Historia de Balaam: Números, capítulos 22 al 24.
El pueblo de Israel estaba cerca de entrar a la tierra prometida, y acampó en los campos de Moab. Al enterarse los moabitas se angustiaron y empezaron a tener mucho miedo.
Por lo que Balac, el rey, decidió llamar a un especialista para que maldijera a Israel.
Llamaron a Balaam para esta tarea, ya que era conocido debido a su capacidad para maldecir y bendecir, y que se cumplieran sus palabras.
Fueron los ancianos de Moab y Madián con regalos a buscar a Balaam, y él les pidió que se quedaran a pasar la noche, así les respondía lo que Dios le dijera.
Asi fue. Él buscó a Dios y obtuvo una respuesta:
"Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es." Números 22:12
Por lo que al otro día les comunicó la respuesta de Dios a los ancianos, quienes se volvieron a informarle la noticia a Balac.
Él rey decidió redoblar la apuesta, y enviar a personas mas honorables que antes, prometiéndole grandes honores si maldecía a Israel.
Balaam les vuelve a pedir que se queden hasta ver lo que Dios le respondía.
"Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos, pero harás lo que yo te diga." Números 22:20
Al otro día cuando Balaam se va con ellos, dice la Biblia que la irá de Dios se encendió y trató de impedírselo.
¿Por qué se enojó Dios, si el le había dicho que fuera? Dios no se contradice, más bien actúa con sabiduría y soberanía.
Nuestro Dios no se deja engañar por nuestras acciones, sino que pesa nuestras intenciones, nuestro corazón... que es en definitiva lo valioso.
Dios sabía que Balaam estaba atento y deseoso de los beneficios que Balac podía darle.
En Núm. 22:32 dice: "Yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mi."
Aunque Balaam terminó bendiciendo a Israel, más adelante influyó para que el pueblo idolatrara a otros dioses.
El primer síntoma de lo mal que estaba su corazón fue el volverle a preguntar a Dios, sobre algo que él ya había respondido.
Dios es claro. Su si es si y su no es no. Lo que él establece es lo mejor para nuestras vidas.
- Prestemos mas atención cuando Dios responde nuestras oraciones, y cuando nos habla a través de su palabra; no sea que nos hallemos insistiéndole debido a nuestras malas intenciones, queriendo hacer lo que nos place.
Preguntas de Reflexión:
¿Cómo está nuestro corazón? ¿Cuáles son nuestras intenciones al actuar? ¿Escuchamos su respuesta a nuestras oraciones? ¿Vemos con claridad lo que el quiere de nosotros al leer la Biblia? ¿Estamos dispuestos a obedecerle con integridad?
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