viernes, 10 de julio de 2015

Dios elige

Entre tantos discursos que hoy en día existen acerca de las religiones, se puede decir que la mayoría apunta a lo mismo. Siempre escuchamos personas diciendo que el fin de toda religión es el mismo y que está bien que cada uno crea en su dios, siempre y cuando lo más importante sea el amor al prójimo.
Entonces esto me lleva a preguntar: ¿Qué diferencia hay entre el dios que cada uno tiene, y el equipo de fútbol que cada uno tiene? o ¿qué diferencia hay entre la música que elegimos escuchar y el dios en el que elegimos creer? ¿Qué diferencia hay entre la carrera que elijo seguir y el dios al que elijo seguir?, si ambos son elegidos respetando a los demás, y pensando en un mundo mejor.
La gente habla mucho de las religiones y las diferentes creencias, sin conocer al verdadero Dios. En cambio, cuando uno lee la Biblia descubre la gran diferencia: No es que nosotros elegimos a Dios, como elegimos a Colon o Unión, o a Mozart o a Fito Páez. Sino que es Dios quien nos elije a nosotros.
En cierta ocasión, el Señor Jesucristo le dice a sus discípulos: “no me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí a ustedes”. (Juan 15:16)
A veces confundimos esto, porque nos creemos dueños de nuestro propio corazón cuando decimos: “voy al cielo porque YO me arrepentí de mis pecados y creo en Jesús”, o “porque le di una oportunidad a Dios”. Como si nosotros tendríamos la libertad de elegirlo a Él, o como si tendríamos que darle oportunidades a Dios para que Él entre en nuestro corazón.
¿De quién es nuestro corazón? ¿Quién tiene el poder de ablandarlo? Solo Dios. Cuando Israel estaba por salir de Egipto. ¿Quién endurecía el corazón de faraón? ¿Seguiremos pensando que era faraón que se enojaba? ERA DIOS!! En Éxodo 33:19 Dios le dice a Moisés: “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.'' En Romanos 9:16: “Así que no depende del que sigue o corre hacia Dios, sino de Dios que tiene misericordia’’. Romanos 9:18 “De manera que de quien quiere tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.”

Dios es quien nos elige, Dios es quien nos da oportunidades a nosotros, y Dios es quien ablanda nuestro corazón para que nos arrepintamos. Siempre tendemos a pensar que la salvación es “por nuestra fe, por medio de la gracia de Dios”, pero en Efesios dice que es “por gracia de Dios, por medio de la fe”, para que nadie se gloríe. No dependía de nosotros ser salvos, sino de SU MISERICORDIA.

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