lunes, 27 de abril de 2015
El pan de cada día
¿Nunca te pasó que viste a alguien hacer algo tan espectacular, que cuando terminó de hacerlo le dijiste: "¡Enseñame como se hace!"?
Algo así le pasó a un discípulo de Jesús. Lo vio hablar con el Padre de tal manera, que le dijo: "Señor, ¡enseñanos a nosotros a orar!". Quizás lo vio a Jesús orando con una sonrisa, quizás mirando al cielo, quizás de rodillas, quizás mirando la creación, disfrutando esa comunión con su Papá... Me pregunto de qué manera, o con qué fervor habrá orado Jesús como para que él le diga algo así... no lo sé. Pero en Lucas 11 podemos ver cómo sigue este hecho, y encontramos a Jesús enseñándoles a sus discípulos cómo orar. Vemos lo que se conoce como el "Padre Nuestro", y una de las frases que Jesús dijo en ese momento fue: "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy." (Lucas 11:3)
Se encontró hace mucho, mucho tiempo, un escrito antiguo en el que estaba esa misma frase que Jesús pronunció: "el pan de cada día". Se descubrió que antes, entre las personas de esa época, se utilizaba ese dicho para referirse a todas las necesidades diarias, no sólo la comida, como es el pan.
Si nos ponemos a pensar, tiene mucho sentido, porque necesitamos algo más que el "pan" para vivir cada día. Una persona común diría que también necesita agua, vivienda, ropa, y más cosas materiales.
Quisiera animarte a que aprendamos, como Jesús le enseñó a los discípulos...
• ...Quién nos puede dar el pan de cada día
La Biblia dice:
"El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas." (Hechos 17:24-25)
Escuché de un chico que se había comprado un auto nuevo, y lo felicitaron diciéndole: "¡Qué bueno que te pudiste comprar eso! ¡Gracias a Dios!". "¿Y Dios que tiene que ver? Yo fui el que trabajé y me gané la plata...", respondió. Es triste pero días después chocó con el auto y no lo pudo usar por un buen tiempo. Gracias a Dios no perdió su vida, pero casi pierde definitivamente eso que creía que por sus fuerzas se lo había ganado. Dios es el que tiene poder para dar, así como también quitar todas las cosas. Toda nuestra vida depende de Él. Si tenés vida, es gracias a Dios. Si tenés salud, es gracias a Dios. Si tenés trabajo, es gracias a Dios. Si tenés una casa, es gracias a Dios. Si tenés comida, es gracias a Dios. Por eso, es a Él a quien le tenemos que pedir y agradecer el "pan", cada día.
• Qué "pan" necesitamos cada día
Jesús dijo: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." (Mateo 4:4)
No se trata de sólo alimentar cada día lo físico, sino también lo espiritual. A veces nos concentramos demasiado en pedirle cosas materiales a Dios, que nos olvidamos de lo más importante...
¿No necesitamos cada día que nos hable? ¿No necesitamos Su perdón?
Necesitamos de Su fortaleza para enfrentar las dificultades y tentaciones,
consuelo para los momentos tristes,
valor para compartir su mensaje,
sabiduría para tomar decisiones,
Su guía para caminar en Su voluntad,
sujeción para seguir firmes en Su camino,
fuerzas para servirle,
renovar nuestra mente para no amoldarnos al sistema de este mundo,
aprender más de Él para poder crecer,
Su amor para amar como Él ama...
Necesitamos ser más parecidos a Jesús.
Te animo a que hoy y cada día podamos acercarnos a Dios para agradecerle y pedirle nuestro pan de cada día. Que entendamos que nuestras necesidades van más allá de la comida y todo lo material; que sólo Dios puede darnos todas las cosas, y que -gracias al sacrificio que hizo Jesús- podemos acercarnos confiadamente a pedírselas.
"Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan!" (Mateo 7:11)
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