jueves, 10 de marzo de 2016

Caballo, mulo o siervo?




Génesis 22:1 probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.
22:3 y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.
22:11  Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Podemos ver en este capitulo una historia de un hombre el cual dejo de lado todo lo suyo, como su experiencia entre tantas cosas simplemente para obedecer al instante la voluntad de Dios, quien no le pide poca cosa.

Génesis 22:2  Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Si, Dios le pide su único hijo, el hijo de la promesa que Dios le había dado a Abraham. Nunca te preguntaste que hubieras respondido si Dios te pidiera lo mismo? quizás te dirías algo como "nunca creí que iba lograr tener un hijo, y tu Dios obraste en esto que parecía imposible ¿como puede anular su propósito pidiéndome a Isaac?"  si cualquiera de nosotros hubiéramos pasado la situación que paso Abraham seguro hubiéramos logrado inventar alguna excusa para no cumplir con el mandato de Dios.
Simplemente con fe este padre coloca a su hijo (teniendo fe en que Dios hará su propósito resucitando a su hijo de los muertos) levanta su cuchillo y en el instante en el que se prepara para consumar el acto se oye una voz desde cielo llamando a Abraham por su nombre y este deja todo y responde como la primera vez "Heme aquí".
Nunca pensaste que hubiera sucedido si Abraham hubiera sido alguien egoísta? alguien que su propio ego le impida escuchar y obedecer con claridad a Dios?
quizás hubiera tardado semanas en decidirse en obedecer al primer mandato que le da Dios en el versículo 2, y no solo eso, también en el momento que el ángel le habla para que se detenga, el hubiera pensado "yo se que tengo que hacer, mi experiencia lo demuestra" y el resto esta dicho. Pero no Abraham no dio lugar a confusiones, obedeció sin interrogantes y en el instante que Dios le dijo "ve" se levanto y fue, y cuando Dios le dijo "alto" el se detuvo. Tenemos que dejar nuestro orgullo y ego de lado para poder escuchar claramente la voz de Dios y discernir su voluntad.

"No importa cuan fuerte sean nuestras convicciones, debemos aprender a desconfiar de nosotros mismos" T.S. Watchman Nee

Dejemos nuestro egoísmo para poder escuchar la voz de Dios y obedecer inmediatamente.

Salmos 32: 8 y 9 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,Porque si no, no se acercan a ti.


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