
Salmos 138:8
En Versión Dios Habla Hoy:
“¡El Señor llevará a feliz término su acción en mi favor!
Señor, tu amor es eterno;
¡no dejes incompleto lo que has emprendido!” 

lunes, 28 de abril de 2014

ENVIDIA


 Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer,
porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad.  Salmos 73:2-3


Las personas siempre fuimos de mirar y observar a los de alrededor, no tanto para interesarnos en ellos, sino para "admirar su prosperidad".
Muchas veces nos preguntamos¿ Cómo hizo para obtener esto o aquello? y este solo hecho hace que desee más la cosa. Eso se llama Envidia.
La envidia traé aparejado varias cosas, entre ellas: Engaño; ¿a qué me refiero? A que podemos llegar a creer una mentira custionarnos algunas cosas que deberían ser muy claras.

"¿Y qué sabe Dios? —preguntan —. ¿Acaso el Altísimo sabe lo que está pasando?
Miren a esos perversos: disfrutan de una vida fácil mientras sus riquezas se multiplican.
¿Conservé puro mi corazón en vano? ¿Me mantuve en inocencia sin ninguna razón?
 En todo el día no consigo más que problemas; cada mañana me trae dolor.
 Si yo realmente hubiera hablado a otros de esta manera, habría sido un traidor a tu pueblo.
Traté de entender por qué los malvados prosperan, ¡pero qué tarea tan difícil!
Salmos 73: 11-16 (NTV)

¿Suena como sí tuviera razón y fuera verdad, no?
Pero no es así, no en vano buscamos y preservamos nuestra santidad.
Es muy frecuente que tengamos esta clase de pensamiento y creamos la mentira de que los demás "prosperan" haciendo maldad y no les pasa nada. Pero el salmista explica que fue el Encuentro con Dios, el encuentro con la Verdad, donde comprendio la realidad de las cosas.

"Entonces entré en tu santuario, oh Dios, y por fin entendí el destino de los perversos."
Salmos 73:17 (NTV)

Cuando nos acercamos a Dios con un corazón dispuesto a aprender, entendemos mejor las cosas, y el "sufrimiento" se convierte en Esperanza. "Conoceran la verdad y la verdad los hará libres. (Jn 8:32) "
Cuando la verdad se hace dueña de nuestra mente, nos damos cuenta de lo grande que es nuestro Dios y nos sentimos unos tontos, porque su conocimiento nos supera.

"Fui tan necio e ignorante, debo haberte parecido un animal sin entendimiento."
Salmos 73:22 (NTV)

Acepta hoy la verdad de que lo mejor que nos puede pasar es tener a Dios por Padre, y repetí junto con el salmista:

"En cuanto a mí, ¡qué bueno es estar cerca de Dios! Hice al Soberano SEÑOR mi refugio, y a todos les contaré las maravillas que haces." (v28) (NTV)