lunes, 10 de marzo de 2014

Misión Suicida





Bajo la premisa de que toda gran obra exige un costo grande, el cual hay que soportar, entiendo que Dios es un loco, y las tareas que nos encomienda no son nada fáciles de hacer.

Miremos algunos ejemplos.
Josué; él tenía que llevar al pueblo de Israel a conquistar grandes ciudades. Los Israelitas eran un pueblo que recientemente había salido de la esclavitud, no tenía armas, no tenía experiencia de guerra, ni contaba con un ejército bien formado.
Jeremías; a este joven profeta le fue encomendado que predicase a un pueblo rebelde, a un Israel totalmente apartado de Dios, incluso nos cuenta su libro que hasta su propia familia lo persiguió.
María; esta joven Israelita quien fuera la madre de Jesús conocía las implicaciones que tenía entrar en el plan de Dios. Una mujer embarazada fuera del matrimonio merecía un castigo público, corría el peligro de perder a su prometido, tendría que acarrear con las burlas y el desprecio por ser vista como una mujerzuela, se sometería a la incomprensión y la humillación.

Más allá de todo, estas personas decidieron responder afirmativamente al llamado de Dios, le dijeron sí a la misión "suicida".

La gran pregunta es ¿Por qué?, ¿por qué dijeron sí?
Ellos dijeron Sí a la tarea encomendada porque Dios les había prometido su presencia, su compañía en medio de todas estas circunstancias; él les dijo que estaría con ellos y no les falló. No solo a ellos se los prometió, sino a todos a los que les dio una misión.

Moisés - Ex. 3:12
Josué  - Jos. 1:9
Gedeón - Jue. 6:16
Jeremías - Jer. 1:8
María - Lc. 1:28
Pablo - hch. 18:10

No lo dudes. No te olvides. DIOS ESTÁ CONTIGO.

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