lunes, 18 de noviembre de 2013

La Autoridad que no es "Autoridad"


¿Qué pasa, o qué debemos hacer cuando tenemos autoridades a las que no podemos ver como Autoridades? Es decir, no se han ganado el respeto o el derecho de ser nuestra autoridad, solamente ocupan esa posición.

Suelo ver a diario estas situaciones, e incluso en las películas son siempre el objeto del problema, las personas que tienen cargos que no merecen.


En primer lugar debemos saber que toda autoridad es dada por Dios:
Entonces Jesús le dijo: —No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubieran dado desde lo alto.ª Jn 19:11 (NTV)
¿Por qué Dios nos pondrá bajo tales autoridades? La respuesta a el gran "por qué" solo lo sabe Dios, lo que sí nos dice es que el tiene el control de todas las cosas, y quiere moldear nuestra vida y caracter, por tal motivo todo lo que nos rodea y sucede es para nuestro bien aunque no lo veamos así.

 Pero cierto día, cuando Saúl estaba sentado en su casa con una lanza en la mano, de repente el espíritu atormentador de parte del SEÑOR vino sobre él como antes. Mientras David tocaba el arpa, Saúl le arrojó su lanza, pero David la esquivó y, dejando la lanza clavada en la pared, huyó y escapó en medio de la noche.1 Samuel 19: 9-10

Situaciones como estas David vivió muchas, fue perseguido muchisimas veces, y no por cualquier autoridad; era su REY, aquel que Dios había puesto. Sin embargo David nunca olvido que Dios lo había puesto.
En una ocasión, David se encontraba escondido en una cueva, justo cuando Saúl entro para hacer sus necesidades; tuvo la  oportunidad de matarlo y de una vez por todas desacerse del problema, dejar de andar escapando y ser por fin Rey de Israel ya que Samuel lo había ungido tiempo atrás. Pero David opto por cortar un pedasito del manto de Saúl, y después se arrepintió y dijo lo siguiente:
«El SEÑOR sabe que no debería haberle hecho esto a mi señor y rey —dijo a sus hombres—. Que el SEÑOR me libre de hacerle tal cosa a mi señor el rey y atacar al ungido del SEÑOR, porque el SEÑOR mismo lo ha elegido». 1 Samuel 24:6
Pues el SEÑOR lo puso a mi merced allí en la cueva, y algunos de mis hombres me dijeron que lo matara, pero yo le perdoné la vida. Pues dije: “Nunca le haré daño al rey; él es el ungido del SEÑOR”. Mire, padre mío, lo que tengo en mi mano. ¡Es un pedazo del borde de su manto! Yo lo corté, pero no lo maté. Esto prueba que no intento hacerle daño y que no he pecado contra usted, aun cuando usted me ha estado persiguiendo para matarme. Que el SEÑOR juzgue entre nosotros. Tal vez el SEÑOR lo castigue por lo que intenta hacer, pero yo nunca le haré daño.
Como dice el antiguo proverbio: “De la gente malvada, provienen las malas acciones”. Así que puede estar seguro de que nunca le haré daño. 1Sa 24:10-13 


El joven pastor de ovejas no solo le preservo la vida, sino que lo respeto y honro, nunca hablo mal de él, recordando siempre que más allá de todo era su autoridad. Devolvió bien por mal.


Pablo tambien nos aconseja que oremos por nuestras autoridades:
En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos. Ora de ese modo por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila, caracterizada por la devoción a Dios y la dignidad. 1 Tim. 2:1-2 (NTV)

Siempre respeta, honra, cuida y ora por tus autoridades, sean del trabajo, la iglesia, la escuela, etc.
Dios las puso y tiene propósitos con ellas, no nos interesa lo que nos hagan, a nosotros nos toca cumplir con nuestras responsabilidades.

Dios los bendice.



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