jueves, 22 de enero de 2015

Escuela del Desierto

En la vida de los hombres y mujeres que desearon servir a Dios, o que Él mismo eligió para sus planes, existió un desierto.
Para tener éxito y cumplir con los propósitos de Dios, previamente pasaron por la Escuela del Desierto. Brevemente podemos destacar 4 o 5 personajes de la Biblia que salieron aprobados de esa escuela. Podemos mencionar a Moises, el principe de Egipto, quien desde niño fue instruido en toda la cultura egipcia y seguramente por los mejores profesores, pero Dios le dijo: Si realmente queres servirme, el título que yo acepto es el de la escuela del Desierto, y fue así que estuvo viviendo 40 años en el desierto de madiam, y salio de allí como el gran libertador, y condujo a un numeroso pueblo a la tierra prometida.
No tenemos que dejar de recordar al Rey David. Él fue ungido de joven porque su corazón era apto, pero Dios necesitaba los certificados de la escuela del Desierto. Y así fue, luego de vivir mucho tiempo y rondar por el desierto, de escribir salmos, y ser perseguido por Saúl, luego se convirtio en el Gran Rey David.
El apostol Pablo es otro claro ejemplo, luego de recibir a Cristo como su salvador, Dios le dijo: Pablito, yo sé que te sabés la Biblia de memoría, que te recibiste con Gamaliel, pero el único título valido para mí, es el de la escuela del Desierto, y así fue ( Gal. 1:17) que pasó un tiempo en el desierto y volvió, y en su mente seguro traía: 1 y 2ª Corintios, Galatas, Efesios, Filipenses y tantos otros. Y el Señor bendijo enormemente su ministerio, pero fue necesario ir al Desierto.
Pero no podemos dejar de mencionar a nuestro Señor Jesucristo, quien previo a su gloriosa y perfecta obra en la Cruz, no se fue a preparar ni a Harvard, ni a Stanford, fue 40 días al desierto con ayuno y oración. Y luego el mundo entero fue beneficiado con su acto de amor.
Te pregunto algo: ¿Querés servir a Dios y ser un instrumento suyo?
La Escuela del Desierto te espera con sus puertas abiertas.
No es fácil, a todos estos hombre y Jesús les costó mucho graduarse; David incluso fue perseguido; el Señor, tentado; pero si ellos pudieron, vos también. David dejó la clave en los salmos: "Mi alma se aferra a Ti, Tu mano derecha me sostiene." Salmos 63:8
Lo que está diciendo es: Por más dificíl que sea, yo me apego a vos Papá, y me pongo en tus manos para que me protegas; y no veo problemas, veo la gran obra que vas a hacer utilizándome.
A pesar de las dificultades, nunca podemos olvidar que el amor de Dios y su cuidado están con nosotros. Aferrá tu alma a Dios, y graduate en la Escuela del Desierto, para que Él haga una gran obra con vos.
Que el Señor toque tu corazón para que decidas pasar por su escuela.

Escrito por: Emiliano Cevallos

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