viernes, 15 de julio de 2016

Una libertad verdadera.

Levítico 26:13 "Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido".   
     1º. Fuimos sacado del gobierno de Satanás.
“…de Egipto…” ¿Te acuerdas que Egipto es símbolo del mundo? Y en el mundo Satanás ejerce dominio y autoridad porque él es su príncipe. Pero tú, como parte de la iglesia de Jesús, aunque vives en este mundo NO PERTENECES a él, ni estás bajo la autoridad del maligno. Perteneces a los salvos de Jesús y estás bajo la autoridad de Dios.
         2º. Ya no somos esclavos del pecado.
“…para que no sean siervos…” No más sirvientes del pecado. No más esclavos del pasado. Ahora eres siervo de Jesucristo. Le perteneces a Él. Estás a su entera disposición para vivir de acuerdo a su voluntad.
         3º. Somos libres en Jesús para escoger lo bueno y rechazar lo malo.
“…rompí las coyundas de su yugo…” No estás obligado a pecar. No estás obligado a hacer lo malo. No estás obligado a volver a vivir como vivías antes de conocer a Jesús. Eres libre. Tú escoges y eliges. Hazlo con sabiduría.
         4º. En Jesús somos alguien especial.
“…los he hecho andar con el rostro erguido…” Basta de sentirte lo último, lo peor, la más fea o el más tonto. Basta de desvalorizarte a ti mismo como si no le importaras a nadie y no sirvieras para nada. ¡Basta de creer las absurdas mentiras de Satanás! ¡Basta de tener lástima de ti mismo! ¡Eres alguien especial para Jesús! ¡Vales para Él! ¡Sirves! ¡Eres útil! ¡Eres importante para Dios! ¡Anímate a creerlo y a disfrutarlo! ¡Vale la pena!

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