martes, 10 de diciembre de 2013

Pedir antes de tratar


No te pasa muchas veces que cuando tratas, tratas y tratas de alcanzar, realizar o lograr algo, no lo haces, fallas y te frustras? Por ejemplo: te propones a no volver a decir malas palabras, o a no volver a entrar a ciertas páginas en internet, quizás te propones a leer cada día una porción de la biblia, o queres dejar de contestarle a tus padres… haces todo lo posible para lograr tu objetivo, pero fallas y terminas desilusionado.

“¿Por qué cuando me esfuerzo tanto en cambiar o en lograr algo, fallo?” Esa pregunta pasó por mi mente varias veces (Quizás por la tuya también) hasta que Dios me mostró la respuesta en Santiago 4:2: Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. NO TIENEN, PORQUE NO PIDEN.

¡Ahí estaba el problema! no podía alcanzar, lograr, obtener lo que quería, porque no pedía antes.

“Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.” Juan 16:24.

Muchas veces nos esforzamos en realizar algo por nuestros propios medios, cuando lo deberíamos hacer mediante el poder de Dios. Es decir: deberíamos pedir su ayuda, antes de intentar algo.

“La naturaleza carnal quiere hacerlo todo por si misma porque quiere el crédito para sí. Esa es una de las razones por las cuales no tenemos más éxito en nuestro caminar por fe: porque pretendemos lograr con nuestros esfuerzos lo que Dios quiere darnos mediante su gracia” Joyce Meyer.

Normalmente nos encanta que el crédito sea para nosotros. Intentamos cambiar o lograr algo a nuestra manera para luego decir que lo hicimos solos y gracias a nosotros mismos, cuando lo que Dios quiere es que dependamos totalmente de Él y que reconozcamos que todo cambio alcanzado en nuestras vidas es gracias a Él.

 Si le pedimos a Dios que nos ayude y nos de la voluntad de cambiar actitudes que no están bien, o a lograr algo, El lo va a hacer (Siempre y cuando lo que quieras alcanzar este dentro de sus planes para vos).

 Es muy probable que, si no pedimos antes de tratar de cambiar o alcanzar algo,si no oramos y hablamos con Dios, terminemos frustrados, enojados, fatigados o desilusionados. Por eso te animo a que puedas depender completamente de Dios, para con los esfuerzos, detenete a pedir su ayuda y confía en El, manteniendo siempre una actitud consciente de que separados de El nada podemos hacer.

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