miércoles, 28 de enero de 2015

Presión interior


Los submarinos son una especie rara de navío, porque necesitan una tecnología avanzada mayor a la de cualquier barco, y aun así hay factores que no puede controlar, como por ejemplo: la PRESIÓN.
Depende el material del que este hecho, varía también la profundidad a la que puede sumergirse, y resiste a la presión del agua, siempre y cuando la presión interior se mantenga estable. Cuando la presión exterior (la del agua) es mayor a la interior, el submarino se hunde.
Nuestra vida muchas veces actúa de la misma manera: ante la presión exterior, nuestra presión interior se desestabiliza y nos hundimos, caemos en problemas o  angustia, y no podemos enfrentar las dificultades.
Veamos un personaje en la Biblia, al cual la presión externa no pudo desestabilizar. Aunque lo presionó de todas las formas posibles, aun así se mantuvo en pie.

Daniel 1:1  En el año tercero del reinado de Joacim, rey de Judá, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jerusalén y la sitió.
1:2  Y el Señor entregó en sus manos a Joacim, rey de Judá, y algunos de los utensilios de la casa de Dios; los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios, colocando los utensilios en la casa del tesoro de su dios.
1:3  Además, el rey le ordenó a Aspenaz, jefe de los oficiales de su corte, que llevara a su presencia a algunos de los israelitas pertenecientes a la familia real y a la nobleza.
1:4  Debían ser jóvenes apuestos y sin ningún defecto físico, que tuvieran aptitudes para aprender de todo y que actuaran con sensatez; jóvenes sabios y aptos para el servicio en el palacio real, a los cuales Aspenaz debía enseñarles la lengua y la literatura de los babilonios.
1:5  El rey les asignó raciones diarias de la comida y del vino que se servía en la mesa real. Su preparación habría de durar tres años, después de lo cual entrarían al servicio del rey.
1:6  Entre estos jóvenes se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de Judá.


 Daniel es para mí, uno de los grandes ejemplos a seguir por lo que fue su vida. Desde un primer momento arranca todo mal en su corta vida; es llevado en "cautiverio", a un país enemigo.
Creo que si hay algo feo, es ser obligado; y más aun en este caso, donde tiene que dejar su familia, su casa, y su país, no por un viaje misionero, no para formar una familia, sino en cautiverio. Alguien iba a decidir por él ahora. En muy poco tiempo, se le muestra quién manda y se le asigna alguien a quien obedecer, enseguida se lo presiona sobre sus costumbre e intelecto; debía aprender en 3 años, el idioma Caldeo, y todo sobre su literatura. ¿Te imaginas aprendiendo Griego antiguo por obligación? (No digo Chino, porque se rumorea que es fácil) ¿Tener que aprender la historia de otro país? Vos que ya la tenés clara y sabes que el caballo blanco de San Martín era marrón, ahora tenés que aprenderte otro personaje; demoraste un montón en saber que el día de la independencia fue el 9 de Julio y no el 4, y ahora te lo vuelven a cambiar; te costó saber que Belgrano fue el padre de la patria, y ahora tenés que estudiar a otro loco... te la regalo.
Luego sigue la presión sobre sus hábitos. Tiene que comer la comida del rey, comida que era ofrecida previamente a los dioses de los Babilonios. Yo no sé si podría... imaginate que de un momento para otro cierran todos los Mc Donalds, se funde Coca-cola y Pepsico... Estamos al horno! Las únicas milanesas del momento son de hígado, y todo lo que hasta el momento no te gustó ni quisiste comer, es ahora el menú de por vida.
Y como para completarla, la presión sobre la identidad. Ya no es Danielito, es ahora Beltsasar. Daniel significaba: Dios es mi juez, y el nuevo significaba: Tesoro de Bel.
Para el que no le gusta su nombre, le hubieran hecho un favor, pero aun así, uno siempre se acostumbra a su nombre y ya es parte de uno. Te doy un dato interesante, Daniel y sus amigos en ese momento tenían entre 12 y 14 años... a esta edad es más fácil ceder a las tentaciones, porque no medimos las consecuencias de nuestros actos en la mayoría de los casos. Además todas las condiciones estaban dadas:
- Estaban lejos de su tierra y en medio de condiciones totalmente nuevas
- El reino se caracterizaba por su impiedad e idolatría.
- La desobediencia a los mandatos del rey significaban la muerte.
Aun así dice el verso 8:
 "Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse."

A pesar de todas las presiones, adversidades y dificultades, Daniel en su interior permaneció estable. Comer la comida que fue sacrificada a los ídolos equivalía a idolatría, y ellos no iban a hacer tregua, ni iban a dejar de lado lo que creían, por más que eso los lleve a la muerte como les explicó Aspenaz, aun así ellos insistieron y pidieron que se les dé una dieta de legumbres y verduras durante 10 días. Al finalizar la prueba, se encontraron en mejor estado que los demás e incluso dice que Dios los lleno de conocimiento e inteligencia, y el rey vio que eran 10 veces mejores que los sabios de su reino. Se extendió un poco esto, pero que interesante es saber que todo lo que en su niñez aprendieron, lo pusieron en práctica, porque confiaban en su Dios y sabían que no les podía fallar. Traigo a la memoria las palabras de Pedro y Juan: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres". Estos muchachos demostraron que la edad no es condicionante para nada, este es el ejemplo práctico a las palabras de Pablo: "Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo..."
Propone en tu corazón hacer las cosas de tal manera que la gente vea y diga: NO, este chico no tiene 15 años...
El secreto está en confiar en Dios: su Espíritu en mí, va a mantener la estabilidad dentro de mío.
Les recomiendo para escuchar en Youtube una canción: A mi corazón tranquilizaras - Kari Jobe.
Muchísimas bendiciones.

Escrito por: Emiliano Cevallos

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