viernes, 28 de febrero de 2014

Examinarlo todo


“Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal” 1 Tesalonicences 5:21-22

Tres pasos claros y concisos para poder tener una vida plena y como Dios quiere. Es muy fácil, Pablo le escribe a la iglesia de Tesalónica lo que debe hacer para llevar una vida de santidad. Santidad... que palabra. Es muy fuerte hablar de santidad, y más aún en estos tiempos. Pero nada es imposible, y menos para los hijos de Dios. En esta epístola encontramos lo que tenemos que hacer para llevar una vida con santidad. Es muy sencillo, debemos examinar lo que está a nuestro alrededor, y sólo retener las cosas buenas. Con lo malo, es mejor abstenerse y fin de la historia. Parece que es práctico y que lo podemos hacer en cualquier momento, y en realidad, no parece, sino que lo es.

Cotidianamente nos rodeamos de personas, situaciones, o acciones que nos destruyen espiritualmente. Lo vemos en la televisión, en la escuela, en la facultad, en el trabajo. Momentos en los que nos sentimos abatidos, desconcertados y preocupados. Y no es para menos, es complicado ser luz en medio de tanta oscuridad. Es difícil, ser diferente al resto, a no contaminarnos, a no amoldarnos a este mundo, a esta generación, a esta cultura, que está paralelamente a nosotros. Pero, nada es imposible. Vivimos con Dios, somos sus hijos, sus amados. Nuestro cuerpo es templo del Espiritu santo, como no vamos a poder dejar las malas acciones, las malas actitudes, el pecado de este mundo de lado, y poder demostrarle a todos que somos diferentes, que Dios nos hace distintos, que Él es el que nos sacó de ese pozo oscuro y nos trajo a la luz; que por amor ,y nada mas que por eso, somos nuevas criaturas, esperando que el buen pastor, venga a reencontrarse con nosotros.


Día a día, observa todo lo que sucede. Diferencia, lo que es bueno de lo que no. Pedile discernimiento a Dios, para lograrlo. No te sueltes nunca de su Palabra ni de sus promesas y entregate a la persona que te ama incondicionalmente, Jesús, y que puede cambiarte, y cambiar esta generación para que todo sea distinto. 

Oramos por tu vida

Escrito por: Laura Degiorgio

lunes, 24 de febrero de 2014

¿Por qué nos acercamos a Jesús?

¿Alguna vez viviste la experiencia en la que una persona a la que aprecias se acerca a vos simplemente porque necesita algo y resuelto su problema se olvida de tu existencia?
¿Cómo te sentiste?, ¿cómo te hubieses sentido?
Imagino que dolido, decepcionado y hasta puede que traicionado.
Es triste pensar que muchas veces Dios tiene estos sentimientos para con nosotros cuando lo buscamos por motivos convenientes desde el punto de vista humano.

En los evangelios podemos encontrar muchísimos casos en los que multitudes se acercaban a Jesús, el hijo de Dios, con diferentes súplicas, pero, ¿acaso tenían todas las intenciones un encuentro con Dios de corazón como fin último, o simplemente una sanación física momentánea?

 “Los habitantes de aquel lugar reconocieron a Jesús y... Le llevaban todos los enfermos,  suplicándole que les permitiera tocar siquiera el borde de su manto”, “Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos”, “Lo siguieron por toda aquella región y…le llevaban en camillas a los que tenían enfermedades”, “Y dondequiera que iba, en pueblos, ciudades o caseríos, colocaban a los enfermos en las plazas”.

¿Y cuáles son nuestros motivos al buscar de Dios?
¿Simplemente queremos que nos libre de un sufrimiento actual?, ¿Nos presentamos ante Él porque todos lo hacen, sin tener un corazón sincero? ¿Queremos cumplir con nuestra cuota de espiritualidad?

El responder para qué vino Jesús a la tierra nos revela por qué Él se acerca a la vida de las personas. La Biblia dice:

“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.”

Lucas 4: 18 y 19

Sin duda Jesús se interesaba por las necesidades físicas de las personas, pero en especial por la salvación de sus almas. Y ese Jesús, ese hijo del todo poderoso, es el mismo que se interesa por nuestras vidas hoy.
A Él no le basta con bendecirnos en nuestro momento de necesidad, quiere bendecirnos eternamente. Pero para eso debemos entregarnos completamente en sus brazos, y acudir al Señor simplemente porque sin Él no somos nada, porque sin Él nuestra vida no tiene sentido.

Y La Palabra de Dios también nos dice cómo es que nosotros debemos acercarnos Él:

“Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran.”

Juan 4:23 (DHH)

Nuestro papá celestial simplemente nos pide SINCERIDAD. La sinceridad implica reconocer nuestra humanidad, nuestros errores, reconocer que sin Él somos débiles.
Los aliento a que durante esta semana podamos acercarnos a Dios del modo que Él busca, para que así podamos recibir una bendición total en nuestra vida.

Escrito por: Yazmín Florit

viernes, 21 de febrero de 2014

MI PORCIÓN...



Vivimos en días en que para el mundo lo instantáneo es lo importante y lo que hay que esperar no tiene sentido. ¡Todo debe ser YA y AHORA!

Pero nosotros como cristianos solemos entrar en esta rutina, en esta carrera diaria. Y lo primero que nos pasa es que cambiamos lo IMPORTANTE por lo URGENTE…
Ya no nos parece necesario un devocional ¡tenemos cosas más importantes que hacer!
Ya no hablamos con Dios ¡Dios sabe lo que necesitamos!
Ya no nos congregamos ¡no hay tiempo ahora para eso!

Pero no es necesario que pase mucho hasta que empecemos a ver las consecuencias de esas decisiones, y sin dejar esta práctica queremos “acomodar” las cosas de alguna forma que no tengamos que dejar de hacer lo que estamos haciendo.

Pero entonces el enemigo se encargará de mostrarte que eres DÉBIL y que todos aquellos pilares que habías formado con esfuerzo con respecto a tu familia, tus amigos, tus ideales y hasta tu vida espiritual parecen ahora estar derrumbándose. El panorama se presenta aterrador.
Y en medio de todo esto, recordás quién y cómo es tu Dios…

Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos,
porque nunca decayeron sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.

-          Lamentaciones 3:22-26

¡¡MI PORCIÓN ES JEHOVÁ!!
Lo único que me queda! En lo único que puedo volver a confiar! Quién renueva mis esperanzas y da VIDA donde hay huesos secos.
Su misericordia no se agotará y su fidelidad es GRANDE, no solo en tamaño si no en abundancia de calidad y cantidad.
¡Todavía no hemos sido consumidos! ¡Todavía Dios perdona, restaura y encamina! (Isaías 43:18-19)

VOLVÉ A BUSCAR LA SALVACIÓN DE DIOS, EL NO SE CANSÓ DE VOS (:


lunes, 17 de febrero de 2014

"Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar..."

Encontramos una hermosa promesa en el Salmo 32:
“El Señor dice: «Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir. No seas como el mulo o el caballo, que no pueden entender y hay que detener su brío con el freno y con la rienda, pues de otra manera no se acercan a ti.»” (v. 8,9; DHH)
Es precioso saber que en nuestro caminar, en nuestra vida, podemos contar con que el Señor nos va a guiar e instruir, que nos va a dar consejos para que vayamos por el mejor camino; para que tomemos las mejores decisiones, para que vivamos de la mejor manera. ¡Podemos confiar plenamente en que Él lo va a hacer! Pero, ¿prestaste atención a la segunda parte del pasaje?
El Señor dice: no seas como esos animales, que no tienen entendimiento, que necesitan un freno y una brida para mantenerse controlados. Quizás no te es muy familiar un mulo o un caballo, pero sí un perro. ¿Alguna vez sacaste a pasear uno? ¡Necesitan una correa para obedecer y ser guiados durante el camino!
El Señor nos va a guiar si estamos dispuestos a no ser como esos animales… Pero, ¿de qué se trata eso? ¿Cuál es nuestra parte a la hora de ser guiados por Dios?

Como dice la Biblia, esos animales no tienen entendimiento. Con respecto a eso, nuestra parte es renovar nuestro entendimiento. La Biblia en Romanos 12:2 nos dice:
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Vamos a comprobar lo que Dios quiere para nosotros a medida que renovemos nuestro entendimiento, y eso lo podemos lograr con la Palabra de Dios, leyéndola y aplicándola. Ella es la que nos renueva la mente, la que nos ayuda a pensar y ver las cosas como lo hace Dios. Te puedo asegurar que ahí se encuentran los mejores consejos. ¡Él nos guía e instruye a través de Su palabra!

A aquellos animales para obedecer necesitan de alguien que los domine con una rienda, o una correa. Pero por nuestra parte, se trata de temer a Dios. La Biblia dice:
“¿Quién es el hombre que teme al SEÑOR? Será instruido en el mejor de los caminos.” (Salmo 15:12, NVI)
Y temer a Dios no es tenerle miedo. Es tenerle reverencia, respeto, admiración; es reconocer quién es Él, reconocer sus atributos, su poder, su autoridad. Es también vivir conscientes de su presencia todo el tiempo; la Biblia dice: “…persevera en el temor de Jehová todo el tiempo” (Proverbios 23:17).  Temer a Dios nos lleva a querer agradarle y obedecerle, y la obediencia a Dios es fundamental para poder ser guiados por Él.

Ellos están controlados por una rienda, pero nuestra parte es ser controlados por el Espíritu.
“Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis la concupiscencia de la carne…” (mirá Gálatas 5:16-24)

Se trata también de abandonar todo pecado.
“Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.” (Salmo 119:133)

Se trata de confiar en el Señor y depender de Él.
“Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia.
Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto.” (Prov. 3:5-6, DHH)


Se trata de dejarnos instruir y corregir por Él.
“Hijo mío, no desprecies la disciplina del SEÑOR, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el SEÑOR disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.” (Pr. 3:11,12)
Dios cuando nos corrige lo hace para nuestro bien, y a fin de que participemos de su santidad. (Hebreos 12:10)

Se trata de vivir una relación íntima y verdadera con el Señor.
“La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.” (Salmo 25:14)

Al vivir en obediencia y dependencia de Dios, vamos a poder no sólo experimentar sino también disfrutar de su guía e instrucción, de caminar en Sus caminos. Nunca dejes de prestar atención a sus consejos.
No seamos como un perro que necesita de una correa para caminar como debe al lado de su dueño, sino como uno que sabe lo que tiene que hacer, y obedeciendo disfruta de caminar a su lado.

"Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre." (Salmo 86:11)

¡Dios te bendice! :)

miércoles, 12 de febrero de 2014

Bien por mal



"Haz actuado mejor que yo_ Continuó Saul_ me haz devuelto bien por mal. Hoy me has hecho reconocer lo bien que me has tratado, pues el Señor me entrego en tus manos y no me mataste ¿Quien encuentra a su enemigo y le perdona la vida? ¡Que el Señor te recompense por lo bien que me has tratado hoy!..." 1 Samuel 24:17-19

Esas fueron las palabras de Saul al ver que David, el hombre al que él perseguía para matar, al que le tenía celos y envidia, le había perdonado la vida y lo había tratado tan bien.

Que bueno sería que la persona que nos concidera su enemigo, que nos mira feo, nos habla o nos trata mal, dijera lo mismo que Saul (O bueno... algo parecido:P).  Pero que complicado es hacer lo que hizo David, que difícil es devolver bien por mal.

 "A ustedes que me escuchan les digo: amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian".  Lucas 6:27

Pero aunque se complique, eso es lo que Dios quiere que hagamos. Debemos amar a quienes nos odian, bendecir a quienes nos maldicen, ayudar a nuestros enemigos y sobre todo perdonar, abandonando todo enojo, ira y todo forma de malicia. (Efesios 4:31-32)

Porque... ¿Que merito tienen ustedes al hacer bien a quienes le hacen bien? Aún los pecadores actuan así. Lucas 6:33

Devolver bien por bien seria algo muy fácil y normal. Seamos diferentes y tratemos bien a quienes nos maltratan, no solo a los que son buenos con nosotros...De esa manera, estarás actuando como verdadero hijo de tu Padre que está en el cielo. Mateo 5:45.

Quizas hay personas en tu vida que te ofendendieron,  insultaron y lastimaron demasiado y se te hace imposible perdonarlos, tratarlos bien y sobretodo amarlos, pero te doy una buena noticia: Dios nos da el poder y la capacidad de perdonar y amar, el puede ayudarte a hacerlo, PEDI SU AYUDA.. que para Dios no hay imposibles!

En este día los animo a devolver bien por mal, oren por sus enemigos y si tienen la oportunidad de vengarse de ellos, rechácenla como lo hizo David. Vivan  tratando a los demás (amigos y enemigos) tal y como les gustaría ser tratados.

Que Dios los bendiga!

viernes, 7 de febrero de 2014

Lluvia


“Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno. Ezequiel 34:26”

Si hay algo que todos, a nivel mundial, estamos sufriendo ultimamente, es el famoso cambio climático. Los inviernos son más crudos, mucho más fríos de lo que eran antes y los veranos son sofocantes, increíblemente agotadores. Las épocas de sequía, se prolongan, días sin lluvia. Sin ese fresquito, ese olor a tierra mojada. Días sin poder observar el arco del pacto de Dios (arco iris). Días en que estamos cansados antes de siquiera levantarnos de nuestra cama.
Como también hay cambios climáticos mundiales, hay cambios antropológicos globales. Todas las personas del planeta, están a mil por hora, cansados, estresados, mal humorados. La mayoría, se olvida de Dios, y de todas las cosas buenas que nos regala día a día. Vivimos en el mundo del consumismo, en que cada día queremos más y más, y le ponemos la palabra “necesidad” adelante de cualquier frase.

En la Biblia, encontramos este pasaje en el libro de Ezequiel, capitulo 34, versículo 26, en el que Jehová, habla a través de este profeta, y nos dice que, las tierras de alrededor de la colina van a ser una fuente de bendición y que en el tiempo más oportuno, Él, va a dejar caer lluvias de bendiciones. Lo que me gusta de este versículo son varias cosas. Primero que nada, muchos lugares del mundo sufren consecuencias graves con estos extremos del clima (sequía, inundaciones, golpes de frio/calor), y esperan muchas veces que Dios obre rápidamente para que las consecuencias no sean de lo peor. En segundo lugar, este pasaje me hace acordar a las personas, en general. Cuantas veces estamos en malos momentos y esperamos que algo, por lo menos, algo, nos salga bien y disfrutemos de bendiciones. Si sigo analizando, descubro una tercer cosa que me gusta de lo que acabamos de leer, Dios sabe en que momento son oportunas las bendiciones, y  va a permitirlas en el momento apropiado. Ni antes, ni después. Recordemos que Dios tiene planes de bien para con nosotros (Jeremías 29:11), y sabe a la perfección por cada cosa que pasamos en esta vida, en el día a día. Por todas estas cosas que dice este versículo, y por las otras tantas que podemos seguir descubriendo, te invito a que esperes la lluvia de bendiciones que Dios te tiene preparadas, con muchas ansias. Pero no desesperes, porque los planes de Dios para tu vida, no van a tu ritmo, sino al de el Creador del Universo. 
Dios te bendiga.

Escrito por: Laura Degiorgio

lunes, 3 de febrero de 2014

No te apresures o será un desastre

La semana pasada me mandé uno de los mocos más grandes de mi vida. Se me cayó un tarro de pintura blanca en el piso rojo del living. ¿Y todo por qué?, por agarrarlo de la tapa que no estaba bien cerrada. Fue una decisión del momento, que si bien parecía no tener mucha importancia, tuvo grandes consecuencias. Por no tomarme el tiempo de agarrarlo como se debía, terminé manchando el piso, el sillón y bañándome a mí misma en pintura.
Hay una parábola muy conocida en la Biblia, de un hombre al que le pasó algo parecido. (Lucas 6:47-49 y Mateo 7:24-27)

Jesús relata la historia del hombre prudente que construyó su casa sobre buenos cimientos, pero también la del hombre insensato, que edificó la suya sin los mismos. Y me impacta como termina este relato, “y fue grande su ruina”.
Pienso que muchas veces somos como ese hombre insensato, que al venir la tormenta, al venir el momento de prueba, nos desmoronamos por completo si no estamos firmes en buenas decisiones.
Es importante tomarnos el tiempo de escuchar la voz del Señor, de recurrir a su ayuda en los momentos decisivos para no equivocarnos.
Porque al igual que lo hice con mi tarro de pintura, las decisiones apresuradas que no toman en cuenta la voluntad del Señor traen consecuencias difíciles de sobrellevar.
Mi historia no terminó tan mal después de todo. En el momento justo en que se me cayó la pintura mi mamá se levantó de su siesta, y me quedé dura porque no sabía cómo iba a reaccionar. Pero para mi sorpresa, ella se acercó a donde estaba y de rodillas empezó a limpiar conmigo.
Me da esperanzas saber que Dios hace lo mismo con nosotros. Además de ser un Dios justo, que castiga el pecado, es un Dios de amor. Y siempre que nos equivoquemos está dispuesto a ayudarnos a limpiar el desastre que dejemos.
“Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y Él te ayudará en todo”
Proverbios 3:5-6
Es mi deseo que puedan involucrar a Dios en cada aspecto de su vida, incluso en los más pequeños, para que puedan tener grandes éxitos.

Escrito por: Yazmín Florit

sábado, 1 de febrero de 2014

Manotazos de ahogado




Hay momentos en la vida que nos sobrepasan, nos saturan, nos estresan y muchas veces nos quiebran.
Y uno simplemente cree que ciertas cosas no tienen solución o que después tal suceso habrá un antes y un después.
Pero dejame decirte una cosa, la preocupación es la enemiga n°1 de la Fe y sin Fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Tiene que haber una forma de hacerle frente a tales circunstancias.


La Biblia habla en Marcos 4:36-41 de hombres que navegaban por el mar con Jesús durmiendo abordo mientras que ellos lidiaban con un problema no menor, estaban a segundos de morir; su barca estaba en medio de un encolerizado mar, demasiado agitado. Imaginate por un instante la desesperación, habrán pensado en sus familias, en que gastaron sus años y que todos iban a terminar así muertos en el agua, capaz alguno que no supiera nadar moriría mas rápido que otros, ¿Que peor situación que esa?
En ese caos uno de los discípulos fue a despertar a Jesús diciéndole que se levante que estaban a punto de morir.
No fue a despertarlo para que haga un milagro sino para que se prepare para naufragar.
Salio el Mesías a cubierta y dice la Biblia que REPRENDIÓ AL MAR Y AL VIENTO. Diciendo: Silencio, Calmate!!! y quedando todo tranquilo los discípulos decían: ¿Quien es este que calma el mar y silencia al viento.?
¿Que podemos aprender de esto?
    1)A veces el mar agitado aparece en nuestra vida para probar nuestra fe. (libro de job)
    2) Jesucristo no se va a entrometer hasta que no le hables, eso no quiere decir que no este a tu lado esperando que lo llames para que obre.(Mt 7:7)
    3) No hay circunstancia o problema que El no pueda solucionar. (Mt 16:26)
No importa la circunstancia que estés pasando, jamas te olvides que Jesús tiene siempre el control y que absolutamente todo lo que hace tiene un propósito.
“Y ya sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, Romanos 8:28”

Dios te bendiga ricamente!

Escrito por: Joel Martinelli