“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.” Mateo 5:43-44
¡Ah que es complicado amar a esas personas que nos tiran mala onda! Porque no es como amar a un amigo o a nuestra familia, es hacer todo el bien que podamos, a una persona que no nos lo desea… Es muy fácil el amor recíproco, que recibe en la misma medida en que la que da, pero Dios nos pide algo que va más allá de eso, un amor sin condiciones.
“Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.”Lucas 6:32-35
Estos versículos son muy claros y lo que nos están diciendo es que no tiene mérito amar a los que nos devuelven amor, porque no nos representa un desafío, no es una actitud fuera de lo común, a través de la que podamos mostrar una forma diferente de amar. Porque cualquier persona puede hacerlo, hasta nuestros enemigos, pero entonces, ¿cómo demostramos el amor de Cristo?
Siempre debemos recordar a Jesucristo cuando nos crucemos con personas difíciles de amar. Él amaba a la multitud que aclamaba por su crucifixión, a los que le escupieron y humillaron, a los que le azotaron y clavaron en la cruz, pero en especial, recuerda que te amó a vos...
Dios nunca nos pide cosas imposibles de realizar si lo hacemos con Su ayuda, porque no es una capacidad natural en nosotros. Es muy importante hacer el bien a los que no nos quieren porque es una forma de mostrarles como Jesús nos amó incondicionalmente aun estando alejados, sacrificando su vida por nuestra causa.
¿Estas demostrando el amor de Cristo a los que no te aman?
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