miércoles, 11 de marzo de 2015

A mi manera


Cuando hablamos de Abraham el padre de la Fe, tenemos muchas cosas para decir y mucho que aprender.
Lo cierto es que para llegar a ese nivel de Fe, de obediencia, Abraham tuvo que aprender mucho y sus errores le costaron muy caros.

El Primer cuestionamiento condeno a su descendencia a 400 años de esclavitud y sufrimiento:
 "El SEÑOR le dijo: —Debes saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, donde serán esclavizados y maltratados durante cuatrocientos años." Gn 15:13 (NVI)

Sin lugar a dudas esto quedó grabado en la memoria del patriarca, y entendió que no debía dudar.
Pero como todos sabemos Abraham tambien tuvo que aprender la lección de la Paciencia.
Sara su mujer vió que no conseguía quedar embarazada y según la costumbre le dijo a su marido que use a su sierva para poder ser Padre, y así sucedió. Nació Ismael de quién descienden los musulmanes enemigos historicos del pueblo de Israel, pero no solo eso:
"Abram tenía ochenta y seis años cuando nació Ismael." Gn 16:16 (NVI)
"Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el SEÑOR se le apareció y le dijo: —Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive en mi presencia y sé intachable." Gn 17:1 (NVI)

Pasaron 13 años de silencio para Abraham, durante todo ese tiempo no volvió a escuchar la voz del Todopoderoso. Dios le estaba enseñando que las cosas se hacen a su manera, por eso volvió a reafirmar su pacto con Abraham y en el tiempo señalado nació Isaac.

En el capítulo 22 de Genesis Dios le pide a Abraham que sacrifique a su hijo, su único hijo a quien él amaba. Sin dudarlo ni poner peros, aquel siervo de Dios hizo como le habían ordenado.
Había aprendido la lección, entendió que Dios hace las cosas a su manera, en su tiempo y con los recursos que el desee utilizar.

Espero que hoy puedas entender que los planes de Dios no tienen un mismo paradigma, son todos diferentes y especiales para cada persona.


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