viernes, 28 de marzo de 2014

La meta de la salvación

  La meta de la salvación

  Sin dudas, uno de los más grandes mitos existentes es el conocido: “Voy al cielo porque soy buena persona”. Muchas veces, en campañas evangelísticas y al charlar con inconversos, a la pregunta “Si hoy mueres ¿A dónde crees que vas?” la respuesta básica y más común es “Al cielo, porque nunca hice nada malo a nadie” al igual que la frase que usamos cuando queremos justificar a alguien que queremos mucho, pero no es de Cristo: “No, no es cristiano, pero es buenísima persona, sólo le falta creer en Dios” ¿Sólo eso?
  La biblia dice “Porque por GRACIA sois salvos por medio de la FE; y esto no es de vosotros, pues es don de DIOS; NO por OBRAS, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9)
  No por “Ser buena persona” vamos al cielo, sino que estamos destituídos de la Gloria de Dios por el simple hecho de ser humanos, simples pecadores. Es como que nos hagamos llamar estudiantes, sin estar inscriptos en la facultad o estar estudiando para un examen de la facultad sin habernos anotado para rendirlo, como correr una maratón sin estar inscriptos en ella. Lejos de ser una situación parecida, creo que ejemplifica un poco o demuestra en cosas más simples, lo que es una vida SIN DIOS, sin un propósito. Primero, antes que nada, debemos incribirnos, o anotarnos… Y ES SÓLO EL COMIENZO…

   Pero ¿Qué es la Gracia de Dios? ¿En qué consta esta “Inscripción”?
Juan 3:16 lo explica muy bien: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para QUE TODO AQUEL QUE EN ÉL CREA, NO se pierda, MÁS TENGA VIDA ETERNA.”
   La Gracia de Dios no es más que todo lo que nos da por AMOR, ya que nada de ello merecemos.
   Ninguna cosa que podamos hacer, haría que seamos merecedores del amor de Dios, porque somos PECADORES desde que nacimos. Pero también por AMOR, Dios, entre muchas otras cosas más, nos da la oportunidad de ser hijos Suyos. ¿Cómo? Creyendo en que Cristo, Dios hecho hombre, pero siendo Santo y  sin pecado, murió y obtuvo la condena que NOSOTROS debíamos cargar. ¿Te parece poco?  Cristo ya pagó la inscripción por nosotros, sólo debes reconocerlo y arrepentirte de tus pecados, para estar listo para caminar una nueva vida de la mano de Dios.

   Si aún no te inscribiste, creo que te acabo de dar “una simple razón” para hacerlo. Y si ya estás “inscripto” no te olvides que la FE sin OBRAS es una FE MUERTA: Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”  (Sgo 2:18)
    Nada somos sin FE, y nada es tu FE sin OBRAS; es decir, como dice el versículo, nuestra fe se demuestra, y es puesta a prueba en muchas ocasiones, no debemos olvidarnos como Hijos de Dios, por quién vivimos hoy… que tu amor por Dios, tu devoción, tu servicio no se vuelva una simple rutina, sino recordemos siempre que es por y para Dios, hagamos siempre lo mejor. Seamos temerosos de Dios!


   → Te animo a que tu vida sea una constante carrera hacia la meta, que es agradar a Dios, a fin de que nos encontremos sin mancha el día que Nuestro Padre venga por nosotros.                        Bendiciones!
                 

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