Hoy en día los super héroes están de moda, debido a la gran cantidad de dinero que estudios cinematográficos han invertido en historias que hace poco tiempo encontrábamos solo en dibujos animados o revistas.
La mayoría de esos héroes tienen apariencia similar a cualquier persona, pero por alguna razón llegaron a obtener sus súper poderes lo que los hace distintos. Lo interesante es que desean ocultar su identidad detrás de máscaras y trajes coloridos para luego llevar vidas comunes mezclándose en la sociedad.
Lo que intentan tener es una doble vida, en la cual durante el día actual igual al resto del mundo pero en algún momento desaparecen para ponerse su disfraz y luchar contra el mal.
Pero seamos realistas, nadie podría mantener una doble vida de esta manera, una de las dos identidades consumiría a la otra y muchas veces es lo que pasa con aquellas personas que practican y esconden el pecado.
Para la gente que lo rodea parece un cristiano normal, pero en algún momento desaparece para alimentar la necesidad de ese pecado, el cual puede ser: pornografía, fumar, borrachera, drogas y la lista es mucho mas larga de lo nombrado.
En la vida real no existen súper humanos con capacidades extraordinarias para soportar una doble vida y cuando se trata de pecado, tampoco. En algún momento cualquiera termina siendo consumido totalmente por sus malos deseos.
“¡Ay de aquellos que se esconden del Señor para ocultar sus planes, que hacen sus maldades en la sombra y dicen: Nadie nos ve. Nadie se da cuenta!” Isaías 29:15
Llevar una doble vida de pecado tiene sus terribles consecuencias. Pero no tiene por qué terminar todo mal. La Biblia dice que todos venimos de una vida de pecado, pero la obra redentora de Dios a través de Jesús, trae perdón y redención.
“Pero el que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para esto ha venido el Hijo de Dios: para deshacer lo hecho por el diablo.” 1 Juan 3:8
Acércate a Dios confesando tu pecado, Él te brindará su perdón y extenderá su misericordia sobre tu vida, para redimirte de todo mal.
“Pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad.” 1 Juan 1:9
Es momento de que entreguemos a Dios aquellas cosas que nos consumen y quitan nuestra comunión con el, obtener la libertad de esos pecados que nos encadenan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario