"(...) tu vara y tu callado me infundirán aliento."
Salmos 23:4b
Quiero hoy dejarte una pequeña reflexión que tocó mi vida esta primer mitad del año, en el que a veces nos es necesario un empujón para seguir...
La vara es aquella herramienta utilizada por el pastor para corregir las malas pisadas de su oveja. Se utiliza con pequeños y suaves golpecitos hasta que la oveja redirija su andar.
El cayado se utiliza para guiar y marcar el rumbo, trayendo a la oveja de muy lejos si se apartó del rebaño.
Las palabras de Salmos 23 las escribió quien que estaba bajo la autoridad de Dios y Su voluntad. En esta situación es ALIENTO lo que (la guía y la corrección) de Dios le brindan.
Pero cuando no estamos caminando en la voluntad de Dios, son no pequeños y suaves, sino grandes y dolorosos golpes los que nos hacen (o no) volvernos a preguntarnos ¿Qué quiere Dios para mi vida?
Y es que son nada más y nada menos que las consecuencias de nuestros pecados.
Estas consecuencias no reflejan lo que Dios quiere hacer en tu vida y en la mía, guiarnos en Su camino de amor y bondad, el que diseñó para vos desde que te pensó (Efesios 2:10)
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2)
¿Estás caminando en ella? ¿Procuramos estar bajo la vara y el callado de Dios o sólo nos empecinamos en nuestro terco camino?
No te pierdas el aliento y la paz que infunde caminar de la mano del único que procura tu bien.
¿Que tenés que corregir? ¿A donde no tenés que volver a ir, caminar o dirigir para no alejarte de Dios?
¿Aceptas este aliento de la amorosa corrección o querés darte la cabeza contra la pared otra vez haciendo la tuya?
Dios bendiga su palabra y tu vida a través de ella.
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