lunes, 30 de junio de 2014

MejORAR

¿Qué hacés cuando estás triste? ¿Qué hacés cuando sentís que los demás están en tu contra? ¿Qué hacés cuando deseas algo de corazón y no podés conseguirlo? ¿Qué hacés cuando los demás te juzgan por algo que en realidad no es como piensan que es?
Te presento a alguien que pasó por todas esas dificultades juntas: Ana (podés leer más de ella en el libro de 1ra Samuel). Ana sentía una angustia inmensa porque no podía tener hijos. En esa profunda tristeza, tenía un esposo que no lograba comprenderla, y encima de esto tenía a su lado a una enemiga que la irritaba y atormentaba por eso, ya que ella sí tenía hijos. ¿Qué hacer en situaciones como ésta? ¿Sabés qué hizo Ana para mejorar las cosas? Orar. En ese momento las cosas cambiaron.
El primer cambio que podemos ver es en la situación de Ana. Ella pasó de estar en una situación de desánimo y desconsuelo, a una situación de decisión. Decidió presentarle ese caso a Dios. Dice Hebreos 4:16: “Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.”, porque “Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones” (Salmos 34:15).
Cada vez que estemos en una situación así, no dejemos que el desánimo y el desconsuelo nos venzan sino decidamos recurrir a Dios. Él nos ayudará.
Segundo cambio: cambió su corazón. Elcaná, su esposo, le preguntaba: “¿por qué está afligido tu corazón?”, porque así estaba Ana: afligida, atribulada; y se podía ver en su rostro y todo lo que hacía. Pero después, cuando fue al templo a orar al Señor y Elí habló con ella, la Biblia dice que no estuvo más triste. (¡No te pierdas ningún detalle de esta gran historia! Leela en el primer capítulo del libro de 1ra Samuel). Ana le dijo a Elí que fue a derramar su corazón ante el Señor. Después de eso se produjo el cambio. Ya no más aflicción; sintió alivio. Y eso es lo que podemos experimentar nosotros como hijos de Dios también. Filipenses 4:6-7 dice: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” ¡Qué hermoso el cambio que puede producir Dios en nuestro corazón! Qué gran intercambio: darle nuestras inquietudes, y Él nos da Su paz. ¡Gracias a Dios por eso!
¿Tercer cambio? Lo que Ana tuvo. Al principio ella tenía un ruego, pero ella al final de esto terminó teniendo una respuesta. En su angustia pidió un hijo, para dedicárselo al Señor, y Él se lo concedió. ¡Podemos confiar en que Dios nos va a responder! Lo va a hacer a Su tiempo, a Su manera y según Su voluntad; ¡y muchas veces de una manera que no imaginamos! Como dice Efesios 3:20: Él puede hacer muchísimo más de lo que nos podamos imaginar o pedir. ¡A Él sea la gloria! “Clama a mí, y yo te responderé” le dijo el Señor a Jeremías. “Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá” dijo Jesús. Dios no hace oídos sordos a las oraciones de sus hijos.

Sigamos el ejemplo de Ana, que tuvo la decisión de buscar al Señor, la actitud de derramar su corazón ante Él y dejar que Él lo cambie, y confiemos en que vamos a tener una respuesta de Su parte (Un “sí”, un “no”, o quizás un “esperá”) que va a ser para nuestro bien y para gloria Suya. Y recordá: Si queremos que las cosas puedan mejorar, lo que podemos hacer es orar.
Te desafío a que si hay algo que hoy pesa en tu corazón, en este momento lo pongas en oración. Que puedas experimentar esos cambios que Dios puede hacer :)
¡Dios te bendiga!

jueves, 26 de junio de 2014

Somos obra de sus manos


Es en momentos de aflicción donde nos replanteamos muchas cosas. Donde surgen preguntas a las cuáles sólo Dios sabe el porqué. Cuando en la familia hay problemas, cuando una persona importante para nosotros nos falla, cuando una relación amorosa no funciona, cuando perdemos a un ser querido... somos expertos en 'hacernos la cabeza'. 
Terminando el mes del Dia del Padre, no pude evitar pensar en lo importante que es un padre en la familia, es el guía, la cabeza de la familia y cómo influye en nosotros lo que piensen y hagan. Hoy quiero explayarme más en los problemas familiares, lo que es muy común hoy en día. Muchos nacimos y crecimos en familias cristianas, pero no es la realidad de todos. Puede que seamos 'un error' para nuestros papás, aunque incluso hayamos nacido dentro de un matrimonio. Puede que aún así, hoy en día suframos una separación o una convivencia conflictiva, o también puede ser que seamos los únicos creyentes en nuestra casa, y nuestra familia se oponga o no a nuestra Fe, pero, cómo desanima esa situación! Cualquiera sea tu situación familiar hoy, quiero decirte que nada de lo que estás viviendo no fue antes planeado por Dios.

No sos un error, nada de lo que tus papás te digan en un momento de furia o discución respecto a tu existencia es cierto. David en Salmos 139:16 dijo a Dios:
"Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,

Sin faltar una de ellas."
¿No fue tu papá y tu mamá quienes te planearon? ¡No importa! Es Dios quien planeó de antemano que existieras, Efesios 2:10 dice
"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." 

Y como todo lo planeado tiene un porqué, Dios nos creó con un propósito, también David expresa en un Salmo muy conocido: 138:8 
"Jehová cumplirá su propósito en mí;
Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos."

¡Qué hermosas promesas del Más Grande! ¿Cómo sentirnos sin un propósito, sin una razón por la cual vivir, si somos obra del mejor diseñador?

Dios es nuestro Padre Celestial, además de ser hijos de nuestros padres, no hay que olvidarnos que SOMOS HIJOS DE DIOS. Y esto es así en todos los aspectos, como David expresó en Salmos 27:10
"Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá."
No importa cuánta sea la carga que llevas, Su Misericordia es eterna y nunca nos dejará solos, aún así cuando no te sientas acompañado por tus mismos padres, Dios está con vos.
Otra promesa encontramos en Isaías 49:15
"¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti."
Dios es un padre perfecto, es quien está siempre con nosotros, aunque nosotros no lo tengamos en cuenta, es quien siempre se dispone a escucharnos y tiende su mano de auxilio. No dudemos de Su fidelidad!

No nos dejemos engañar por pensamientos que las situaciones que vivimos hacen que tengamos, ni dejemos que la aflicción nos aleje de Dios, al contrario, aprovechemos esos momentos para dejarlo actúar a Él en nosotros, para afianzar nuestra relación, acercarnos más a Nuestro Papá Celestial, como dice en 2°Corintios 12:9-1
"Entonces Él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte." (NTV)

Es cuando estamos en momentos de aflicción también, que nuestro corazón se sensibiliza y cuando de verdad, sentimos lo que leemos en Su palabra. ¿No es realmente un privilegio ser Hijos de Dios? Es increíble encontrar estas promesas de aliento de Su parte, sabiendo que Él no nos va a fallar, y otra vez demostrándonos que Su amor es lo más grande que hay! 

Si estás pasando por un momento como los que mencioné al principio, espero que te haya sido de ayuda y aliento este devocional... Somos de gran estima para el Dueño del mundo, que nada de lo que puedan decirte te haga dudar de ello: 
"Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida." Isaías 43:4


Dios te bendice! 

miércoles, 25 de junio de 2014

Nehemías




“Entonces le declaré como la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien."
Nehemías 2:18

Nehemías un copero del rey Artajerjes dice la historia que su corazón yacía triste debido a la cautividad de los judíos y a que la ciudad de Jerusalén estaba destruida.
Desde ese momento llevó esos pedidos en ayuno y oración, ya que sentía que debía hacer algo por ellos.

Llegó un momento en que su corazón estaba tan compungido que el mismo rey le pregunto a que se debía su preocupación.
Fue ahí que se cumplió la petición de Nehemías el copero del rey, ya que su autoridad le había concedido el pedido de viajar y reconstruir los muros del pueblo. (Esta es una introducción resumida de los capítulos 1 y 2, para ubicarnos en la historia de ese entonces.)

Pero me quiero detener más precisamente en el verso 18 del capítulo 2, Nehemías había llegado a la ciudad de destino a cumplir la misión, lo que impresiona es cuando dice, "Entonces le declaré como la mano de mi Dios había sido buena para conmigo", me pregunto si muchos de nosotros pudiéramos decir estas palabras, veo el calendario y estamos en el mes 6, Y mitad del año, increíble ya que es casi aproximadamente lo que tardo Nehemías hasta qué llego a Jerusalén, y que mejor ejemplo no?, siempre cuando uno empieza el año se propone metas a cumplir, objetivos, Nehemías tenía los suyos, hacía cuatro meses que venía de ayuno y oración desde que Dios puso en su corazón el deseo de ayudar.
Que mejor que esta mitad de año para empezar a revisarlos y ver cómo van, pienso en Nehemías y el para llegar a cumplir esa misión no le ha sido fácil, empezó nada más y nada menos que ayunando un gran principio también, tuvo momentos de preocupación como cualquier otro claro, pero sin duda con una fe inmensa. Mi deseo es que nos detengamos a pensar un poco en las increíbles maravillas de nuestro gran Dios hacía con nosotros,

“Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” Lamentaciones 3:23.

Cuantas veces como Nehemías tenemos deseos preocupaciones pero detenernos a pensar en sus obras es algo muy lindo, muchas veces no es fácil llegar a la meta, denota tiempo, cansancio, burlas como las sufrió Nehemías y sus colaboradores también, pero hacer una pausa y pensar en todo lo que ha hecho por nosotros desde su obra maravillosa en la cruz y hasta hoy, estoy segura que tenemos muchas bondades de nuestro gran Dios por agradecer.

Escrito por: Brenda Rojas

lunes, 23 de junio de 2014

EL CIELO ES PARA VALIENTES !




Si tú no le hablas al malvado ni le haces ver su mala conducta, para que siga viviendo ese 
malvado, morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte. En cambio, si tú se lo adviertes, y él no se arrepiente de su maldad ni de su mala conducta, morirá por causa de su pecado pero tú habrás salvado tu vida. Ezequiel 3-18.19

Si vemos de un principio el Señor le advirtió a los israelitas éstas palabras. 
Aplicándola hacia nosotros,  que Fuerte lo que el Señor nos dice, que GRAN RESPONSABILIDAD que nos deja.¡ Que Importante!  Demos a conocer la GRANDEZA DE NUESTRO DIOS, hablemos a los demás sabiendo lo que nos espera, no solo eso demostremos lo que Dios hace y sigue haciendo en nosotros. “Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (hechos 4:20)

Seremos rechazados, burlados, despreciados, pero seamos conscientes de que Jesús también lo  pasó. ¿Quién somos nosotros para no pasarlo?

“Y por todos a, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado” (2corintios 5:15). Su misma palabra lo dice, ya no vivimos para nosotros, sino para el que Dio la vida por cada uno de nosotros. Busquemos agradarle llevar su palabra sin miedo, El está con nosotros!  “Mira que te mando y que esfuerces y seas VALIENTE, no temas ni desmayes porque Jehová  tu Dios estará contigo adonde quieras que vayas”. (Josué 1.9)

Tenemos el privilegio de que Dios nos eligió y ser sus Hijos,  por algo estamos en este mundo, el privilegio de estarlo. Dios nos deja una responsabilidad que es: HABLAR DE ÉL, LLEVAR MAS GENTE A SU REINO.
al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17) Aprovechemos cada oportunidad que se nos da en el ámbito que estemos.

¿Estás dispuesto/a a cumplir esta gran responsabilidad que Dios nos da?

“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 pedro 2:21.)

Dios los guié y los bendiga!


Escrito por: Guillermina Pizarra

sábado, 21 de junio de 2014

Facebook y la Biblia

Me gustaría poder compartir con todos ustedes este devocional, que leí hace unos días y me pareció sumamente directo y real.. Espero que sea de mucha bendición para cada uno.

Inicio, abro el Facebook, miro el muro. Frases sueltas de personas que conozco, que me cuentan su vida, sus pensamientos y proyectos. A veces sus frustraciones. En ocasiones son comentarios que me hacen reflexionar. Les digo que Me gusta. Participo en sus vidas y ellos en la mía. Aunque viven a kilómetros de distancia. Es una red en la que puedes quedar atrapado, pero si sabes gestionarla, te conecta. Es productivo sobre todo si inviertes el tiempo con alguien con el que también te relacionas en el “mundo real”… Ya me entiendes.

Me reencuentro con viejos amigos del cole, y algunos quieren ser mis amigos cuando ni siquiera sé cómo se llaman. Envío privados cuando quiero algo más de intimidad, o escribo en mi perfil para proclamar mi vida a los cuatro vientos o reforzar mis pensamientos o decisiones.

Si te descuidas se te pasa el tiempo volando y quizá no has hecho nada, solo ver fotos de gente cuyas vidas quizá ni te interesan. Un escaparate de vanidades. O tal vez sí, aquella fotografía con tus abuelos y un amigo del pueblo de hace 10 años. Genial. Y de repente alguien te habla en tiempo real, porque tienes conectado el chat. En realidad te están hablando tres personas a la vez. Mientras hablas con ellos sigues viendo fotos, sigues comentando en muros ajenos, decidiendo que te gusta y que no, mientras en youtube se escucha la música de un videoclip que solo miras cada 27 segundos, lo que tardas en escribir dos o tres frases más a dos personas distintas, que viven en países distintos.

Por fin se descarga la película, compruebas que todo está ok, y sigues navegando en esa página que habla acerca de la física cuántica, un tema que en realidad nunca te ha importado, pero hoy sí. ¿Qué significa eso? Tengo curiosidad. Ocho pestañas desplegadas, y solo dos ojos para verlo todo, casi simultáneamente. Y vuelvo al Facebook, que es como un puente entre información e información y me mantiene al día, (al minuto).

Somos multicanal, estamos acostumbrados a información en masa, gestionando datos, alguno más interesantes que otros, otros necesarios, aprovechando el tiempo o quizá simplemente dejándolo pasar, pero quiero seguir conectado, no quiero perder ningún detalle de lo realmente importante...

Luego Tuiteo una frase que en realidad no es mía, pero mis followers la retuitean como si fuera la última coca-cola en el desierto. Vuelvo al muro, no hay novedades, pero sigo sintiendo que no estoy del todo conectado.


Inicio, abro la Biblia. Historias, frases sueltas de personas que conozco sólo a través de ella. Me cuentan su vida, sus pensamientos y proyectos. A veces su frustraciones. Sí, sus comentarios me hacen reflexionar porque parece que hablan de mí. Me gusta. Participan en mi vida, de una forma real, moldean mi manera de pensar aunque vivieron hace miles de años.

Una verdadera red de la que formo parte, que me explica qué es lo que me atrapa y cómo liberarme, para de verdad conectar, en todos los sentidos. Es productivo sobre todo si inviertes el tiempo queriendo conocer, a través de sus páginas, a Alguien con quien te relacionas en el “mundo real”… Ya me entiendes.

Me reencuentro con situaciones que viví en el cole, o ayer, con personas o conmigo mismo. Entonces en lo privado, en secreto, envío mensajes porque busco intimidad. Quiero resolver, resolverme. Quizá me lleva a contar mi vida a otras personas y hacer públicas mis decisiones y pensamientos. A veces me ayuda.

Si me descuido, se me pasa el tiempo volando. Pero también, si no muestro interés, solo leo por rutina historias que quizá ni me interesan. Pero quizá sí, de repente, alguien me habla en tiempo real. Porque a pesar de todo, estoy conectado con Él. Bueno en realidad no solo habla Él, otras cosas también me hablan, mis deseos, mi pasado, mis ideas, mi realidad, las voces de amigos, la cultura…

Sigo hablando y escuchando, preguntando cosas. De repente pienso en los otros, en mis conocidos, empiezo a examinar sus vidas, dejo de observarme y miro el ojo ajeno, decidiendo qué me gusta y qué no. Aunque en realidad no les presto atención, mantengo esos pensamientos en un segundo plano aunque cada 27 segundos vuelvo a ellos, tal vez por puro entretenimiento. Pero por fin pongo mis cargas donde debo y pido perdón. Reflexiono. Compruebo que está todo Ok y sigo navegando por las páginas de una carta, a cuyo contenido no había prestado atención, pero hoy sí, quizá es importante. Tengo curiosidad. Muchas imágenes a la vez, muchas enseñanzas, pensamientos y actos de fe que debo asumir y solo dos ojos para verlo todo, casi simultáneamente. Mi mente vuela por todas partes intentando comprender, comprender a otros, comprender a Dios, comprender el mundo y comprenderme. Pero vuelvo a la Biblia que es como un puente entre mi vida y lo que me rodea y me mantiene al día, cada momento.

Somos multicanal, estamos acostumbrados a información en masa, gestionando datos, alguno más interesantes que otros, otros necesarios, aprovechando el tiempo o quizá simplemente dejándolo pasar. Y en esa lucha de informaciones debo decidir si quiero seguir conectado a lo realmente importante y quiero dejar que me afecte.

También hablo de esas cosas a los demás. Frases, ideas, a veces frases cortas, como tweets que Él nos habla a través de la Palabra. Claro, las frases no son mías, pero sus followers las transmitimos a otros porque es el agua que necesitan en su desierto. Y luego, vuelvo a la Biblia, siempre hay novedades porque está viva y es eficaz. Es un espejo, una Espada, es útil. Me lleva a hablarle, a orar y a formar parte de una red eterna. Entonces sé que de verdad estoy conectado.


miércoles, 18 de junio de 2014

Dando una buena imagen.




Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. 1 Samuel 16:7

Este pasaje muy conocido lo recitamos casi de memoria en nuestra defensa, muchas veces para justificarnos, decimos que no importan lo que los hombres piensen mientras que lo que haga agrade a Dios, y es verdad, pero hay algo que este pasaje esconde.

Es importante dar una buena impresión con la imagen, por ejemplo: si se trata ir a buscar trabajo lo ideal no es ir todo desprolijo, O si tu novia/o te quiere presentar a sus padres, lo mejor es dar una buena impresión. La imagen habla mucho de uno mismo; Incluso si se trata de aparentar algo que no sos puede quitarte o agregar años. Cambiar tu imagen es ideal para hacerle pensar a la otra persona lo que queres que piense de vos.

Pero la aprobación mas grande en tu vida viene departe de Dios, si el te da el “Ok” todo va a salir bien.
EL PROBLEMA ES QUE ÉL NO MIRA LO EXTERIOR, SINO QUE MIRA EL CORAZÓN, y es en ese lugar donde vos no poder aparentar algo que no sos.
Jeremías 17:9 Dice: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

¿COMO ESTÁ TU CORAZÓN?

El salmista sabía que Dios miraba su corazón y oraba diciendo: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. Salmos 51:10

Te desafío a que mires adentro de tu corazón y hables con Dios. :)

Escrito por: Joel Martinelli

miércoles, 11 de junio de 2014

CUIDADO CON LA BOCA NENE!!!



Entre los israelitas vivía un hombre, hijo de madre israelita y de padre egipcio. Y sucedió que un día este hombre y un israelita iniciaron un pleito en el campamento.  Pero el hijo de la mujer israelita, al lanzar una maldición, pronunció el nombre del Señor; así que se lo llevaron a Moisés. Y lo pusieron bajo arresto hasta que el Señor les dijera qué hacer con él. Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Saca al blasfemo fuera del campamento. Quienes lo hayan oído impondrán las manos sobre su cabeza, y toda la asamblea lo apedreará.  Diles a los israelitas: “Todo el que blasfeme contra su Dios sufrirá las consecuencias de su pecado.”  Además, todo el que pronuncie el nombre del Señor al maldecir a su prójimo será condenado a muerte. Toda la asamblea lo apedreará. Sea extranjero o nativo, si pronuncia el nombre del Señor al maldecir a su prójimo, será condenado a muerte. Levítico 24:10-16”

La blasfemia es insultar e injuriar el nombre de Dios. Utilizar su nombre de manera despreciable o decirle a Dios las palabras más bajas y sucias que puedas imaginar.
Indudablemente el muchacho que blasfemo el nombre de Dios debe haber gritado como un descontrolado mientras se agarraba a golpes de puños con el otro israelita, y dado que el problema fue dentro del campamento, más de uno escuchó sus insultos y blasfemias. Fíjate que Dios le ordena a Moisés que todos aquellos que fueron testigos del incidente (“oyeron”) pongan sus manos sobre la cabeza de él para que toda la congregación lo mate a piedrazos.
Dios deja claro que Su Nombre es Santo. Su Nombre no puede ser tomado a la ligera, ni usado para descargar las pasiones más descontroladas. No importaba quién fuera, judío o extranjero, debía morir. Si ellos (y nosotros) no podían respetar el nombre de Dios ¿qué tipo de respeto podía esperarse entre los propios hermanos? Si lo más santo, sublime y eterno es tratado con desprecio y bajeza ¿qué se puede esperar, entonces, de todo lo demás que ni siquiera se acerca a la santidad de Dios? Me refiero a nuestras relaciones diarias con las demás personas.
Entiendes? La persona que es capaz de insultar a Dios es capaz de hacer cualquier otra porquería, sin tener ninguna clase de límite o control en sus actos. El que se atreve a insultar a Dios es porque primeramente practicó (y mucho) insultando a sus amigos, hermanos, a sus propios padres, a sus docentes del colegio, a sus patrones del trabajo y a cuanta persona se cruzara en su camino. A una persona así no le importa nada.
Piénsalo.
A veces, en tu, en tu “desesperación” por ser como los demás y sentirte “aceptado”, “respetado” o “tenido en cuenta”, incorporas a tu vocabulario un montón de expresiones vulgares. Al principio “te cuidas” y las usas únicamente con tus amigos, pero después, cuando perdiste el control, hasta tus propios padres sufren las repugnantes palabras que salen de la cloaca de tu boca. Estás tan cerca de blasfemar contra Dios…
Tal vez creciste en un hogar en donde de cada 10 palabras, 8 eran insultos. Y te habituaste a oírlas, creerlas y a usarlas contra tus padres y hermanos cada vez que te sentías lastimado por alguna de sus actitudes.
En algunos hogares son los propios padres quienes festejan las primeras malas palabras que el nene dice. ¡Qué tierno! Y pensar que después se agarran la cabeza y no saben qué hacer cuando “el nene” usa esas mismas palabras contra ellos.
No importa cuál sea el caso. Lo que te tiene que quedar en claro es que cualquier clase de insulto, maldición o blasfemia que digas, es pecado contra las personas y contra Dios mismo. No es un mecanismo de liberación, porque aunque descargues muchas cosas que te presionan emocionalmente, te hundes y te esclavizas espiritualmente.
Limpia tu boca. Sé santo en tu manera de hablar. Recuerda que un insulto nunca soluciona nada y siempre empeora las cosas. Aunque no siempre sea fácil, usa palabras que edifiquen.
De chico mis padres inculcaron el mi un versículo hermoso!
Que me llevo algunos años ponerlo en practica pero el día que comencé a hacerlo, mi vida y testimonio cambio por completo!
Se los comparto:
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Efesios 4:29”

DIOS LES BENDIGA! J

lunes, 9 de junio de 2014

Una obra en construcción

     

      Cuando iba a la escuela primaria cruzaba todos los días por una esquina en la que tiempo atrás había un terreno vacío; sólo pasto en ese lugar. Pasaron días y meses, hasta que pude ver que habían puesto ahí unos ladrillos y otros materiales. Más adelante fueron construidos los cimientos, y poco tiempo después vi que habían levantado unas paredes. Había visto todas las semanas como iba avanzando la construcción, y después de haber empezado la secundaria, vi al pasar por ahí que esa construcción que de a poco vi avanzar, hoy es una hermosa casa.
      Si no hubiese sido por los constructores que trabajaron día tras día en ese lugar, sólo hubiesen quedado los materiales, solos y sin ningún propósito. Era una obra que alguien comenzó, y que de a poco se fue terminando.
      En la Biblia podemos ver que Pablo le dice a los Filipenses:
“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes
la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.”
(Filipenses 1:6, NVI)
      ¿Quién es el que comenzó una obra en ellos, quienes estaban en Filipos? El mismo que también empezó una obra en vos y en mí. Dios trabaja en la vida de sus hijos amados.
      Cuando nos encontramos con Dios y cuando leemos Su Palabra nos damos cuenta de la condición de nuestro corazón, vacío y en ruinas a causa del pecado. ¡Un terreno en el que Dios quiere obrar!

      Esta buena obra es Dios quien la puede hacer. Él es quien puede nos transformar, corregir, restaurar y llenarnos de Él. Nuestra parte es rendirnos a lo que Él quiere hacer en nuestra vida, que lo vamos a poder ir descubriendo a medida que conocemos Su Palabra, la cual tiene un poder inmenso para obrar en nosotros (como dice Hebreos 4:12). Esta obra, hasta el día de Cristo Jesús, Dios la quiere ir perfeccionando; esto quiere decir: ¡continuamente!
      ¿Viste alguna vez una construcción detenida por mucho tiempo? ¡Da lástima! Da lástima ver que está el terreno y los materiales, pero uno sabe que hay algo que impide que siga avanzando y que se complete. Qué lástima sería que la obra de Dios se detenga por un tiempo en nosotros, ya sea porque descuidamos nuestra relación con Él, o porque hay algo que no queremos dejar, o porque no le obedecemos del todo, o porque nuestro corazón se resiste a hacer Su voluntad y a Su obrar. ¡Dios no quiere eso!
      Muchas veces también habrá cosas que Dios va a tener que derribar para construir algo nuevo. Quizás un mal hábito que debe acabar, un ídolo que le quita Su lugar, algo en nuestra mente que se debe renovar, y más. ¿Te animarías a pedirle a Dios que destruya lo que tiene que destruir, para que obre de la manera en que quiere hacerlo? Es un gran desafío, pero no tengo dudas de que pedirle que se haga Su voluntad, siempre, siempre, siempre es lo mejor.
      Qué bueno que Dios sea paciente con nosotros, y siga obrando en nuestro corazón a pesar de que muchas veces nos cueste obedecerle y llegar a ser como Él. Qué bueno sería que también nosotros seamos más tolerantes con las faltas de los demás, sabiendo que Dios también está trabajando en el corazón de ellos, y no terminó de hacerlo todavía.
      Ese mismo Pablo, en su carta a los Romanos (vers. 5:3-5) dice que se goza en sus tribulaciones porque la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza. También dice que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman (v. 8:28). Entiende que las circunstancias y las experiencias que vive son otra manera más en la que Dios obra en Él. Así Dios lo hace en nosotros también; busquemos qué es lo que quiere hacer Dios en nosotros a través de cada situación en la que nos pone. Quizás nos demos cuenta de Su obrar, y quizás no lo entendamos, pero confiemos en Él aunque no lo veamos, ¡tengamos fe!

      Pensemos si estamos dejando obrar a Dios en nosotros o nos estamos resistiendo a que lo haga. Pensemos si hay algo que está impidiendo que Su obra en nosotros continúe como debería continuar. Pensemos si no estamos siendo pacientes con los demás y el obrar de Dios en ellos. Pensemos qué es lo que Dios está queriendo hacer en nosotros con eso por lo cual estamos pasando hoy; confiemos en Su obrar.
      ¡Que Dios te bendiga! Y que podamos decir, como dijo David:

El SEÑOR cumplirá su propósito en mí
Tu misericordia, oh SEÑOR, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos.”
Salmos 138:8
En Versión Dios Habla Hoy:
“¡El Señor llevará a feliz término su acción en mi favor!
Señor, tu amor es eterno;
¡no dejes incompleto lo que has emprendido!” 

miércoles, 4 de junio de 2014

Las verdades del engañador





“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Juan 10:10 
Estando en uno de los servicios del domingo tiempo atrás, el pastor dice hay algo que me paso, hace unos años atrás me llaman por teléfono diciendo que salí ganador de un concurso, pero que para poder retirar el premio debía antes de hacer un depósito bancario de una x cantidad de dinero.
Inmediatamente dije, ¿cómo? ¿No he ganado? ¿Acaso no son gratis los premios?
Pero resulto ser todo un engaño, fui una víctima no había ningún premio. Y descubrí que me estaban llamando desde una cárcel, me querían hacer caer en la trampa.
Pero ¿cómo llevo esta analogía a mi vida a, nuestras vidas?
Como claramente dice la biblia, el Diablo es el padre de mentiras, está activo, y cuantas veces nos quiere llevar a nosotros a su guarida, la cárcel, está al acecho.

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;” 1º Pedro 5:8 

Él también nos llama desde adentro engañándonos también, ofreciéndonos “atracciones”, placeres temporales, y luego una vez que nos tiene adentro es muy difícil salir, porque claro, hay un precio que pagar.
La verdad es que estamos libres en Cristo Jesús, él nos liberto, y por eso cada día, debemos de estar alertas, como dice el verso, ya que el Diablo constantemente nos quiere hacer caer.
Es importante que no nos dejemos engañar a nosotros mismos, y para ellos hay una solución, la de tener relación íntima con Cristo.
Y como dice el libro de Santiago seamos no tan solo oidores sino también hacedores de la palabra, hoy en día estamos en tiempos más difíciles donde la verdad este cada día siendo tergiversada que si no velamos no pasamos tiempo con el Señor vamos a terminar cayendo en sus redes.

Escrito por: Brenda Rojas.

lunes, 2 de junio de 2014

CONSULTADO






No puedo olvidar una frase que escuche en la película: Harry Potter; "...siempre se dará ayuda en Hogwarts al que la busque..."
Y me recuerda siempre a "¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos."  Apocalipsis 3:20 (NTV)

Lamentablemente en muchas áreas de nuestra vida hemos relegado a Dios, ya no lo tenemos en cuenta cuando viene el momento de decidir.
¿Por qué?
La experiencia que viene de las muchas vivencias, el conocimiento adquirido suelen darnos una especie de seguridad, de saber como manejar las cosas porque ya sabemos lo que pueda suceder. ¿Más claro? "No se confíen en su propia inteligencia". Tal vez nos preguntamos por qué las cosas nos salen mal, o no alcanzamos lo que con tantas ancias deseamos. Simplemente porque dejamos de Consultar al Soberano, al que conoce todas las cosas, que es omnisciente.

Hubo alguien que era muy consiente de ello. Y no dudo en Consultar.

Los filisteos habían avanzado, desplegando sus fuerzas en el valle de Refayin, así que David consultó al SEÑOR: —¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi poder? 2 Samuel 5:18-19b (NTV)
David acaba de asumir como Rey y los Filisteos pensaron que era una buena oportunidad para atacar, pero David fue sabio y no perdió tiempo, CONSULTÓ a Dios, y obtuvo la victoria.

 Pero los filisteos volvieron a avanzar contra David, y desplegaron sus fuerzas en el valle de Refayin, así que David volvió a consultar al SEÑOR. 2 Samuel 5:22-23b (NTV)
Duros, tercos y empeñados en destruir al pueblo de Israel, el pueblo Filisteo se rearmó para atacar en el mismo valle. Lo sorprendente es que David no uso de su experiencia, más allá de que tuvo una gran victoria, el sabía que Dios conocía todas las cosas, que nadie mejor que Él para enfrentar nuevamente al pueblo enemigo. Así fue como CONSULTÓ a Dios, y él le dio una nueva estrategia, que también funcionó.
¿Qué hubiera pasado si David se guiaba por su experiencia y conocimiento? Ni hablar de que su anterior victoria lo abalaba, pero Dios le había dado la victoria.

¿Querés alcanzar Victoria, Éxito en todas tus cosas?
"...Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes " Santiago 4:6b (NTV)

No hay nada más humillante que Reconocer que no somos nada y Necesitamos la ayuda de Dios.
CONSULTALO. Que tu Biblia tenga más búsquedas que Google.