viernes, 17 de abril de 2015

La habitación del corazón

Mateo 12:43-44 dice que nuestra vida es comparable con una habitación sucia y desordenada, que es limpia una vez que entregamos nuestro corazón a Jesús.
Considerando que todos o la gran mayoría de los jóvenes, con más frecuencia los varones de 12 a 20 años, ordenan y limpian su pieza una vez cada tres cuartos menguantes, entonces todos estaremos al tanto de saber lo que es una habitación VERDADERAMENTE DESORDENADA. Por lo tanto la persona que no suele mantener el orden diariamente, la vez que limpia lo hace profundamente, y solo al terminar puede ver la suciedad en la que estaba viviendo. Uno saca la bolsa grande llena de basura, tierra, polvo, papeles, botellas, pelos, y muchas otras cosas que es mejor embolsarlas en un ‘’etc’’ y no nombrarlas por razones obvias.
Cuantas veces me han preguntado: ‘’¿Para qué vas a la iglesia?’’, ‘’¿Para qué te dejas llenar la cabeza?’’, ‘’¿Por qué no disfrutas de la vida?’’, o varias veces eh oído afirmaciones como: ‘’Tarde o temprano te van a gustar los bailes, las chicas, ya te vas a dar cuenta.’’ O: ‘’No podes tener novia sin tener relaciones, si seguís así ella te va a engañar o se van a dejar de gustar’’. O más frases irónicas como: ‘’Me vas a decir a mí que no te dan ganas de estar con otras chicas’’.

Conclusión: Las personas temen dejar ‘’la comodidad’’ del desorden porque la limpieza cuesta trabajo. Uno descubre la felicidad y el bienestar solo en Cristo. Allí y solo allí, una vez limpia la habitación del corazón, uno se da cuenta de la mugre en la que está viviendo. Mi respuesta a todas estas preguntas y opiniones es: ¿Qué harías vos si al terminar de limpiar tu habitación que estuvo sucia durante mucho tiempo, y ahora luce radiante, yo agarrara la bolsa en la que acabaste de meter toda la mugre que juntaste, y la vuelvo a esparcir en el piso, en tu cama, en tu ropero, por todo el cuarto? No creo que exista otra SENSACIÓN más ASQUEROSA. Lo mismo sucede con la persona que dejó el pecado para entregarle el corazón a Cristo, cuando le muestran las cosas del mundo, no quiere volver, una vez sano de la enfermedad, no quiere volver a padecerla. Y aquellos que no lo entienden o no lo sienten, es porque no han limpiado del todo su corazón, para que Cristo habite en él. 


Sugiero que saquemos de nuestra vida las cosas pasadas (acciones, pensamientos, palabras) y hagamos lo que dice Pablo:

''Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad de mansedumbre, de paciencia; soportándose y perdonándose unos a otros, de la manera que Cristo los perdonó, así también hacedlo vosotros. y sobre todas estas cosas vestíos de amor que es el vinculo perfecto.Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; sed agradecidos.'' (Colosenses 3:12-15)

Espero que a través de esto el Señor te haya bendecido y lo siga haciendo! 

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