viernes, 3 de abril de 2015

QUE RECORDAMOS HOY ?





Hoy es Viernes Santo.  Este día en el calendario cristiano reconoce y representa la entrega, la persecución y la muerte de Jesucristo.  En la Iglesia Evangélica no estamos muy cómodos con este día.  En algún sentido está bien, porque la crucifixión de Cristo nunca debe llegar a ser rutina.  Si vemos la cruz como un adorno o un símbolo, nada más, hemos perdido todo el poder de este día.  Debemos estar incómodos.

A la vez, no nos gusta estar molestos, especialmente por la brutalidad de Viernes Santo.  No es muy popular en nuestros círculos enfocarnos en la cara desfigurada de Jesús o en su espalda ensangrentada.  Es asqueroso.  Preferimos el Cristo victorioso, ¿no? Dejamos que la Iglesia Católica celebre este día con sus procesiones y misas.

Hace algunos años la Película de Mel Gibson “La Pasión de Cristo” llegó a los cines.  Provocó un montón de discusiones y reacciones, entre ellos el argumento de que la representación de las escenas fue demasiada violenta, demasiada descarada.  Nos golpeó en una forma asombrosa con la sangre, el dolor, y el sufrimiento del Jesús de la Película.  No es el tipo de película que escogemos para ponernos de buen humor.

Aunque no nos gusta admitirlo, Jesús no fue un hombre extremadamente guapo, con el parecer de una estrella de Hollywood.  Isaías 53 nos aclara este asunto.  Mientras lees los siguientes versículos, enfréntate con la realidad de lo que Cristo hizo por ti.  Sí sufrió, sí fue horrible y repugnante.  Fue maltratado por ti y por mí.  Murió en ese calvario por ti y por mí.  Que este Viernes Santo sea un tiempo para contemplarlo una vez más y permitir que nos transforme una vez más.

"Quién ha creído nuestro mensaje?
    ¿A quién ha revelado el Señor su brazo poderoso?
Mi siervo creció en la presencia del Señor como un tierno brote verde;
    como raíz en tierra seca.
No había nada hermoso ni majestuoso en su aspecto,
    nada que nos atrajera hacia él. 
Fue despreciado y rechazado:
    hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo.
Nosotros le dimos la espalda y desviamos la mirada;
    fue despreciado, y no nos importó.

Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó;
    fueron nuestros dolores los que lo agobiaron.
Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios;
    ¡un castigo por sus propios pecados!
Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones
    y aplastado por nuestros pecados.
Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz;
    fue azotado para que pudiéramos ser sanados.
Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas;
    hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros.
Sin embargo, el Señor puso sobre él
    los pecados de todos nosotros.

Fue oprimido y tratado con crueldad,
    sin embargo, no dijo ni una sola palabra.
Como cordero fue llevado al matadero.
    Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores,
    no abrió su boca.
Al ser condenado injustamente,
    se lo llevaron.
A nadie le importó que muriera sin descendientes;
    ni que le quitaran la vida a mitad de camino.
Pero lo hirieron de muerte
    por la rebelión de mi pueblo.
Él no había hecho nada malo,
    y jamás había engañado a nadie.
Pero fue enterrado como un criminal;
    fue puesto en la tumba de un hombre rico."
Isaias 53:1-9 (NVI)

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