domingo, 31 de julio de 2016

Jesús es Dios


En ocasiones se me dificultaba la tarea de describir al Dios que sustenta mi fe, que se supone que le tiene que dar un sentido a mi vida. Mi inquietud por esta cuestión iba más allá de las respuestas memorizadas respecto a su persona que aprendemos desde niños.

Hasta que leí un comentario que cambió mi perspectiva respecto a ésto, y hoy quiero compartirlo con ustedes. Decía así:

“No es posible tener una visión clara de Dios sin mirar a Cristo”

Así que busqué algunos fundamentos en la Biblia para esta afirmación.
Uno de ellos, y quizás el más conocido, se encuentra en el  evangelio del apóstol que se encargó de anunciar la venida del Mesías; Juan:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (1:1)

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (…)” (1:14)

Jesús les respondió: Yo y el Padre somos uno” (10:30)

Jesús y su Padre, no son la misma persona, pero en esencia y naturaleza son uno.
El Hijo fue totalmente hombre y totalmente divino. Nunca dejó de ser lo que era y es al venir a la tierra.

Al ver a Dios desde una perspectiva humana, comprensible para mi razón, me maravillo en su grandeza. Y cuánto más hacerlo a partir de lo irracional, de lo que no entra dentro de los parámetros de nuestra dimensión intelectual, de lo divino.

Que Jesús es Dios me da cuentas de Él que no es alguien anticuado, destructor, o muchas otras cosas que se nos ocurren hoy día.

Jesucristo en la tierra fue revolucionario. Siempre tenía la palabra justa en el momento indicado pero sabía callar cuando así era necesario, era tierno pero sabía ponerse firme cuando se requería, era capaz de conversar con las personas más intelectuales de la época así como ponerse a la altura de los niños, se preocupaba por atender las necesidades de multitudes así como invertía su tiempo en la de unos pocos; y muchas otras características más que los aliento a que descubran en la Palabra.

Tenemos un Dios real, trino y genial. Los invito a conocerlo más.

viernes, 29 de julio de 2016

Religioso o Adorador


En una ocasión diez leprosos le salieron al encuentro a Jesús mientras éste iba por el camino, y ubicándose a cierta distancia comenzaron a pedirle a los gritos que tuviera misericordia de ellos.
El Señor entonces les dijo que fueran a mostrarse al sacerdote para que los examinara. Y cuando estos diez enfermos iban rumbo al templo, se sanaron milagrosamente. Uno de ellos, de origen samaritano, a quienes los judíos despreciaban por considerarlos de raza y de religión inferior, al verse limpio, se regresó a donde estaba Jesús dando gracias a Dios por el favor recibido y postrándose a los pies del maestro.
Jesús entonces le preguntó dónde estaban los otros nueve, porque los que habían recibido el milagro eran diez. Por lo cual el ex leproso le contestó que de los diez sólo él, siendo extranjero, había regresado a darle la gloria a Dios. (Lucas 17:12-19)


¿Y en verdad, dónde estaban los otros nueve? La Biblia no dice que se fueron de fiesta a emborracharse, o a la playa a broncear la nueva piel acompañados de unos amigos, o a pasear por todos los lugares a donde antes no podían ir por el hecho de ser leprosos.
No, lo que la Biblia dice es que iban camino al sacerdote, al templo, al lugar de adoración a Dios, a cumplir la orden de Jesús de que fueran para ser examinados. ¿Y eso estaba mal? No, ir al templo estaba bien.
Además tenían fe, no eran unos ateos, sino unos creyentes que supieron llegar directamente donde Jesús y pedirle confiados lo que necesitaban. Y fruto de esa fe y obediencia a Jesús fue que recibieron el milagro. Los diez leprosos iban camino al templo con fe, en obediencia a Dios, y los diez fueron sanados. Hasta allí todo va bien.
La diferencia entre ellos sólo se puede apreciar después de recibir el milagro, no antes. Después de ser sanados nueve continuaron hacia el templo, para el examen que les debía practicar el sacerdote judío y para cumplir con el rito de purificación que ordenaba la ley de Moisés, lo cual es bueno.
Pero sólo uno de ellos, el samaritano, dejó de conformarse con lo bueno y decidió hacer lo mejor, se salió del libreto religioso y se convirtió en un adorador, por lo cual dio media vuelta y en lugar de seguir hacia el templo, para cumplir con la , fue y se postró a los pies de Jesús. La fe le dio nueva piel, mas la gratitud un nuevo corazón, el de un adorador.


Para pensar...
Otra vez un samaritano (al que muchos judíos despreciaban o menospreciaban) dandoles una lección.
¿Rutina o adoración en espíritu y verdad?
¿Conocimiento de la ley, o relación con el salvador? 


Nunca juzgues la espiritualidad de alguien por la veces que lo veas en el templo, sino por las veces que se encuentre con el salvador. - Diego Amado.

jueves, 28 de julio de 2016

Sobre las divisiones

1 Corintios 3 (NVI)

 Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía, pues aún son inmaduros. Mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no serán inmaduros? ¿Acaso no se están comportando según criterios meramente humanos?  Cuando uno afirma: «Yo sigo a Pablo», y otro: «Yo sigo a Apolos», ¿no es porque están actuando con criterios humanos?



Pablo entre otras cosas se refiere a dos temas principales y bien relacionados: 
--Nuestras Divisiones
--Nuestra Humanidad

Desde el inicio tan de moda las divisiones, separaciones. A veces no nos damos cuenta que con varias de nuestras relaciones vamos directo a cortar, tendemos a destruir, lastimar. Construimos relaciones sobre lugares errados, ya rajados, donde nuestras relaciones terminan cayendo, porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. 
Pablo nos pregunta ¿qué es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Nada más que servidores. A los que Dios da vida y hace crecer. Si bien podemos tener vidas, actividades diferentes en efecto somos colaboradores al servicio de Dios, campo de cultivo de Dios. Donde Dios puede trabajar.
Cuando llegamos a discutir, enfrentarnos de manera violenta con el otro, estamos siguiendo criterios errados, cuando hablamos para mal de otro sólo porque diferimos con sus ideas estamos perdiendo vida, y Dios nos habla con sabiduría al hacernos ver que somos parte de un mismo cuerpo, de un mismo templo; y si nos destruimos entre nosotros, es a nosotros mismos a quienes dañamos.
No intentemos engañar, porque más que engañar a los demás y a nosotros mismos con Dios no lo logramos. Él nos conoce. Si tuviéramos la madurez, el saber de poder discernir a cada paso lo que elegimos hacer con nuestra humanidad, nuestra relación con Dios sería diferente. ¿A quién estamos siguiendo? ¿A quién queremos ganar o agradar? Dios nos ve como bebes inmaduros cuando seguimos nuestras propias leyes, cuando nos creemos sabios, cuando buscamos agradar a quien no nos conviene, porque de esta manera dejamos de ser sus siervos. 

 «Él atrapa a los sabios en su propia astucia»; y también dice: «El Señor conoce los pensamientos de los sabios y sabe que son absurdos.»  Por lo tanto, ¡que nadie base su orgullo en el hombre! Al fin y al cabo, todo es de ustedes, ya sea Pablo, o Apolos, o Cefas, o el universo, o la vida, o la muerte, o lo presente o lo por venir; todo es de ustedes, y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.

 Ya en 1 Corintios 1:10 Pablo nos dice: "Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos e un mismo pensar y en un mismo propósito"...

Que sea un desafío de todos los días poder abandonarnos a nosotros mismos para permitir que Él obre en nosotros, y poder llevar buenas relaciones, buenos tratos, recordar que somos parte de un mismo cuerpo, con un mismo Padre que esta sobre todos y por medio de todos :)

lunes, 25 de julio de 2016

Mirada de Dios

Así dice el Señor: "El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies.
¿Que casa me pueden construir? ¿que morada me pueden ofrecer? Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir -afirma el Señor-
Yo miraré a aquél que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra."
Isaías 66: 1-2

Isaías comenzó el resumen final de su profecía con un recordatorio de que el Señor no esta interesado en un templo de piedra, porque es Creador de todas las cosas y el universo es su morada. A Dios no se le puede limitar a un templo de confección humana.

Por el contrario, Dios quiere morar en un corazón tierno y quebrantado que no se ocupa en los aspectos exteriores de la religión.(Mateo 5:3-9)

"Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
Bienaventurados los humildes , pues ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios”

Dios busca hacer moradas en el corazón de una persona que toma en serio Su Palabra (Juan 14:23)
Le contesto Jesús: El que me ama, obedecerá mi palabra y mi Padre lo amara y haremos nuestra vida en el”


Cuán importante es tener en claro la palabra de Dios, cuán hermoso es saber que Dios quiere morar en nosotros, a pesar de toda esta grandeza, lo que Dios busca del hombre es el corazón, tu corazón. Te creó, te ha cuidado, te llamó, envió a Jesús a morir en la cruz para salvarte.





Porque lo dice el Alto y Sublime, el que vive para siempre, cuyo nombre es santo: Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el quebrando y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados”
Isaías 57:15

Él quiere morar en la vida del que es humilde y que tiembla a su Palabra. Pero, el problema es que somos muy duros de cerviz, no nos queremos doblar ante Él.

Doblar la cerviz es someternos a Dios y a su voluntad, es abandonar toda actitud altiva y orgullosa ante Él.

Cuando la cerviz del hombre se levanta y toma una postura de rebeldía, entonces deja ver que es un engreído, un soberbio, y arrogante, que se engrandece a sí mismo, que es orgulloso y presumido. ¿Quién así puede levantarle a Dios un templo para adorarlo? ¡Absolutamente nadie! no se puede hacer nada agradable a Sus ojos. Si no se tiene un espíritu humilde, Al dueño del universo, al dueño y Señor de todo, ¿quién lo puede engañar? La mirada de Dios no está puesta en las prácticas externas de los hombres,¡ÉL ESTARÁ PENDIENTE AL CORAZÓN! 


En Hechos 7:51 dice la Palabra que Esteban les decía a los judíos de su tiempo: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.”
El que no puede escuchar de Dios nunca podrá tener solución para su vida. Eso es resistir siempre al Espíritu Santo. En Dios y para Dios lo que en realidad sirve es la buena disposición del corazón.

¿Tenemos un corazón sumiso a Dios? ¿Estamos entregando nuestra vida a Él?

Dios los bendiga.

viernes, 22 de julio de 2016

... En Cristo!!!


Cuando creemos en Jesús, y entendemos por qué murió en la cruz, cuando reconocemos que necesitamos el perdón de Dios, cuando le pedimos que nos limpie de nuestros pecados y nos arrepentimos; entonces El nos convierte en sus hijos.
Cuando esto ocurre, en nuestras vidas empiezan a cambiar muchas cosas. Tenemos una nueva identidad, nuevas posesiones, y podemos hacer nuevas cosas. Pero solo en Cristo, es decir, en Su nombre, con Su autoridad, con Su poder.
Por eso vamos a meditar en estas tres cosas:

1- LO QUE SOMOS EN CRISTO:

"Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios..." (1 Pedro 2:9)
Somos elegidos, somos sacerdotes, somos santos, limpios, somos adquiridos, comprados. 
En la Palabra de Dios podemos descubrir aún mas de nuestra identidad en Cristo. Nuestra esencia. Te animo a que la busques!

2- LO QUE TENEMOS EN CRISTO:

 "Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza;  un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo;  un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos."
(Efesios 4:4-6)
Tenemos un cuerpo del que somos parte, una familia, tenemos un mismo Espíritu, tenemos una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, tenemos un Dios, un Padre.
En la Palabra de Dios podemos descubrir aún mas de nuestras posesiones en Cristo. De verdad te animo a que las encuentres. Ahí también tenemos muchas promesas de Dios para nosotros.

3- LO QUE HACEMOS EN CRISTO:

 "... para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable." (1 Pedro 2:9)
“Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra..." (Esdras 5:11)
 "Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios." (1 Juan 4:7)
"En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor." (1 Juan 4:18)

En Cristo podemos adorar a Dios, anunciar las virtudes que el tiene, podemos servirle sirviendo a otras personas, podemos amarle y amar a otros.
Dios es amor, y el nos ama sin condiciones. En él estamos refugiados y seguros. Pero nosotros estando cerca de el, podemos amar como el lo hace. La pregunta es ¿Me he ejercitado a tal punto de amar a los demás sin temer lo que viene? ¿Siento temor? ¿Por qué? Estas preguntas nos pueden ayudar a pensar si amamos como el lo hace, brindando refugio y seguridad a otros.
En la Palabra de Dios podemos descubrir aún mas de lo que podemos hacer en Cristo. Es nuestra guía, no dejes de leerla cada día.

Aunque el pecado destruyó lo que podíamos ser, tener y hacer estando en una estrecha relación con nuestro Dios... Él en su gran misericordia, y sin merecerlo, le extendió una nueva oportunidad al hombre a través de Cristo.
En él tenemos una nueva identidad, posesiones y propósitos.
¡Cuánto por descubrir y agradecer!




jueves, 21 de julio de 2016

Contar nuestros días

Los filósofos eran personas que reflexionaban muucho acerca de las cuestiones importantes (y no tan importantes) de la vida. Ellos decían que lo que nos lleva a reflexionar verdaderamente son: las dudas, el asombro, el aburrimiento y las situaciones límite (esos momentos en los que nos sentimos frágiles y desprotegidos, como por ejemplo, estar al borde de la muerte). No sé cuál es tu opinión acerca de la filosofía, pero creo que tenemos que reconocer que -sea por el motivo que sea- es bueno en algunos momentos detenerse y pensar. Dios mismo le recordó esto a su pueblo:
"Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, y no se aparten de él. Así hallarán el descanso anhelado..." (Jeremías 6:16)
"Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos." (Hageo 1:5)

Leí que: "Las pruebas nos hacen pensar; pensar nos hace sabios; y la sabiduría hace que la vida sea provechosa". Quizás en esto pensaba Moisés cuando le pidió a Dios: 
"Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría." (Salmo 90:12)
Hoy sólo quiero dejarte el desafío de que no vivas sin pensar. El tiempo es muy, muy importante como para que lo dejemos pasar sin darnos cuenta. Y para eso, te dejo estas preguntas:
  1. Si en la Biblia estuviera escrita tu historia, ¿qué diría? Cuando leo la Biblia entiendo que Dios sabía las debilidades, los deseos, todas las acciones y lo más profundo del ser humano, como cuando describe a Amasías y dice: "Amasías hizo lo que agrada al Señor, aunque no de todo corazón" (2Cr. 25). Wow... ¿qué diría de mí? Diría "tenía un corazón conforme al de Dios", o "se apartó del Dios de sus padres", o "no quiso contaminar su corazón", o... ¿qué? La verdadera pregunta es: ¿Qué ve Dios en mí hoy? (Salmo 139)
  2. ¿Y si mañana despertaras teniendo sólo aquellas cosas por las que agradeciste a Dios ayer? ¿Qué tendrías? ¿Todo? ¿Nada? ¿Cuán agradecidos somos? (1 Tesalonicenses 5:18)
  3. Si supieras que Jesús viene a buscarnos mañana, ¿qué sentirías? ¿Temor, alegría, tristeza, vergüenza? Pensar en la venida de Jesús, en la esperanza eterna que tenemos, cambia nuestra manera de vivir (1 Juan 3:2-3). Qué hermoso sería que vivamos de tal manera que podamos no sentir temor por el día del juicio (1 Juan 4:17-18), no sentir vergüenza cuando nos encontremos con él (1 Juan 2:28), ni tristeza de no haber hecho lo suficiente para Su gloria, sino alegría, porque vivíamos esperándolo, pensando en lo eterno.
  4. Si supieras que te queda sólo un año de vida, ¿qué harías? No sé cuáles son tus sueños más locos o tus mejores planes, pero acá va un consejo: Hacé lo que Dios quiere que hagas, Sus planes son infinitamente mejores que los nuestros. (Proverbios 3:5-6, Salmo 37:4-5)
Si nos preguntáramos estas cosas cada día, viviríamos muy distinto. Te animo a no vivir sin pensar, sino pensando en el amor perfecto de Dios, en cuán bendecidos somos, en Su constante presencia, Su venida y en lo eterno, y tomando las decisiones que debas tomar. Nunca es tarde para empezar a vivir como Dios quiere; para él un día es como mil años, y mil años como un día (2 Pedro 3:8, Salmo 90:4), HOY todo podría cambiar.
"No cuentes los días, haz que los días cuenten." ☺

Miralo → https://www.youtube.com/watch?v=D1q79iVK1VI

martes, 19 de julio de 2016

La diferencia

“Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios. Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo.” Lucas 13:13-14

El mayor milagro en una vida es un corazón regenerado por la obra de Cristo. Cuando pensamos en su increíble amor hacia nosotros, en que siendo enemigos de Dios fuimos por Cristo reconciliados con Él, nuestro corazón sólo quiere glorificarle. Pero hay veces necesitamos recordarlo, recordar lo que no merecíamos.

En este pasaje de Lucas se ve un contraste, por un lado está el jefe de la sinagoga y por el otro una mujer que estaba encorvada hace dieciocho años. Se diferencian porque frente al milagro de Jesús tienen una mirada opuesta. Uno, el principal de la sinagoga, tomó como algo común el milagro que Jesús había obrado. Al decir con ligereza a la gente que no vengan el día sábado para ser sanados sino cualquier otro día de la semana, tomaba lo que Jesús había hecho en esa mujer como una simple obra que no tenía ningún beneficio espiritual y en pequeña medida un provecho físico. Desprestigiaba el milagro de Jesús a tal punto de desfigurar su imagen y tornarlo como un hecho corriente, de todos los días ¿Imagínate tener lo que padecía esta mujer? Vivir encorvado de tal manera que solo puedas mirar el suelo. No poder mirar el cielo, no poder mirar las estrellas, el sol, las nubes, los ojos de una persona por mucho tiempo, y esto solo por una cantidad de dieciocho años ¿No crees que es una muy buena imagen para ejemplificar nuestra vida pasada lejos de Cristo? Y ni aún puede ejemplificarla de manera absoluta y completa porque nuestro corazón estaba en un estado tan miserable que cualquier enfermedad martirizante en esta vida. Porque nuestra vida estaba lejos del creador, que hizo el cielo, las nubes y las estrellas y que esa situación no se compara en nada en no poder ver estas hermosas creaciones del Señor. No podíamos ni siquiera echar una simple mirada al Dios justo, un juez airado, el que aborrece el pecado, porque nunca por nosotros mismo hubiéramos podido enderezarnos, pararnos de forma erecta y porque nunca hubiéramos sabido que necesitábamos un toque de Jesús como esta mujer que no le llamo para que la sanara sino que Él la llamó a ella. Dependíamos de Él para tener una nueva vida, y dependeremos de Él toda nuestra vida. Y si hoy podemos decir que somos hijos de Dios es porque Él hizo TODO para salvarnos. Dios tuvo que entregar a Cristo para salvarnos. Nunca podíamos llegar a Él pero ÉL llegó a nosotros ¡Ahora entiendo porque Jesús le dijo Hipócrita al jefe de la sinagoga! Yo quizás hubiera usado un término menos fuerte para que no se ofenda tanto, pero Cristo siendo Dios, al poder juzgar el interior, sabía que esa palabra describía perfectamente el corazón de este hombre. Hipócrita por desmerecer la obra de misericordia de Cristo ocultándose tras el velo de un exagerado celo por la observancia del sábado. Considerar de mayor importancia, de mayor compasión, desatar a un buey o a un asno para llevarlo a beber agua que desatar a una mujer de una ligadura peor. Hipócrita por disminuir el valor de la gran misericordia de Cristo hacia esta mujer y esto es lo que hacemos cuando transformamos su obra en la cruz como un simple acto de amor, como cualquiera, en el que un día aceptamos y fin de la historia. Entonces me pregunto ¿No seré yo igual que este hombre cuando me olvido del acto de mayor misericordia en mi vida? ¿Seré yo también hipócrita cuando parezco demostrar un celo por la cosas de Dios, alabando, sirviendo, asistiendo cada día a las reuniones de la iglesia, tomando la cena, haciendo cosas que en definitiva no se sostienen en un pensamiento sobre la obra de Jesús en mi vida, sobre su infinita misericordia en soportar la ira de Dios en mi lugar? Y luego está el otro personaje, la mujer que fue sanada y que glorificaba a Dios por ello. Cuando pensamos en lo que Él hizo por nosotros, en ese milagro de salvación en nuestra vida nos damos cuenta que ya no sé trata de “nosotros” o de mí sino de “Él”. Quizás esta diferencia entre estos personajes quedé justificada por el hecho de que uno estaba enfermo físicamente y el otro no, pero esa justificación se rompe cuando pensamos que los dos por igual estaban enfermos espiritualmente. Ambos necesitaban volver a vivir, ella; recibió el milagro de Cristo y glorificó a Dios por lo que Él había hecho por ella, el otro, por el contrario; rechazó el milagro de Cristo y de esta forma cerró toda puerta a una nueva vida que glorificara a Dios en su andar. Dios reclama para sí una adoración más genuina y profunda de lo que estamos dispuestos a darle ¿Tomaremos como cosa corriente la salvación que Dios dio a nuestra vida o, en nuestra forma de obrar en esta vida demostramos que le glorificamos por lo que Él ha hecho y de lo que nos ha rescatado? Se trata de una entrega total de nosotros, porque nosotros lo necesitábamos, nosotros éramos los encorvados...

El Lápiz

El Lápiz, sin duda, fue creado para hacer grandes cosas y de este pequeño invento podemos sacar varias enseñanzas para nuestra vida.





  1) Algunos lápices, cuando los compramos, vienen guardados en una caja. Ahí dentro el lápiz es inútil, porque no fue creado para eso hasta que llega el momento en que lo sacamos y le damos la utilidad correspondiente.

"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" Efesios 2:10

  2) Hay lápices que vienen con una goma en su extremo. En nuestra vida cometemos errores, debemos borrar y volver a intentar hasta que nos salga bien.

"Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud
de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad,
y límpiame de mi pecado.
 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí"  Salmos 51:1-2 y 10


  3) La parte más importante del lápiz es lo que está adentro, la mina. Al igual que el lápiz, lo más importante esta dentro de nosotros y es nuestro corazón.

"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida" Prov. 4:23

  4) Cada vez que vamos a realizar algo nuevo, le sacamos punta. Muchas veces, este proceso, nos puede doler pero en realidad es Dios que nos está moldeando para mejorarnos y hacer algo nuevo en nuestra vida.

"¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos?
Él dijo: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido
 cuando te corrige. Pues el Señor disciplina a los que ama
 y castiga a todo el que recibe como hijo»" Hebreos 12:5-6

 "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" Filipenses 1:6

  5) Con el lápiz se pueden hacer grandes cosas, pero solo si es manejado por las manos correctas. Lograremos grandes cosas cuando tomados de la mano de Dios dejamos que El nos guie.

"Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de
 lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros"
Efesios 3:20
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" Filipenses 4:13

  6) El lápiz siempre deja su marca. Donde vayas, sin importar las circunstancias, el lugar o con quien estés, deja tu marca, la marca de Dios.

"Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza" 1 Timoteo 4:12

¡Dios te bendiga!

lunes, 18 de julio de 2016

Cuando el sentido común es la dirección opuesta


Supongamos que Dios te pide algo que va en contra de tu sentido común, algo totalmente contradictorio. ¿Qué harías? ¿Vacilar?

Todos tenemos hábitos, buenos y también algunos malos.

Llamamos hábito a todo lo que hacemos regularmente, la mayoría de las veces, inconscientes. Ya es parte de nosotros, está incorporado en nuestra rutina diaria. Y la única manera de romper un hábito es con la fuerza de la voluntad.

Exactamente lo mismo ocurre en nuestra vida espiritual.
Alcanzarás una y otra vez la altura de lo que Jesucristo requiere, pero vas a retroceder cuando llegue la prueba; a menos que tomes la decisión de rendirte por completo a Dios.
Vivimos nuestra vida espiritual de una manera mediocre, porque no nos arriesgamos, porque vivir cómodamente esta bueno. Porque si para servir a Dios tengo que dejar de hacer tales cosas… bueno, aun hay tiempo para seguir a Dios. De todas maneras lo que él me está pidiendo no tiene sentido alguno.

En el reino espiritual Jesucristo exige que arriesgues todo aquello en lo que confías o crees por sentido común y que saltes por fe hacia lo que el te dice.

Tan pronto obedeces, encuentras que sus palabras resultan tan solidas como el sentido común.

"Si quieres ser mi discípulo, debes aborrecer a los demás —a tu padre y madre, esposa e hijos, hermanos y hermanas— sí, hasta tu propia vida. De lo contrario, no puedes ser mi discípulo. Además, si no cargas tu propia cruz y me sigues, no puedes ser mi discípulo.
 Así que no puedes convertirte en mi discípulo sin dejar todo lo que posees."
Lucas 14:26-27,33

Para cualquier persona estas palabras son una locura, no tienen sentido alguno. Para un cristiano estas palabras son vida.

¿Como estas viviendo tu vida? ¿Te animas a vivir en la locura para ser un discípulo de Cristo?


Para los pocos que se abandonan a la voluntad de Dios, sin importar las condiciones, a donde los lleve, o el precio, eso es lo único que tiene sentido.

viernes, 15 de julio de 2016

Una libertad verdadera.

Levítico 26:13 "Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido".   
     1º. Fuimos sacado del gobierno de Satanás.
“…de Egipto…” ¿Te acuerdas que Egipto es símbolo del mundo? Y en el mundo Satanás ejerce dominio y autoridad porque él es su príncipe. Pero tú, como parte de la iglesia de Jesús, aunque vives en este mundo NO PERTENECES a él, ni estás bajo la autoridad del maligno. Perteneces a los salvos de Jesús y estás bajo la autoridad de Dios.
         2º. Ya no somos esclavos del pecado.
“…para que no sean siervos…” No más sirvientes del pecado. No más esclavos del pasado. Ahora eres siervo de Jesucristo. Le perteneces a Él. Estás a su entera disposición para vivir de acuerdo a su voluntad.
         3º. Somos libres en Jesús para escoger lo bueno y rechazar lo malo.
“…rompí las coyundas de su yugo…” No estás obligado a pecar. No estás obligado a hacer lo malo. No estás obligado a volver a vivir como vivías antes de conocer a Jesús. Eres libre. Tú escoges y eliges. Hazlo con sabiduría.
         4º. En Jesús somos alguien especial.
“…los he hecho andar con el rostro erguido…” Basta de sentirte lo último, lo peor, la más fea o el más tonto. Basta de desvalorizarte a ti mismo como si no le importaras a nadie y no sirvieras para nada. ¡Basta de creer las absurdas mentiras de Satanás! ¡Basta de tener lástima de ti mismo! ¡Eres alguien especial para Jesús! ¡Vales para Él! ¡Sirves! ¡Eres útil! ¡Eres importante para Dios! ¡Anímate a creerlo y a disfrutarlo! ¡Vale la pena!

jueves, 14 de julio de 2016

Muy necesarios



Hoy realmente no era de esto que iba a escribirles... hasta ayer. Dios puso en mi corazón esta palabra por medio de un hermano y me ayudó a explicar algo que hace mucho tiempo tengo el deseo de hacerlo. Hace unos días un hermano nos compartió sobre la Iglesia de Cristo. Qué es la Iglesia, o más bien quiénes son la Iglesia...
(https://yosigoajesus.blogspot.com.ar/2016/06/somos-iglesia.html)


Lea 1º Corintios 12:12-26 → "12 Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
14 Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.
15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?
18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.19 Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
20 Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
21 Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
22 Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; 23 y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. 24 Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. 27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular."

En esta porción Pablo se dirige hacia la Iglesia en Corinto comparando a la Iglesia de Cristo, osea nosotros, como un cuerpo. Donde la cabeza es Él, y nosotros el resto del cuerpo. Y con esto quiere explicar cómo funciona esta Iglesia, comparando a cada uno de nosotros con miembros del mismo. Cada uno con una función distinta, pensemos en el cuerpo humano, algunas funciones imprescindibles para la vida la cumplen los llamados "órganos vitales" sin ellos no hay vida. Pero hay otras partes de tu cuerpo sin las cuales podrías vivir... Pero, sabemos que de igual modo, no sería lo mismo, el rendimiento de tu cuerpo disminuiría, así como las funciones que éste pueda cumplir y la capacidad para hacerlo. Sin un ojo, sin una pierna, sin un dedo de la mano, sin un pulmón, inclusive sin un riñón; seguimos viviendo, pero... ¿Funcionaríamos al 100%? ¡Claro que no! Habría cosas que ya no podrías hacer y otras con más dificultad que si tu cuerpo estuviera completo. Y así es en la Iglesia, hay varias caracteristicas de este cuerpo en Cristo:     
  El cuerpo es uno solo (vs 20): ¡Todos somos uno! No puede haber conflictos, disensión, problemas que contaminan la unidad espiritual y generan desacuerdo entre los hermanos, esto genera una disfunción y el cuerpo no va a funcionar de la mejor manera. (vs 25) ¿Estás teniendo conflictos, desacuerdos con hermanos? ¿Hay en tu ministerio desacuerdo? Es hora de en amor, corregir esas asperezas para cumplir el rol que tiene cada uno en la Iglesia con excelencia.
  • Fuimos diseñados para cumplir un rol en ella (vs 18): Que Dios dispuso de antemano al crearte (Efesios 2:1) al no cumplir esta función fallamos, haciendo disfuncional al cuerpo. ¿O a caso la mano fue diseñada para oír? ¿El pulmón podría bombear sangre? Es la cabeza la que da la orden al órgano de qué debe hacer para que todo funcione ¿Dónde Dios te llama a servirle? ¿Estás respondiendo a ese llamado o estás sirviendo donde te conviene, donde te gusta? ¿Estás cumpliendo tu función con excelencia, u otros se encargan del trabajo que no haces? 
  • Todos somos necesarios (vs 21-23): Así como si no cumplieramos nuestra función, si faltamos en ella, o en el cuerpo, éste no va a funcionar bien. Cierto es que no somos imprescindibles, pero si necesarios. Como mencionamos al principio, seguimos viviendo, pero no rendimos al 100% como si todos funcionáramos bien... aún el trabajo más pequeño e insignificante, es el más importante! Ese que nadie nota "la parte decorosa" ¿Estás comprometido en la obra en algún área de tu iglesia? ¿Crees que no sos necesario en ella? ¿No te sentís parte de este cuerpo? Hoy Dios te llama a servirle, a cumplir el rol con el que te creó, a usar el o los dones con los que te dotó.

  Cuando un órgano falta o no cumple su función, para que siga funcionando (bien o mal) otro órgano cumple la misma, aunque no haya sido diseñada para eso, así es como se fatiga demás, hace un esfuerzo que no debería y terminaría por atrofiarse... (vs 26) No dejemos que otro se desanime, se fatigue, haciendo lo que no hacemos y deberíamos. Utilicemos nuestros dones, talentos, capacidades para servirle a Dios donde Él quiere, respondamos la orden de la cabeza, la cual tiene todo bajo control. Así como también hay cosas que afectan a los órganos (virus, bacterias, objetos injuriantes) no dejemos que las distensiones, la falta de acuerdo y problemas personales afecten la obra que llevamos a cabo como Iglesia. Sigamos creciendo en amor, siguiendo la verdad...

Efesios 4:15-16 "sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor."
  

miércoles, 13 de julio de 2016

Muralla eterna



"Que haya paz dentro de tus murallas, seguridad en tus fortalezas." Salmo 122:7 (NVI)


   En la antigüedad, los muros servían para proteger a las ciudades y evitar que los enemigos entraran fácilmente. Para los israelitas de Jerusalén, sus murallas eran la garantía de su seguridad; la mejor manera de resguardar la integridad de un pueblo era mantener altos sus muros y tener bajo vigilancia las puertas de entrada. 

   Hoy tenemos la misma necesidad de seguridad, pero no tenemos murallas que nos protejan como con las que contaba el pueblo de Dios. Y parece que cada día salir de nuestras casas implica enfrentarse a la inseguridad que abunda en las  calles. Los israelitas sabían que sus muros eran poderosos y altos, pero la seguridad que tenían no estaba solamente puesta allí. Estaba en el Dios que sostenía la ciudad y cuidaba la muralla. Podemos esforzarnos en lograr mejores medidas de seguridad, pero para lograr la paz en el alma y la tranquilidad interior, es esencial confiar en Dios.

   Él es la muralla incondicional, la fortaleza que te sostiene y cuida. Dios es la fuente de tranquilidad, es paz y cuidado para tu realidad insegura, es poder para tu sensación de estar indefenso. Dios es tu muralla eterna, que no cambia, ni se duerme, ni se derrumba.

"Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová."  Jeremías 15:20










martes, 12 de julio de 2016

¿a quién conozco realmente?

Leyendo Colosenses 1: 1-23, podemos ver que los creyente de colosenses luchaban arduamente  para mantener una vida consecuente de su fe en una provincia llena de paganismo y desenfreno.

En Colosas habían falsos maestros  que distorsionaban  la palabra de Dios  para poner órdenes a su favor, se hallaban falsas doctrinas, ocultismo pagano, legalismo judío, no se enseñaba que Jesús era Dios, entre oras.. Espafras (un miembro de la iglesia de Colosas) se preocupó por esto y aviso a Pablo que orara por lo que sucedía, Pablo  les escribe desde la cárcel a los de Colosas para presentarles al verdadero Cristo, el que había venido a la tierra, había muerto en una cruz y había vuelto al cielo; para aclarar por medio de Dios toda la conducción que se hallaba. 

Tal vez nos cueste entender cómo un grupo de creyentes equivoquen su visión del Señor Jesús, pero si somos honestos, lo mismo nos pasa a nosotros. A menudo  debemos preguntarnos ¿a qué cristo sigo? , ¿El que hablan hombres o el de la palabra de Dios? ¿Sigo a Dios porque realmente lo conozco o solo conozco de él? PORQUE NO ES LO MISMO CONOCER “DE” DIOS QUE “A” DIOS.

Necesitamos conocer más de cerca al Cristo de la biblia, el mismo que por medio de su espíritu inspiro la biblia. En una parte Pablo decía: Él es la imagen del Dios invisible (1:15ª). Cristo no es solo un ser divino más, él es el verdadero Dios encarnado. Aunque esta verdad no fue asimilada en los primeros años de la iglesia de Colosas, el espíritu santo fue revelado  a los creyentes que este Jesús no era solo un profeta, ni un ángel, sino Dios mismo. Cuando adoras a Cristo, adoras a Dios. Cuando sirves a Cristo, sirves a Dios.
Nunca olvides que el centro de la fe bíblica no es una religión perfecta o una iglesia perfecta, sino una persona: Jesús.


¿Ya te encontraste realmente con Él; lo conoces o solo conoces “de” Él; a quien seguís, a Dios realmente? , te recomiendo: VIVE BIBLICAMENTE TÚ VIDA.