viernes, 23 de septiembre de 2016

La gran batalla de tu vida


Me gustaría que pensemos un poco en una de las historias mas conocidas de la Biblia.

David y Goliat - 1 Samuel 17

Creo que David al enfrentarse a este gigante participó en la gran batalla de su vida, aunque después de esta situación el estuvo en cientos de batallas, e incluso en tiempos o momentos muy difíciles.

Muchas veces recordamos la historia de David, pero a veces nos olvidamos del detrás de escena, de la preparación que tuvo.

David respondió a Saúl: tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, 
o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras el, y lo hería, y lo libraba de su boca; 
y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 
Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba.
1 Samuel 17:34-36

Enfrentarse a Goliat no fue la primer batalla de David, el tuvo muchas antes. Se enfrentaba a osos y leones para cuidar del rebaño de su padre, y vez tras vez obtenía victorias. El ya había estado en situaciones complicadas y hasta de vida o muerte. Y vencía.

Esto me hace pensar que Dios nos permite vivir situaciones difíciles, que nos van preparando para otras mas grandes, hasta llegar a la gran batalla de nuestras vidas, aunque después seguramente haya otras.
Pero para obtener la victoria en esa batalla, debemos vencer las batallas anteriores, que nos permitan avanzar, crecer, y llegar mas confiados a las que vendrán.

<Si sentímos que siempre estamos en las mismas batallas, quizás es porque no aprendimos a vencerlas, y prepararnos adecuadamente para las próximas>


Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, 
el también me librará de la mano de este filisteo.
1 Samuel 17:37

Esto es muy importante. David confiaba en el poder de Dios. El pudo confiar en Dios para vencer a Goliat, porque muchas veces antes había confiado en su poder para vencer a leones y osos.

Ejercitemos nuestra confianza en Su poder en pequeñas situaciones, y cuando nos demos cuenta nos vamos a encontrar confiando en Dios en grandes batallas.
Es algo que debemos aprender y ejercitar a diario. David decidió participar de esta gran batalla y venció, porque estaba confiado en el poder de Dios, el ya lo había experimentado muchas veces.

¡Ese poderoso Dios que ayudó a David, es nuestro Dios también!

Confiad en Jehová perpetuamente <siempre>, 
porque en Jehová el Señor está al fortaleza de los siglos.
Isaías 26:4

No hay comentarios:

Publicar un comentario