miércoles, 9 de diciembre de 2015

Cambios cosméticos


Una de las realidades del cristiano es que necesita morir al viejo hombre cada día y hacer que Cristo crezca en su vida.

Infinitos pasajes hacen referencia a esta realidad espiritual, pero, ¿tenemos la actitud correspondiente? ¿Deseamos cada día aprender más de Dios y que eso nos transforme?
Tristemente nos dejamos abrazar por la liviandad de un compromiso que no quiere pasar sobresaltos y desea vivir en la comodidad y conformidad de preocuparse tan solo por uno mismo.

"Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz." Romanos 8:6

Lo espiritual trae vida y paz, lo carnal trae muerte.
No queremos "malgastar" nuestro tiempo buscando crecimiento espiritual y ser de bendición para los demás, todo lo contrario sólo queremos cambios cosméticos,  transformaciones superficiales,  asentir con la cabeza todo lo lindo que escuchamos en las predicas, y asombrarse de lo leído en un devocional sin buscar la práctica de lo entendido.
No vivimos en actitud de aprendizaje,  ni con la humildad de reconocer que necesitamos cambios profundos y sinceros, y desear de todo corazón una transformación radical en nuestras vidas.
Ocupémonos de hacer crecer lo espiritual en nosotros, no sólo cambios cosméticos, cambios superficiales, sino que cada día incorporamos a nuestra vida aquellas cosas que hacían que la gente busque a Jesús,  aquellas cosas que lo distinguían y provocaban que los demás quieran ser como él.

El desafío es encontrarse con la Palabra de Dios sabiendo de antemano que algo debemos cambiar, y por medio de la lectura descubrir como quiere el Todo poderoso que vivamos, y por medio de la comparación con nuestra vida establecer que cosas estamos haciendo mal y tomar la decisión y compromiso de cambiarlas.

Espero que no desees en tu vida cambios cosméticos, sino cambios profundos y duraderos, provenientes de aquel que es el Agua viva.

Dios te bendiga

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