Lucas 15:7: “Así
es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta
que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.”
Es lindo cuando
alguien nos sorprende con un regalo, cuando alguien nos visita, cuando sacamos
una buena nota y no habíamos estudiado mucho, cuando alguien nos ama tal cual
somos en la familia, en una amistad. Notamos que hay, además de lo material que
pueda haber en el medio y del vínculo que nos una, algo más, un plus expresado
en la sonrisa, en el cariño, en el olvido de lo malo que alguna vez haya
pasado. Notamos algo similar cuando nos perdonan, hay algo de más y eso
significa mucho para nosotros cuando pensamos que ni nosotros nos perdonaríamos.
Y por último lo vemos en el amor romántico, alguien nos ama tal cual somos a
pesar de todos los mocos que nos mandemos.
El autor
Philip Yancey, de Gracia Divina vs Condena Humana narra que, “La noción de que
el amor de Dios llegue hasta nosotros sin costo alguno por nuestra parte sin condiciones,
parece ir contra todos los instintos de la humanidad.”
Dios nos
habla de Gracia, eso que es inesperado e inmerecido muchas veces y que estamos
tan acostumbrados a no brindar y a no recibir… Como si se tratara de un defecto
espiritual codificado en el ADN de la familia, la falta de Gracia va pasando de
una generación a otra como una cadena continua. Nos parece normal, natural la
falta de ella, somos ingratos, pero Dios nos dice: Cuando el pecado abunda,
sobreabunda la Gracia. Esto quiere decir que no hay nada que podamos hacer para
que Dios nos ame más y nada que hagamos para Dios nos ame menos. Significa que
Dios ya nos ama tanto como un Dios infinito es capaz de amar.
Lucas
15 plantea una serie de 3 parábolas:
> La moneda oveja perdida
> La moneda
perdida
> El hijo perdido
La gracia es
injusta para el ojo humano, y esta es una de las cosas más difíciles con
respecto a ella. Los relatos nos hablan del exorbitante amor de Dios. El que
nos busca y se alegra, celebra cuando nos encuentra.
Les comparto la Parábola de la moneda perdida: Lucas 15:8 (NTV)
"O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No encenderá una lámpara y barrerá toda la casa y buscará con cuidado hasta que la encuentre? Y, cuando la encuentre, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: ¡Alégrense conmigo porque encontré mi moneda perdida! De la misma manera, hay alegría en presencia de los ángeles cuando un sólo pecador se arrepiente."
No soy experta
en Gracia pero es la razón que me lleva a escribir esto y a intentar practicarla,
Dios nos da la oportunidad todos los días de llevarla al acto, aprovechemos y
mostremos sin costo la Gracia que viene de Dios…
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