jueves, 30 de abril de 2015

Libres en Cristo


"Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud." Galatas 5:1 (NVI)

¿De que se trata la Libertad en Cristo?
Vamos a ir desmembrando esta cuestión. Si hallamos libertad en Cristo significa que antes eramos esclavos. Esclavos del pecado.

El pecado irrumpió en la humanidad no permitiendole acercarse al Creador.
Dios le dio a su pueblo las leyes para que las cumplan, y aun así la ley solo logró seguir condenándonos. ¿Cuál es el motivo? El pecado se apodero de nuestra razón y nos conduce en dirección contraria a la que Dios nos ordena.

No nos guiamos por instinto como los animales, Dios nos dio la capacidad de decidir a través de nuestros pensamientos, y la mala noticia es que el pecado controla nuestras decisiones. Por eso el apóstol Pablo decía que hace lo que no quiere hacer, y no hace lo que sí quiere hacer.
Cuando Cristo entra a nuestra vida, también lo hace el Espíritu Santo de Dios. Y donde esta el Espíritu de Dios ahí ¡hay libertad!
Libertad, libertad como la capacidad de elegir seguir a Cristo y obedecer a Dios.

¿Por qué si tenemos esa capacidad de decidir, continuamos pecado?

"En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana," Rom 8:3 (NVI)

Uno de los tres enemigos que tenemos es "La carne", es decir, nosotros mismos. Todavía seguimos luchando contra el pecado que corrompió la creación divina (nuestro cuerpo), pero Dios condenó al pecado dentro del contexto de la naturaleza humana, reitero: nuestro cuerpo.
Por lo tanto en Cristo tenemos la libertad de decidir y poder obedecer.
Dios nos llama a la santidad porque tenemos la capacidad para ser santos.

Te desafío a que comiences a vivir en libertad. Te mantengas firme y constante buscando a Dios en oración cada día, leyendo y meditando en su palabra.
Fuiste limpio del pecado, no vuelvas a ensuciarte.
¡Somos LIBRES!

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