"Por cuanto agrado al Padre que en él (en Jesús) habitase toda plenitud,
Y por medio de él RECONCILIAR consigo TODAS las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de Su cruz."
Colosenses 1:19-20
¿Sabes algo? Dios nos creó para que tengamos una relación sin reservas con él. Todo lo que necesitamos se satisface en él. Fuimos hechos perfectos. Fuimos creados para ser el objeto de su amor.
Cuando Adán y Eva pecaron, decidieron desobedecer, decidieron ser INDEPENDIENTES. Hicieron la suya, sin confiar ni pensar en que Dios quería lo mejor para ellos. Pareciera que estas palabras los condenan desmedidamente...
Pero nosotros elegimos lo mismo. Desobedecer y buscar nuestra INDEPENDENCIA.
Creemos que sabemos como elegir bien, creemos que tenemos que confiar en nuestro "ser interior", y nos alejamos más y más de nuestro Creador.
Dios no nos puede obligar a estar cerca suyo. Por el amor que nos tiene nos da libertad para que tomemos nuestras propias decisiones. Aunque eso signifique lastimarnos y lastimar a otros.
Pero porque nos ama, Jesús se limitó. Se limitó a un cuerpo humano, limitó su deidad. Pero al hacerlo consiguió mucho...cuando nacía, cuando derramaba su vida, cuando resucitaba. El hizo muchísimo!
Jesús se convirtió en un camino, mas precisamente en el camino que nos ayuda a RETORNAR al Padre. Ese camino nos ayuda a volvernos de nuestra TERCA INDEPENDENCIA, y nos dirige a los brazos de Papá.
Por eso hoy quiero animarte a que te vuelvas de tu independencia, tal vez sea por primera vez o aún siendo hijo de Dios. No estas solo, no tenes que vivir como si a Dios no le importara lo que te pasa, ni mucho menos culpándolo o culpando a otros de lo que viviste o estas viviendo. No tenes que hacer esto solo. Podes elegir retornar a él.
¡Volvé a casa, Papá te espera. Jesús es el camino. Y hay alguien que siempre va a estar con vos, el Consolador!
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