“Ahora bien, sabemos que
Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que
han sido llamados de acuerdo con su propósito” Romanos 8:28
En
este último tiempo, me tocó vivir situaciones realmente dolorosas, e
importantes, y me puse a pensar que porque Dios las permite… De seguro
que a vos, que estás leyendo esto, también te pasan cosas malas o que te
entristecen, o que te enojan. Muchas veces llegué a orar, preguntando
el por qué de todas estas cosas. ¿Por qué me pasa a mi? ¿Por qué una
noticia mala atrás de la otra? Y un sinfín de preguntas cuestionando la
voluntad de Dios, seguramente a vos te pasa lo mismo, y si no es
orando, en algún momento del día te sale la famosa frase de “Porque todo
me tiene que pasar a mi”.
Lo primero que te quiero decir
es que muchas veces, Dios permite que sucedan cosas en nuestra vida,
para probar la fe que tenemos en Él. Además si Dios deja que todas estas
pruebas estén en nuestra vida no es para que nos tire abajo, si no que
es para crecer. Si crecer. Crecer en espiritualidad, crecer como
personas, crecer para poder ayudar a otros y lo más importante… Crecer
para honrar a Dios.
El Señor tiene un propósito para cada uno de
nosotros. Cada ser de esta tierra no está en ella porque si. Cuando nos
pasen cosas malas no le cuestiones a Dios el por qué de ellas, si no él
para qué. ¿Para qué Dios permite que enfermes? ¿Para qué Dios permite
que a veces las personas nos defrauden? ¿Por qué las personas nos
abandonan? ¿Para qué Dios nos pone pruebas de cuanta fe tenemos en él?
La mejor respuesta que se me ocurrió en todo este tiempo, es que por
ahora no sabemos, pero más adelante nos daremos cuenta. Cuando empecemos
a vivir confiados en Dios.
Si estas pasando un momento mal, pensá en esta pequeña reflexión…
Y no te olvides… “El sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas.” Salmos 147:3
Escrito por: Lau Degiorgio
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