miércoles, 5 de junio de 2013

No sueltes su mano.



Mientras estaba con una amiga sentada en un banco de la plaza, observé a una nena que venía de la mano de su mamá, venía bien hasta que le soltó la mano y empezó a saltar las grietas de las veredas con la intención de jugar a “no tocar las rayas”. En un momento le herró y se cayó.
 Cuando se cayó, dejamos de verla. Y en ese momento pensé: si no le hubiera soltado la mano a su mamá, no se hubiera caído.

Unos días más tarde recordé y reflexione sobre esa frase y sobre la escena de la nena, y llevándolas/comparándolas a la vida cristiana, podría decir que muchas veces hacemos lo mismo que esa nena. Le soltamos la mano a nuestro padre celestial. ¿Cómo se la soltamos? Haciendo cosas que nos separan de él, teniendo rencores, envidia, siguiendo la corriente del mundo, etc. Luego, a causa de eso, nos caemos, tenemos malas consecuencias y terminamos preguntándonos por qué pasó lo que pasó. Y la respuesta es: “Por haberle soltado la mano a nuestro padre,”. 

Dios, en su palabra, nos dice que debemos tener nuestra mirada puesta en las cosas de arriba, y que debemos abandonar todo aquello que hace que soltemos su mano y que nos alejan de él: “Por tanto hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría. Por estas cosas viene el castigo de Dios. Ustedes las practicaban en otros tiempos cuando vivían en ellas. Pero ahora abandonen también todo eso: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno.” Col. 3:5-8. De esta manera, dejando de practicar todas estas cosas, podemos estar seguros de que el Señor va a afirmar nuestros pasos al caminar y que no nos vamos a caer al tropezar, porque él nos toma de la mano y nosotros a él haciendo su voluntad. (Salmo 37:24).

No sueltes la mano de Dios como la pequeña soltó la de su mamá por ir a jugar. No vayas detrás de lo que te ofrece el mundo y el enemigo… MEJOR seguí caminando de su mano, no hay nada más seguro! Yo me propongo a agradarlo y a no soltarlo ¿Y VOS?

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