jueves, 29 de enero de 2015

¡Alas como de paloma!



¿Alguna vez quisiste tener alas como de paloma? Rara pregunta esa. Te hago otra que seguro te es mas familiar: ¿Alguna vez quisiste huir lejos, donde pudieras estar solo y descansar? Seguro te paso!

"Mi corazón está dolorido dentro de mi, 
Y terrores de muerte sobre mi han caído.
Temor y temblor vinieron sobre mi, 
Y terror me ha cubierto.
Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
Ciertamente huiría lejos; moraría en el desierto.
Me apresuraría a escapar 
Del viento borrascoso, de la tempestad."
Salmos 55:4-8

El corazón de David estaba dolido y tenía muchisimas ganas de irse lejos y descansar, tenía ganas de huir, de escaparse de lo que le estaba pasando. Seguro pensaba que así su corazón respiraría y dejaría de doler tanto.

¿Te sentiste así? Es horrible, es desesperante, es normal y NO es pecado. Jesús también se sintió así:

"Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo."
Mateo 26:36-38

Nuestro corazón a veces está cargado de problemas, preocupaciones, sentimientos, decisiones, responsabilidades... y llega un punto en el que se nos hace imposible seguir así. Queremos huir, irnos lejos, llorar, gritar y que el tiempo pase lo mas rápido posible.
David y Jesús ante esto hicieron lo mismo: ORAR!

"En cuanto a mi, a Dios clamaré;
Y Jehová me salvará.
Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz."
Salmos 55:16-17

"Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mi esta copa; pero no se haga como yo quiero, sino como tú.

Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, sino puede pasar de mi esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Vino otra vez y los hallo durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.
Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras."
Mateo 26: 39,42-44

Nosé con exactitud cual es el milagro cuando oramos.
Será que reflexionamos mejor. Será que Dios nos explica el para qué. Será que dejamos que el actúe. Será que le damos el lugar que se merece en nuestras vidas y los problemas ya no importan tanto. Será que entendemos que él tiene el control y que si le amamos él hace que todo sume para nuestro crecimiento.

Nosé si pasa algo de esto o quizás todo, pero si sé que cuando oramos podemos descansar, la carga se hace mas liviana, el corazón ya no duele tanto y nos inunda una paz difícil de explicar; y eso aunque afuera las cosas sigan igual. Por eso:

"Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo."
Salmos 55:22

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
Filipenses 4:6-7

Dios te bendiga!


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