En nuestra vida espiritual muchas veces atravesamos momentos difíciles, momentos en los que no tenemos ganas, estamos cabizbajos y deambulamos sin dirección.
No tenemos incentivos para servir a Dios, no tenemos fuerzas para las tareas cotidianas, y pese a que el Espíritu Santo de Dios vive en nosotros, no hay alegría, no hay paz, no hay fuego.
Preparando un material descubrí algo interesante:
La Depresión en las personas se puede dar por diversos motivos. Increíblemente una de las causas fisiológicas que pueden producir depresión es la Falta de LUZ. Las Personas que viven encerradas, o que viven cerca de los polos donde el sol se esconde rápido tienen muchas probabilidades de sufrir depresión.
"La Enseñanza de tu palabras iluminan, y hasta la gente sencilla las entienden" Salmos 119:30 (RVC)
En nuestra vida espiritual muchas veces es similar. Sufrimos depresión por vivir en la oscuridad, lejos de la luz de la palabra de Dios.
Su palabra es la que nos alimenta, nos instruye y nos corrige, la que en la oscuridad de nuestro corazón puede descubrir los pecados ocultos, puede sanar las heridas que llevamos dentro.
Una persona que tiene dirección, que a descubierto su misión y visión, debe hacerlo a la luz de la Biblia. Lamentablemente poco nos acercamos a ella, nos encerramos en nuestra opinión y no dejamos que el maestro nos enseñe. Con el tiempo nos volvemos apáticos, olvidamos lo que Cristo hizo por nosotros (un síntoma de depresión es la falta de memoria) estando así depresivos.
Te animo hoy a que dejes que la Palabra de Dios sea luz en tu vida, dirija tus pasos, corrija tus errores y evacue tus dudas.
Ora a Dios cada día pidiéndole que te hable.
Lee su palabra interpretando lo que tiene para decirte y buscando una aplicación práctica para tu vida.
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