viernes, 29 de mayo de 2015

Primero a Dios

¿Deseas algo fervientemente? ¿Hay algo que tu corazón anhela pero que por alguna razón no aparece?
A medida que transcurre la vida, así como nuestro cuerpo, también nuestros deseos cambian y nuestro enfoque varía. Y aprovechando que estás en una página para jóvenes, vamos a hablar de tus deseos.Quizás deseas un trabajito, un/a novio/a, un trabajo serio, formar una familia, tener hijos, independizarte, un auto, una casa, etc…

Jesús dice en Mateo 6:33 ‘’buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas’’. Cuando habla de ‘’todas estas cosas’’, se refiere a todo lo que Dios sabe que necesitamos, NO a lo que por capricho queremos.

Nosotros los seres humanos tendemos a querer todo a destiempo y desordenadamente, con el menor esfuerzo. Muchos oran así: ‘’Dios: quiero un trabajo… Si me lo das, te prometo que me pongo las pilas’’, o ‘’Dios: dame un auto para que pueda ir a la iglesia’’, o ‘’Dios: Dame una señal, necesito saber que no voy a quedar soltero para siempre’’, ‘’Si me das una novia te prometo que te voy a servir’’.

Una vez se me perdió el mp3 en el desorden de mi pieza. Antes de limpiarla, me puse a buscar el mp3 para escuchar música mientras ordeno. Nunca lo encontré, no estaba por ninguna parte. Cuando ordené mi habitación apareció. Moraleja: Así están muchos. Buscando en el desorden de su vida su auto, su casa, su novia, su familia, su economía, sus estudios, su trabajo, y nunca lo encuentran porque en realidad debería estar ordenando su vida para que las cosas aparezcan. No debo tener ‘’eso que deseo’’ para, recién, empezar a ordenar mi vida. Así nunca lo van a encontrar. Si buscamos en el desorden, nada aparece, pero si ordenamos, las cosas aparecen. ES ASÍ.

Imaginen a Adán diciéndole a Dios: ‘’Yo quiero ser feliz primero, dame a Eva para que yo trabaje con más entusiasmo, para que juntos le pongamos nombres a los animalitos, que tierno’’. NO! Dios lo puso primero a trabajar, a hacer sus deberes en la tierra, y luego llegó Eva. Desesperamos por lo que deseamos, cuando deberíamos tener hambre y sed de justicia, y las demás cosas, ser añadidas por Dios.


Empecemos a preocuparnos por tener a Dios en el corazón. Busquemos lo que tenemos que buscar, y no desesperemos, descansemos en Dios teniendo fe, sabiendo que nunca falla y que cumple sus promesas. Él sabe mejor que nosotros qué es lo que necesitamos, y si somos fieles en lo poco, Dios en lo mucho nos pone.
¡Bendiciones para todos! 

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