- "Acordáte que hoy te toca el devo a vos".
- "¡¿Qué?!"
¡Rayos y centellas! pensé dentro de mí. Y empecé a enumerar un sin fin de cosas que tenía que terminar antes de empezar a escribir.
¿De qué voy a hablar ahora? Y… ¡glup! Algo me vino a la cabeza.
¿Alguna vez nadaste durante mucho tiempo? Los expertos suelen llamar a esto, actividad física, o en algunos casos más específicos, clase de natación.
Y ¿sabías qué? Sea el más groso de todos, o el más batata para nadar, TODOS EXPERIMENTAN EL CANSANCIO.
A veces pienso que la vida de los cristianos es como una clase de natación. Existen muchos tipos de personas, pero todas en cierto momento se cansan.
¿Y de qué se cansan? De la rutina, de la actividad diaria, del ir y venir hasta llegar a las 5.000 piletas.
Pero hay una solución. Dios nos dice en su palabra que él nos va a hacer flotar en el agua para que descansemos nuestro cuerpo y alma, para renovarnos las fuerzas.
"Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza;
nuestra ayuda en momentos de angustia."
Salmo 46:2 (DHH)
Muchas veces, nos olvidamos de dedicarle un momento de nuestro día a Dios entre tantos quehaceres, y la fatiga se hace cada vez más grande.
¿Querés que te cuente que pasa cuándo no descansás? ¡Te tragás toda el agua!, ¡No te podés mover! Es un desastre. Y lo mismo pasa en nuestra vida. No podemos solos, necesitamos de él. Así como también otros necesitan que estemos descansados para recibir nuestra ayuda.
La Biblia dice:
"Cuando tengan dificultades, ayúdense unos a otros. Ésa es la manera de obedecer la ley de Cristo."
Gálatas 6:2 (TLA)
Cuando el batata de la clase se esté ahogando, te va a necesitar, pero ojo. ¡Un día podés ser vos el que esté en esa situación! Y él va a ser quien te ayude.
Hay un versículo que me encanta y dice:
"Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente."
2 Timoteo 2:5 (RVR1960)
No siempre va a ser todo fácil, va a haber momentos de nuestra vida en los que vamos a tener que luchar, en los que vamos a tener que hacer unas cuantas brazadas para llegar a la meta, pero nunca solos, sino que de la mano del que ya venció. Para que un día podamos estar en la eterna gloria con él.
Por eso es muy importante, que aunque Dios está siempre con nosotros, dediquemos un tiempo para nosotros estar con él, renovar nuestras fuerzas, para luego poder afrontar nuestras adversidades y ayudar a otros en las suyas.
Una amiga un día me regaló una tarjetita que decía:
"Tu devocional es tiempo empleado en propósitos eternos, tiempo que se transforma en bendiciones diarias y eternas"
Podríamos decir vulgarmente, ¡Es la posta!
Te animo a que cada día tomes un tiempo para descansar en Dios.
Escrito por: Yazmín Florit
Muy lindo Yaz!
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