Creo que a la mayoría de nosotros alguna vez nos ha pasado al estar en una fiesta que nos llenamos con los aperitivos antes del plato principal, a pesar de haber escuchado la voz de alguien que nos decía “guardate espacio para lo que viene después”. Y sin duda que nos arrepentimos de no haberle hecho caso a ese alguien cuando vemos lo rico que es el menú central.
Acordándome de la historia del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento, pienso que vivían de un constante aperitivo. Y es que durante su andar por el desierto, tuvieron su provisión diaria; sin embargo por su desobediencia a Dios, se perdieron de la abundancia que podrían haber tenido.
Jesús nos deja muy claro en su palabra qué es lo que quiere para nosotros:
“(…)Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Juan 10:10 (RVR1960)
Haciendo alusión a ésto, no puedo dejar de mencionar las palabras hermosas que una amiga muy querida me regaló durante un tiempo de dificultad en mi vida, y que todavía retumban en mi cabeza. Decían más o menos así: “Tal vez no vas a recibir un castigo por no elegir a Dios y sí a las cosas que nos ofrece este mundo, pero te vas a perder de todo lo grande que tiene preparado para vos”
En palabras bíblicas:
“Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.”
Romanos 12:2 (TLA)
Si hay algo que aprendí en este último tiempo, es que Dios es un Dios de plenitud, que nos quiere regalar una vida abundante en dicha, y que lo que en un tiempo confundí con la libertad, lo que el mundo me hizo creer que era; no es más que una esclavitud del pecado, una atadura a deseos de cosas que no duran más que un instante, y que no se comparan con el gozo eterno.
Y al igual que me pasó a mí, debido a que el pueblo de Israel no tenía puesto los ojos en Dios, no podía ver todas las cosas buenas que recibía de su parte. Por el contrario sólo notaba las que creía que le faltaban. Pero Jesús también nos dejó una enseñanza respecto a eso:
“No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan.
Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos!
¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más? (...)
Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios!
Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan (…)”
Mateo 6:25-33 (TLA)
Aunque entre quejas, excusas y desobediencia pasaron 40 años, el pueblo de Israel llegó hasta la tierra prometida y el Señor pudo cumplir su propósito a pesar de ellos. Es que Dios, es un Dios paciente y misericordioso.
“Mientras pasaba delante de Moisés, Dios dijo en voz alta:
«¡Soy el Dios de Israel! ¡Yo soy es el nombre con que me di a conocer! Soy un Dios tierno y bondadoso. No me enojo fácilmente, y mi amor por mi pueblo es muy grande. Mi amor es siempre el mismo, y siempre estoy dispuesto a perdonar a quienes hacen lo malo. Pero también sé castigar al culpable, y a sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos».”
Éxodo 34:6 (TLA)
Qué bueno es saber que tenemos un Dios de infinitas oportunidades, pero no perdamos más el tiempo, decidamos vivir en abundancia hoy. Elijamos depender de nuestro Papá Celestial confiando en que Él quiere lo mejor para nosotros.
Escrito por: Yazmin Florit
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