lunes, 26 de septiembre de 2016

Dios Sí sabe.


En ese tiempo el rey Herodes hizo arrestar a algunos de la iglesia con el fin de maltratarlos. A Jacobo, hermano de Juan, lo mandó matar a espada. Al ver que esto agradaba a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Esto sucedió durante la fiesta de los Panes sin levadura. Después de arrestarlo, lo metió en la cárcel y lo puso bajo la vigilancia de cuatro grupos de cuatro soldados cada uno. Tenía la intención de hacerlo comparecer en juicio público después de la Pascua. Pero mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba constante y fervientemente a Dios por él.

La misma noche en que Herodes estaba a punto de sacar a Pedro para someterlo a juicio, éste dormía entre dos soldados, sujeto con dos cadenas. Unos guardias vigilaban la entrada de la cárcel. De repente apareció un ángel del Señor y una luz resplandeció en la celda. Despertó a Pedro con unas palmadas en el costado y le dijo:
«¡Date prisa, levántate!» Las cadenas cayeron de las manos de Pedro. Le dijo además el ángel: «Vístete y cálzate las sandalias.» Así lo hizo, y el ángel añadió: «Échate la capa encima y sígueme.»

Pedro salió tras él, pero no sabía si realmente estaba sucediendo lo que el ángel hacía. Le parecía que se trataba de una visión. Pasaron por la primera y la segunda guardia, y llegaron al portón de hierro que daba a la ciudad. El portón se les abrió por sí solo, y salieron. Caminaron unas cuadras, y de repente el ángel lo dejó solo.
Entonces Pedro volvió en sí y se dijo: «Ahora estoy completamente seguro de que el Señor ha enviado a su ángel para librarme del poder de Herodes y de todo lo que el pueblo judío esperaba.»
Cuando cayó en cuenta de esto, fue a casa de María, la madre de Juan, apodado Marcos, donde muchas personas estaban reunidas orando. Llamó a la puerta de la calle, y salió a responder una sierva llamada Rode. Al reconocer la voz de Pedro, se puso tan contenta que volvió corriendo sin abrir.
¡Pedro está a la puerta! —exclamó.
¡Estás loca! —le dijeron.
Ella insistía en que así era, pero los otros decían:
Debe de ser su ángel.
Entre tanto, Pedro seguía llamando. Cuando abrieron la puerta y lo vieron, quedaron pasmados. Con la mano Pedro les hizo señas de que se callaran, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel”
Hechos 12:1-17


Ésta historia, si que es realmente sorprendente, como tantas historias de SU palabra!

Dice en el titulo de esta historia en la Biblia NVI, "Pedro escapa milagrosamente de la cárcel” en Reina Valera 1960 dice, a partir del versículo 6 “Pedro es liberado de la cárcel” Me enfoco más en el titulo de Pedro escapa “Milagrosamente” de la cárcel.

¡Eso sí, que fue un milagro! Relata la historia que cuando mandaron matar a espada a Jacobo, a Pedro lo llevaron preso, y desde allí “La Iglesia oraba constantemente y fervientemente a Dios por él” y luego si seguimos leyendo, sucedió el milagro que leímos.

A menudo, los creyentes tenemos la costumbre de orar muy poco o no le dedicamos el tiempo de hablar con Dios como se merece, porque tan solo creemos que nuestras oraciones no consiguen nada. Pedimos algo y al rato, ya nos olvidamos lo que le pedimos a Dios, si supiéramos con anticipación que Dios no se vería obligado a conceder lo que pedimos, tan solo ponemos excusas de que, <Dios sabe lo que necesito, Dios sabe lo que es mejor para mí, Dios va a cumplir su Voluntad no lo que yo quiera> ajam, Dios sí sabe lo que es lo mejor para nosotros, Dios sí sabe nuestras necesidades, y Dios si es soberano y sabe todas las cosas. Pero, Él nos manda a tener una comunión cada día, cada noche, constantemente, ÉL quiere que tengamos una relación mutua, porque a él le gusta ayudarnos, le gusta escucharnos, y el gusta cumplir nuestros sueños, deseos y anhelos que tanto queremos, según su Voluntad.

¿Hace mucho no oras fervientemente por algo? Hace mucho no le dedicas ese tiempo a Dios?

Veamos algunos versículos en dónde nos muestra cuán importante es la oración:


Salmos 65:2
porque escuchas la oración.
A ti acude todo mortal”

Salmos 102: 17
Dios responderá las oraciones de los sobrevivientes;
escuchará sus ruegos”

Colosenses 4:2
Dedíquense a la oración.
Estén listos para enfrentar cualquier situación
mediante la oración y el dar gracias a Dios.”

Romanos 12:12
Alégrense en la esperanza, tengan
paciencia en las dificultades y sean
constantes en la oración”

1 Samuel 1:27
Oré por este hijo, y el Señor contestó
mi oración, dándomelo.”

Proverbios 15:29
El Señor se aleja de los perversos, pero está atento
a las oraciones de los
justos.”

Job 33:26
Hace oración a Dios, y Dios está contento con él.
Dios se revelerá con grito de alegría y devolverá al hombre
a su justa situación”

Salmos 65:5
Dios mío, porque eres justo, contestas
nuestras oraciones con hechos
asombrosos mostrando tu justicia.
Gente que vive lejos, aún al otro lado del
mar, confía en ti”

1 Pedro 3:12
El Señor ve a los que obran rectamente,
y escucha sus oraciones; pero está en contra
de los que hacen el mal”

Santiago 5:16
Confiésense sus pecados unos a otros, y luego oren unos por otro
Hagan eso para que Dios los sane. La
oración de quien está bien con Dios es poderosa
y efectiva”

Vemos muchísimos ejemplos de vida en la Biblia de cambios, transformaciones, milagros tan sólo por elevar una oración, un clamor a Nuestro Dios, y NO cambia el Dios de los antepasados con el nuestro.

La oración nuestra no es poderosa, es poderoso quien la recibe, Él siempre está dispuesto a escucharnos y cumplir al tiempo de Él las cosas que pedimos Según SU voluntad.
Nos nos cansemos, decepcionemos, desalentemos y desanimemos, al Orar.
Dios actúa con Poder y nos sorprende. Esperemos en ÉL.




Entre otras cosas Dios estableció la oración porque a través de ella le reconocemos como la única fuente y providencia de todo lo que nos hace falta. Sin dudas, es un plan de amor perfecto para mantenerse en comunión con sus hijos. ¿No te parece?.

Si Dios hubiera contestado todas las oraciones tontas que he hecho en mi vida, ¿dónde estaría yo ahora?” — C.S. Lewis.

Dios te bendiga.




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