Somos humanos, y somos frágiles como un pequeño barco de papel. ¿Quién de niño no jugó con barcos de papel después de una lluvia o en algún lugar con agua, donde ganaba el barco que más aguantaba?
Podríamos ver nuestras vidas como estos barcos: lindos pero sensibles, resisten pero tienen un límite.
Un barco esta hecho para navegar y soportar las tormentas, llegando a destino.
Muchas veces la vida es ese mar, ese océano inmenso, que no tiene fin, lleno de tormentas, esos problemas que nos ahogan, nos hunden a lo más profundo y donde creemos que no vamos a salir.
Quiero hablar un poquito de un personaje que me gusta mucho, porque su vida fue un ejemplo, y hoy, muchísimos años después de su muerte nos sigue enseñando.
"Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal." Job 1:1
"Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella.
Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová." Job 1:6-12
La reputación de Job era tal que Dios mismo hablaba bien de su siervo, era Dios quien defendía a Job.
Vemos como Satanás pide permiso a Dios para tocar a Job. De la misma manera tiene que hacer para tocar a cualquier hijo de Dios, y eso nos incluye. Dios le da permiso, pero no deja que toque a Job.
Job en ese día pierde sus animales, sus criados y a sus diez hijos. Pero quiero que leas como reacciona Job ante estas trágicas noticias.
"Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno." Job 1:20-22
Quiero que prestes atención, Job se tomo su tiempo para hacer su luto. Pero no se quedó así, sino que se POSTRÓ y ADORÓ.
Cuantos problemas de nuestra vida resolveriamos de la manera más facil si ante una situacion nos postramos y adoramos a Dios.
Job no pecó, y no solo eso, sino que tambien sabía que Dios tenia un proposito con todo lo que pasaba.
Te invito que vos leas la historia completa. Job pasó por muchas cosas más y mucho peores. Pero Dios estuvo con él.
Al final del libro de Job estan sus palabras, palabras que me hacen pensar.
Yo conozco que todo lo puedes,
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento?
Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;
Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
Oye, te ruego, y hablaré;
Te preguntaré, y tú me enseñarás.
De oídas te había oído;
Mas ahora mis ojos te ven.
Por tanto me aborrezco,
Y me arrepiento en polvo y ceniza.
Job 42:2-6
Siendo Job una persona recta y justa, temerosa de Dios, después de haber vivido y sufrido todo lo que pasó, recién después de pasar por tantas tormentas, por tantas lluvias, siendo un pequeño barco de papel en estas situaciones, pudo decir recién ahora conozco a mi Dios.
Podes estar viviendo en medio de muchas tormenta, de muchos problemas, donde no entendés el porque, donde pensar que vas a ahogarte. Acordate de Job, que aunque sufrío no atribuyo a Dios desproposito alguno.
Cuando entendemos que nuestra vida, nuestro pequeño barco de papel, esta guiado por las manos de aquel que controla los oceanos, vamos a entender que cualquier tormenta va a pasar.
Pero en esa tormenta POSTRATE y ADORÁ.
Dios mío,
mira en el fondo de mi corazón,
y pon a prueba mis pensamientos.
24
Dime si mi conducta no te agrada,
y enséñame a vivir
como quieres que yo viva.
Salmos 139:23-24
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