lunes, 2 de mayo de 2016

No aporta ninguna Solución



   
 




Iniciaremos leyendo una porción de la palabra de Dios acerca de cuanto nos preocupamos y hace una comparación. 

Jesús les dijo a sus Discípulos:
No se preocupen por su vida, que comerán; ni por su cuerpo, con que se vestirán. La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa. Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?
Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿Por qué se preocupan por lo demás?
Lucas 12: 22-26

Y en Marcos vemos el relato parecido al de Lucas que dice en el capítulo 6: 30-33
(…) ¿No hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?  Por tanto, no os preocupéis, diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿con qué nos vestiremos?"  Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas estas cosas.  Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Bien, al leer estos versículos nos damos cuenta de cuanta importancia le damos a lo físico, a lo material, y ¡Cuánto nos cuesta aceptar que nuestro mayor problema es la falta fe. Ya nos acostumbramos a cada circunstancia que nos producen ansiedad, preocupación  que le llegamos a creer que son las culpables por nuestra ansiedad de “necesitar”.

Nos ponemos en nuestra mente << Si yo me encontrara en una situación diferente a la presente, por supuesto que no estaría angustiada/o; la verdad es que ninguna persona normal podría sobrellevar esta circunstancia sin preocuparse>>. La realidad es que la preocupación  nos lleva a no poder manejar espiritualmente los obstáculos y contratiempos que la vida va dejando a nuestro paso.

En el texto de hoy Jesús añade una observación a su exposición del tema. “¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?”
 
La preocupación no solamente delata la falta fe, sino que es una actividad inútil. La preocupación no cambia en nada las circunstancias que la provoca.  Por estar preocupados no llegara más rápido el bus que nos llevara al trabajo, facultad o actividad que tengamos. Por estar preocupados no ingresara a nuestro hogar más dinero. La situación de nuestro país no cambiara como resultado de la preocupación colectiva de los habitantes. Podemos decir entonces, que la preocupación no aporta ninguna solución a la situación particular que enfrentamos.
Nuestra preocupación si provoca que contagiemos a otros de la misma angustia que nos ha atrapado. 

Como leíamos en el texto, daría mucha angustia, tristeza realmente que Cristo nos diga: ¿No hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?  
El Señor nos invita a estar ocupados en los desafíos que enfrentamos a diario, sin preocupación. Su palabra es verdad, y cada palabra que el Señor puso en la Biblia, las cumple. Nos llena de esperanza, paz y tranquilidad que si Dios cuida de las aves, cuidara de nosotros.
“Nuestro Padre sabe lo que necesitamos” que más seguro que confiar y buscarle, sabiendo que a Su tiempo nos dará lo que necesitemos.

Sabemos quién gobierna nuestras vidas y también las situaciones que nos toca vivir. Con actitud de firmeza nos resistimos a la tentación de preocuparnos porque no conseguiremos NADA con ello.

Dios los Bendiga.

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