Job fue un hombre que lo perdió todo, hijos, criados, riquezas y salud, solo porque Satanás quiso "probarle" a Dios que no era un hombre recto y temeroso.
El Señor, por razones que solo el sabe, permitió a satanás que probara a Job.
Estando el en su duelo, vienen tres amigos a visitarle y acompañarlo. Pero después de una semana en silencio ellos empiezan a dar sus opiniones de por qué estaba viviendo todo eso, y se empiezan a generar conversaciones acaloradas, hasta que Job dice estas palabras:
"El oído pone a prueba las palabras que oye al igual que la boca distingue los sabores." Job 12:11.
Su intención era hacerle un llamado a sus amigos a buscar la verdad de Dios y no la suya.
Así como a todas las personas les es natural que la boca perciba sabores y distinga lo dulce de lo amargo, que bueno sería que a nosotros nos fuera también natural percibir el verdadero sentido de las palabras que escuchamos.
Tomemos este llamado que Job le hizo a sus amigos:
- Escuchemos para comprender, no para responder apresuradamente.
- Escuchemos para consolar, no para juzgar.
- Escuchemos para aprender, no para demostrar lo que sabemos.
- Escuchemos para reflexionar, no para hablar neciamente.
El desafío que tenemos es desarrollar la habilidad de escuchar con estos propósitos, logrando que sea algo natural como lo es distinguir diferentes sabores, distinguiendo las diferentes emociones, sentimientos, vivencias, que reflejan las palabras de las personas cuando conversamos, pero que son tan difíciles de percibir.
Dios nos ayude en este desafío!
Dios nos ayude en este desafío!
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