Una de las nuevas tecnologías con las cuáles nos toca vivir hoy en día a los jóvenes es el famoso Whatsapp. ¿Quién no tiene Whatsapp hoy en día? Es probable que la gran mayoría lo tenga y si no es así tenemos un celular por el cual mandamos mensajes de texto a nuestros amigos, familiares, compañeros de escuela o facultad, etc.
A través de esta aplicación podemos escribir mensajes de forma ilimitada (algunos se toman esto muy en serio), enviar audios, videos e imágenes a nuestros contactos de manera instantánea, incluso podemos hacer todo esto participando de diferentes grupos, entre otras cosas. Y todo con un costo ínfimo.
Dios nos da una herramienta de comunicación similar a WhatsApp aunque es mucho más eficaz y beneficiosa porque es totalmente gratis, es de forma única, directa y exclusiva con Él. Podemos escribir en cualquier momento y horario, de día o de noche y la cantidad de veces que querramos sin preocuparnos por molestarlo, Él está “en línea” en todo momento (y no tiene que salir, ir a trabajar, estudiar, dormir o cosas por el estilo), está disponible para nosotros 24 horas al día todos los días. Esta herramienta es la Oración.
La oración es una de las armas más importantes y poderosas que tenemos. Por medio de ella, además de adorar a Dios, expresamos sentimientos, deseos, anhelos o necesidades y podemos quedarnos tranquilos de que nos va a responder, porque no tiene problemas con la señal y su celular está siempre con la batería completa. Ni tampoco nos va a dar el “visto” y dejarnos sin respuesta. Y si lo hace, Él sabe en qué momento exacto responder y de qué manera.
En la biblia se habla en muchísimas ocasiones sobre la oración. Acá citamos algunas:
- “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” [Santiago 5:13-16] La oración nos ayuda en medio de la aflicción y la enfermedad.
- “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.” [Santiago 5:17-18] Mediante la oración Dios nos da autoridad sobre cualquier cosa.
- “Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana,
piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.
Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio.
El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios.” [Hechos 10:1-4] Recibimos reconocimiento por parte de Dios. - "Orad sin cesar". [1 Tesalonicenses 5:17]
Y así podríamos citar una numerosa cantidad de pasajes de la Palabra en donde se nos muestra lo fundamental que es tener una buena comunicación con el Padre Creador. La oración no son solo “palabras” sino que éstas están llenas de poder, de revelación, de unción y bendición para nosotros e incluso para aquellos que no conocen a Dios.
Nuestro Padre está siempre disponible para nosotros, está conectado a toda hora, Él quiere tener una comunicación constante con nosotros, es el más interesado en saber cómo estamos, qué nos pasa, en qué pensamos, qué necesitamos, más que cualquier “contacto” que tengamos.
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