Hoy temprano leí este comentario y sin
duda fue un resumen de lo que hace rato ronda en mi cabeza: “El que se autojustifica no puede salvarse
porque el primer paso para seguir a Jesús es reconocer nuestra necesidad y
aceptar que no tenemos todas las respuestas” (comentario de Biblia del
Diario Vivir)
Seguí buscando en Las Escrituras y también encontré estas palabras:
“ Dios escogió lo despreciado por el mundo —lo que se considera como nada— y lo usó
para convertir en nada lo que el mundo considera importante. Como resultado,
nadie puede jamás jactarse en presencia de Dios. Dios los ha unido a
ustedes con Cristo Jesús. Dios hizo que él fuera la sabiduría misma para
nuestro beneficio. Cristo nos hizo justos ante Dios; nos hizo puros y santos y
nos liberó del pecado. Por lo tanto, como dicen las Escrituras: «Si
alguien quiere jactarse, que se jacte solamente del Señor»” 1 Corintios 1:28-31 (NTV)
A diario
atravesamos situaciones en las que no sabemos hacia dónde dirigirnos y es
justamente en esa desorientación en donde Dios se gloría. Se complace cuando
sus hijos dicen “no sé cómo seguir sin vos”, “no sé cómo afrontar ésto
sin vos”, “Señor, tomá el timón de mi vida y direccionala hacia donde sea de tu
agrado”; cuando reconocen que su condición pecaminosa no les permite ver los
propósitos eternos y necesitan de la intervención del Espíritu Santo.
“El
viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no
sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas
nacen del Espíritu.” Juan 3:8 (NTV)
Jesús nos enseñó que no podemos controlar la obra
del Espíritu Santo. Él actúa de maneras incomprensibles. Pero es justamente en
la grandeza inexplicable de su accionar en la que podemos descansar durante
nuestros agobios.
¡Y gracias al Señor que Él se regocija en nuestra
simpleza!
Los invito hoy a escuchar al Espíritu Santo que está dentro de
nosotros y dejar de lado nuestra necedad humana.
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