«Porque
el que me envió,
conmigo está;
no me ha dejado solo el Padre, porque yo siempre hago lo que le agrada.»
Juan 8.29
Así
como Dios envio a Cristo,Él
nos envía
a nosotros: Juan 17.18
¿A
dónde?
Al mundo (en el lugar donde estés,
a la gente que te rodea)
¿A
qué?
A predicar el evangelio (Marcos 16:15)
No debemos dejar
pasar por alto nuestro propósito
en la tierra, por el que fuimos creados, salvos y justificados. ¡Glorificar
el nombre de Dios!
Y así
como Dios estuvo con Jesús
en su transitar por este mundo, puede estar con nosotros. El no quiere dejarnos
solos y por eso nos dejó
su Espíritu
Santo... pero para permanecer en Él depende, como lo dejó
claro Nuestro Señor
Jesús,
de agradarle (1°
Juan 3.24) Si lo que hoy impide que lleves su evangelio y su gloria a otros es
que te sentis sólo
o incapaz, es hora de examinar tu vida... No importa cuál sea tu situación
económica,
académica,
ni tu antigüedad
en Cristo, si tu vida agrada a Dios, porque estás cerca suyo y buscando su aprobación
a cada momento ¡Su
poder está
en vos!
No pierdas más
tiempo mientras otros pierden la oportunidad de conocer a Dios... Cuanto más
obediente seas y más
glorifique a Dios tu vida, más
fuerte será
Su presencia en ella y podrás
cumplir el propósito
por el que Dios te trajo acá.
Dios bendiga Su
palabra en este tiempo, y sea de bendición en tu vida.
Escrito por: Valentina Logiovine
No hay comentarios:
Publicar un comentario