jueves, 27 de agosto de 2015

Pero yo... no haría lo mismo!


¡Que situación la de Job!
No solo que perdió todo lo que tenía de repente, sino que para completar su horrible situación, tiene que escuchar a un par de "amigos", cómo deliberadamente juzgan sus acontecimientos, creyendo que tienen la verdad en su boca.
No me quiero imaginar todo lo que pensaron de Job los siete días que estuvieron en silencio junto a el. Y aunque este buen hombre se defendía, ellos hacían oído sordo y seguían señalando y acusándolo.

No quiero hacer hincapié en la acción de sus amigos. La critica es muy habitual. De hecho es lo más fácil... sentarse, observar y emitir un juicio como si fuera cierto, sin tener el conocimiento completo. Todos sabemos que no es bueno criticar.

¿Nunca dejarán de decir más que palabrerías?
¿Qué los mueve a seguir hablando?
Si ustedes estuvieran en mi lugar, yo podría decir lo mismo.
Podría lanzar criticas y menear mi cabeza ante ustedes.
Sin embargo, yo les daría palabras de ánimo;
intentaría aliviar su dolor.
                                                                               Job 16:3-5

Pero las palabras de Job en el versículo cinco no dejan de asombrarme.
El no podía quitar la critica, ni los prejuicios de sus amigos, pero si podía decidir qué hacer si las cosas fueran al revés.

Job estaba seguro que en lugar de ellos, el alentaría con sus palabras y haría lo posible para disminuir el dolor de ellos. Detrás de sus palabras veo un corazón íntegro, sincero, con buenas intenciones, puro.
Hay cosas que no podemos cambiar, pero si podemos determinar en nuestro corazón que actitud tomaríamos si estuvieramos del otro lado.

Es probable que haya personas que hablen de tu vida o lo que te pasa, sin saber y sin querer entender tus razones. Tal vez no piensan en el daño que causan, y no se dan cuenta que es mejor escuchar primero, y corregir y alentar con la Palabra de Dios.
O puede ser que vos también juzgues a otros, haciendo daño.

Cuando alguien sufre por alguna situación y no tiene respuestas, es mejor prestar los dos oídos y tratar de entender a la luz de la Biblia. En ocasiones, están de más los supuestos, y  no hay que tratar de explicar lo que Dios no explica. El es soberano, y no tenemos por qué querer entender cosas que el cree mejor no explicar. Querer hacerlo, significa que no confiamos en su amor y rectitud!
(Volvé a leerlo si es necesario :))

Dios nos dejo un regalo para que sepamos que debemos hacer: SIEMPRE TENEMOS QUE ACTUAR CON LOS DEMÁS, COMO DESEAMOS QUE ELLOS LO HAGAN CON NOSOTROS. Es la regla de oro, Mateo 7:12.

Ojalá si te pasa algo parecido a lo de Job, con respecto a sus amigos, puedas descubrir que tenes un corazón integro, con buenas intenciones, queriendo alentar y ayudar al que lo necesita.
No guardes rencor si juzgan lo que te pasa, guarda tu corazón de malos sentimientos que te pueden hacer mucho mal.
Alegrate de estar seguro que vos no harías lo mismo... porque entonces vas a darte cuenta que Dios estuvo haciendo un gran trabajo en tu interior.
Limpiate de malos pensamientos que tengas sobre otros, mantené tu corazón puro, y siempre revisa las intenciones que hay detrás de lo que decis o haces.
Y algo importante: ¡Las malas acciones de los demás no tienen que desalentarte y pensar que no tiene sentido querer hacer el bien! Dios es justo, y da a cada uno conforme a lo que merecen.

Desafío: Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Mateo 7:12 NTV


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