miércoles, 4 de mayo de 2016

Mezclando Angustia y Cansancio


Sin duda alguna, el cansancio físico o mental, es en estos tiempos un problema a resolver.
Para ello buscamos relajarnos, desestresarnos en lugares que transmiten calma, haciendo deportes o realizando algún hobby, pero siempre desconectados de la "realidad".

Pueden o no, estas situaciones traernos angustia. Tal vez lo que deja entrever que estamos cansados es nuestro mal humor, o el estado de "aceleramiento" con que nos manejamos.
Pensar constantemente en los problemas que tenemos, o considerar nuestras actividades como gigantes que nos aplastan, son razones por las que muchas veces nos sentimos cansados y angustiados.

Vuélvete a mí y ten misericordia de mí,
    porque estoy solo y profundamente angustiado.Mis problemas van de mal en peor,
    ¡oh, líbrame de todos ellos!

Siente mi dolor, considera mis dificultades
    y perdona todos mis pecados.

Mira cuántos enemigos tengo,
    ¡y de qué manera despiadada me odian!

¡Protégeme! ¡Rescata mi vida de sus manos!
    No permitas que me avergüencen, pues yo en ti me refugio.

Que la integridad y la honestidad me protejan,
    porque en ti pongo mi esperanza. Salmo 25:16-21 - NTV


El rey David supo describir lo que estaba viviendo, se sentía solo y profundamente angustiado, no era una angustia leve, estaba en un pozo sin posibilidad de reaccionar producto del cansancio.
Necesitaba ser libre de eso, salir de esa situación.

Puede ser que no tengamos enemigos propiamente dichos como los del Rey David, pero tal vez tu enemigo se encuentra en una agenda cargada, en responsabilidades que te superan, en no poder llegar a realizar las actividades que te propones, capaz que hace tiempo no puedes superar una situación personal y cuestionas tus capacidades o tu persona.

Necesitamos acudir a la roca, solo en él nuestra alma encuentra el descanso.
Debemos mirar a aquel que es más grande que nuestros problemas, al Dios que no solo nos entiende, sino que puede darnos paz.
Cuando oramos estamos quitando esa mochila pesada que tenemos, y dejándola en las manos del todo poderoso.

No tiremos la toalla, confiemos y esperemos en el Dios de misericordias.
Vivamos en integridad y con honestidad.

Te desafío a que puedas entrar en tu cuarto, y en lo secreto, dejar por medio de la oración tus cargas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario