viernes, 15 de abril de 2016
Vivimos por fe
“El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe.”
Habacuc 2:4
Nueva Versión Internacional (NVI)
Estoy seguro que al igual que yo, alguien se ha preguntado alguna vez acerca del significado de este Versículo: “El justo por su fe vivirá” y que al igual que yo me pregunto, otros se deben preguntar, ¿Que es vivir por la fe? O vivir por la fe, se limita a simplemente tener fe y aprender a esperar lo que no podemos ver todavía? O andar haciendo declaraciones absurdas muchas veces, esperando que las cosas nos caigan del cielo, sin conocer el trasfondo y valor de la fe?
Tácitamente, desde la creación, pasando por el Patriarca Abraham, conocido como el Padre de la fe, los profetas, el Nuevo Testamento y Jesucristo, hasta Apocalipsis, en La Biblia, no se habla de otra cosa que no sea FE.
Y el Apóstol Pablo en Gálatas, prácticamente dedica todo este libro a la diferencia entre vivir en la Ley y/o vivir en La Gracia de Dios por medio de la fe; ahora bien, si vivir, viene de vida y vida es respirar, estar vivo, vivir en la fe, o por la fe, significa que no es algo que hagamos un día si, un día no, un rato si, al otro rato, no, algunas veces, los Domingos, cuando nos acordamos de Dios o cuando vamos a tomar los alimentos; es algo que debe hacerse siempre, todos los días, 24 horas al día, los 365 días al año, pues así como no podemos dejar de respirar para vivir, porque nos morimos por falta de oxígeno, tampoco podemos dejar de tener fe, ni un día, ni una hora, ni un mes, ni siquiera unos pocos segundos.
La fe, creer, es el oxígeno de la vida espiritual, lo que nos mantiene vivos y conectados con Jesús, con El Padre y con El Espíritu Santo, en perfecta paz y armonía, con El, consigo mismo, con el prójimo, y con el mundo y debe ser tan natural como respirar, como caminar, como hacer planes, como despertarse cada mañana, como dormirse cada noche.
Como les decía anteriormente, toda La Biblia, tiene un mensaje implícito, tácito o sobreentendido, que se basa en la fe, en creer, creer en Jesús como dice La Escritura (no como yo quiera creer) en lo que dice La Palabra, en la naturaleza de Dios, en las promesas, en las bendiciones y maldiciones, en los acontecimientos pasados, presentes y futuros y si aprendemos a confiar en ese libro y lo que dice Dios a través de Él, vamos a poder descansar en Jesús, porque ciertamente como Él lo dijo en otras palabras, todo lo tiene bajo control, lo bueno, lo malo y lo regular, lo que pasa a nivel personal, municipal, de gobiernos o naciones, todo, sucede porque es Su voluntad.
Aprender a vivir por la fe, es como aprender a navegar en la red, es aprender a navegar en otra dimensión, mantenernos conectados e informados, es cien por ciento espiritual, en una corriente de aguas puras y santas, es saber y tener la certeza de que Cristo, vive en mí y yo en El; que yo estoy muerta para el pecado y que el pecado no tiene poder sobre mí; es saber que así como uno no tiene que preocuparse por respirar, o como respirar, tampoco tengo que preocuparme de otra cosa que no sea permanecer en Jesús y El, hará que demos fruto, que prosperemos, que nos sanemos, que oremos, que leamos La Biblia y la pongamos por obra y aun que crezcamos cada día en la fe, la esperanza y el amor. Si por alguna razón no puedes estudiar o leer La Palabra, entonces simplemente escucha, porque la fe viene por escuchar y escuchar las cosas de Dios.
Vivir por fe, es estar confiado y saber esperar en Dios; es saber que eres un hijo, una hija de Dios y comportarte como tal; es ser íntegro y congruente con todas tus acciones, pensamientos y sentimientos; es saber que tienes un Dios con quien puedes contar, pero también saber ser apoyo y soporte, para que otros puedan confiar y contar contigo; es amar a Dios con toda tu mente y tu corazón y también sentirte amado o amada por El; vivir por fe, es amarlo, adorarlo y servirlo, amando y sirviendo a tu prójimo; vivir por fe, es caminar con El, y El contigo, como esposo y esposa, como amigos inseparables, como una gota de agua que hace parte del gran océano; es ser justo y saber siempre que es lo correcto, lo bueno y lo malo; es tener un amigo que te ofrece su hombro para los momentos de angustia; vivir por fe es estar gozosos y confiados en el Dios de nuestra salvación, en Jesús, el autor y consumador de la fe.
Y finalmente, así como toda organización, trabajo o proyecto, tiene un propósito, unos objetivos que alcanzar, así también, el objetivo y la meta de todo cristiano, es vivir por fe, al menos ese es mi propósito de ahora en adelante y mi meta, espero también sea la tuya. Me despido con este hermoso versículo:
«Ningún ojo ha visto,
ningún oído ha escuchado,
ninguna mente humana ha concebido
lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.»
1 Corintios 2:9 (NVI)
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