Seguramente alguno de ustedes se ha topado con este GRAN libro de Max
Lucado: ENFRENTE A SUS GIGANTES. Y hoy me voy a adueñar de su titulo!
:P La historia a la que nos lleva este título, es a la de David…
Hagamos
una pequeña reseña histórica: Saúl, el primer rey de Israel, estaba en
un tiempo de alejamiento de Dios; por lo tanto Dios decide sacarlo del
trono (1 Sam 15.23) y darle la “titularidad” a David en ese puesto.
David no empieza desde ese momento su reinado, pero Dios lo va metiendo
de a poco (1 Sam 16.21-22) mostrando su voluntad. Durante ese tiempo, se
decreta una batalla contra los Filisteos; pero con un desafío
particular: el pequeño mastodonte de Goliat contra cualquier Israelita
que quisiese enfrentarlo. Nadie se atreve, excepto…DAVID. El
insignificante sabandija VS el Godzilla de la época. (Si hubiese habido
una central de apuestas en ese entonces, los numeritos de David no se
hubiesen vendido…se los aseguro) tenia TODAS LAS DE PERDER.
(1
Sam 17.16) “Goliat pasaba noche y día atemorizando al pueblo…”; así es
SU Goliat. Eso contra lo que está luchando lo rodea, es su primer
pensamiento en la mañana y su preocupación por las noches. Se apodera de
sus relaciones, de sus sueños, de su devoción al ministerio… Y pasa a
formar parte de su vida; es algo normal… y cada vez cae mas bajo, y mas
bajo, y mas bajo... Se resigna ante su presencia. LO HACE MORDER EL
POLVO! Pero, le pregunto, ¿Qué pasó con el que era antes? El luchador,
el soñador. ¡VUELVA A LEVANTARSE! Póngase de pie y ENFRENTE A SU
GIGANTE!!!!!! Hay una frase que me gusta mucho y dice: “Las batallas de
arriba, se ganan debajo de rodillas.” VUELVA A HUMILLARSE DELANTE DE SU
DIOS y declárese “…más que vencedor por medio de Aquel que lo amó!”
(Romanos 8.37)
Dios no lo tiene dentro de Su pueblo de adorno, su
vida tiene sentido y cobra un REAL sentido cuando el capitán de su vida
es DIOS. Delante de su gigante piense como David, que no miró el tamaño
de su problema o cuanto daño podría haber causado, sino que pudo decir
“…mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos…” (17.45)
-No le digas a Dios cuan grande es tu problema…DILE A TU PROBLEMA CUAN GRANDE ES TU DIOS-
Escrito por: Josué Cot Milich
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