APOLOS

Hay diferentes personajes en las Escrituras de los cuales no se nos dice mucho, pero que lo poco que se nos relata de sus vidas nos alcanza para ver el Espíritu con el cuál contaban… este, ES APOLOS.

Apolos era un judío de letras, estudioso de la Ley. La primera vez que se lo menciona (Hechos 18.24-28), se describen muchos aspectos positivos de su persona: elocuente, poderoso de las Escrituras, de espíritu fervoroso, diligente y de valeroso y vehemente habla.
Pero hay un aspecto que no está descripto específicamente en las Escrituras pero que entendemos por el contexto… y es que Apolos supo ESCUCHAR Y APRENDER.

El sabía y predicaba muy convencido sólo del bautismo de Juan el Bautista; no sabía nada de Jesús, pero seguramente predicaba de su pronta venida. Cuando el matrimonio de Aquila (aunque no parezca es nombre de varón) y Priscila lo escucharon, ni bien terminó, lo tomaron a parte y le contaron sobre Jesús…
Mirando los portentosos dotes que mencionábamos antes sobre Apolos, tranquilamente él podía haber reaccionado como los fariseos: con furia, enojo e indignación ante el relato de Jesús de Nazaret… PERO NO.
Este personaje, nos da una lección de sabiduría fantástica!! Siendo casi un erudito de la Ley, se “rebaja” a escuchar y aprender de un matrimonio desconocido y (posiblemente) de bajo nivel social.

A veces empezamos a crecer en lo espiritual de ¡una manera hermosa!; pero esto tiende a subir nuestro ego y a modificar nuestro trato con los hermanos en la fe. La Biblia dice:
“Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio.” (Proverbios 19.20 NVI)

Recientemente me enteré que los pastores de grandes iglesias suelen tener a su vez un pastor sobre ellos que los aconseje y corrija. Aunque Dios te ponga en un lugar importante dentro de Su Iglesia, NECESITAS el consejo, la mirada y aprobación de otros hermanos.

Animate a ESCUCHAR Y APRENDER. Animate a imitar a Apolos. Y por sobre todo, animate a escuchar el consejo de Dios.
“Tus leyes me agradan; me dan sabios consejos.” (Salmo 119.24 NTV)


Escrito por: Josué Cot Milich