“Encomienda a Jehová tu camino, confía en El y El hará”
Salmos 37:5
Salmos 37:5
Cuenta una historia en la cual había un alpinista que solía
escalar solo, sin compañía. En una oportunidad estaba escalando una difícil
montaña, con todo su equipo en perfectas condiciones: arnés, ganchos, sogas,
pala, etc. Pero se atraso en el cronograma que tenía y empezó a oscurecer, sin
que pudiera llegar al lugar donde quería pasar la noche reguardado del frió.
Cuando ya era de noche, tuvo que seguir escalando a oscuras, porque sabía que si se quedaba donde estaba moriría de frió. No se veía nada, estaba todo muy oscuro y hacia mucho frió. Y en un momento, puso mal un gancho y se cayó al vacío. Como estaba agarrado de su arnés, sufrió un fuerte golpe y se encontró colgado en medio del vacío y de la oscuridad. No podía tocar nada, estaba colgando sobre el precipicio y desesperado grita: ¡¡¡Dios mío, por favor ayúdame, sálvame, no quiero morir!!
De repente, del silencio de la noche escucha que le dicen:
-Soy Dios ¿Crees que puedo salvarte?
-Sí, por supuesto Dios, sálvame.
-Entonces, corta la soga y te salvo.
El alpinista pensó unos segundos, y se agarro más firmemente de la soga.
A la mañana siguiente, lo encontraron muerto, congelado, colgado de una soga…a un metro del piso.
¿Y tú? ¿Qué tan aferrado estas a tu cuerda? ¿Te soltarías? Pasamos la vida aferrados a nuestra cuerda (nuestros "logros" profesiones, nuestros trabajos, vehículos, e incluso nos aferramos a "parejas" que no nos valoran tal como somos) y Dios nos dice: suéltala! yo tengo control de tu vida.
Pero preferimos morir de frío atados a nuestra propia manera de vivir..;
Cuando ya era de noche, tuvo que seguir escalando a oscuras, porque sabía que si se quedaba donde estaba moriría de frió. No se veía nada, estaba todo muy oscuro y hacia mucho frió. Y en un momento, puso mal un gancho y se cayó al vacío. Como estaba agarrado de su arnés, sufrió un fuerte golpe y se encontró colgado en medio del vacío y de la oscuridad. No podía tocar nada, estaba colgando sobre el precipicio y desesperado grita: ¡¡¡Dios mío, por favor ayúdame, sálvame, no quiero morir!!
De repente, del silencio de la noche escucha que le dicen:
-Soy Dios ¿Crees que puedo salvarte?
-Sí, por supuesto Dios, sálvame.
-Entonces, corta la soga y te salvo.
El alpinista pensó unos segundos, y se agarro más firmemente de la soga.
A la mañana siguiente, lo encontraron muerto, congelado, colgado de una soga…a un metro del piso.
¿Y tú? ¿Qué tan aferrado estas a tu cuerda? ¿Te soltarías? Pasamos la vida aferrados a nuestra cuerda (nuestros "logros" profesiones, nuestros trabajos, vehículos, e incluso nos aferramos a "parejas" que no nos valoran tal como somos) y Dios nos dice: suéltala! yo tengo control de tu vida.
Pero preferimos morir de frío atados a nuestra propia manera de vivir..;
Encomendar es Dejar la carga a Él, para que El obre. Es poder descansar tranquilo, sabiendo que mi problema está en las mejores manos. No es una una invitación al ocio, o a la vagancia. Es depositar en Dios nuestro problema y dejarlo obrar a Él, pero haciendo todo lo que está a nuestra disposición para obtener el mejor resultado. Jesús resucito a Lázaro, pero pidió que le corran la piedra. Hoy sigue actuando igual. Tenemos que hacer nuestra parte.
Fe es confiar sin ver, es creer sin tocar, es estar tranquilo sin tener. ¿Qué cosas te inquietan? ¿Qué estas necesitando? ¿En qué cosas necesitas tener más fe en Dios?
Quédate tranquilo, Dios es fiel. Podes descansar en sus promesas que no
cambian.
Dios te bendiga enormemente :D
Corta la soga de tu desconfianza.
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