Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que domina su espíritu, que el que toma una ciudad. Prov. 16:32
Estas palabras las conocemos todos, pero pareciera que a la hora de ponerlas en practica muchas veces se las lleva el viento o hacemos oídos sordos.
La gente admira mucho a grandes lideres de la sociedad, movilizadores de las masas, generales, emperadores que han conquistado ciudades con grandes estrategias.
Hace poco leía un articulo; se evaluaba quienes fueron los mejores estrategas y conquistadores de la historia mundial, por su puesto el debate era bastante extenso pero los máximos referentes eran: el general Napoleón Bonaparte (Francia 1769) y el general José Francisco de San Martín (Argentina 1778).
Al principio la comparación me pareció un poco descabellada, pero ambos referentes tenían buenos argumentos, Napoleón contaba con mucho territorio conquistado, Pero el General San Martín contaba con muy pocos recursos y con tres países liberados y todo el esfuerzo que incluía ir a pie.
Es muy difícil encontar en la sociedad lideres natos para cualquier tipo de conquista, pero sabes que es mas difícil, encontar lideres de si mismos, controladores de su propio espíritu refrenadores de sus impulsos.
No por nada los sabios proverbios de Salomón hablan diciendo, el hombre que señoree sobre si, es mucho mas fuerte que el conquistador de una ciudad.
La palabra enseñorear en hebreo es la palabra mashal, que significa dominar, gobernar, tener control.
Se viene a mi mente el caso que cuenta la biblia de un hombre muy fuerte, nadie se le enfrentaba por nada, tenias que estar loco para desafiarlo.
Se llamaba Sansón (Jueces 13) la biblia habla de él como un hombre nazareo, los nazareos eran hombres escogidos por Dios de los cuales mientras eran preparados para servir, navaja no tenia que pasar por su cabeza, Sansón fue Nazareo de nacimiento.
El era un hombre muy fuerte cuando se enojaba, mataba decenas de hombres sin compasión ni control, mucho menos era capaz de refrenar su espíritu.
Un día, una mujer filistea (mujer prohibida para un nazareo) le conquistó el corazón, el fuego que ardía adentro de él era mayor que su misma fuerza.
Las consecuencias de no refrenarse fueron haber quedado sin ojos, sin fuerzas, sin Dios y enterrado bajo los escombros de un castigo que el mismo buscó...
Como ciudad derribada y sin muro, es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda. Prov. 25:28
Cuando Nehemias reconstruyó las murallas derribadas de Jerusalén tardó 52 días, un tiempo record, todo se debió a una simple motivación, cualquiera que entre a tu ciudad es capaz de destruirte.
Así es un hombre que no domina su espíritu, cualquiera puede usar eso en contra tuyo y tu peor enemigo tiene nombre y apellido (....................................) Escriba en la anterior linea de puntos su nombre.
Si, sos vos, porque en pecado fuimos concebidos, tenemos naturaleza pecaminosa, tendencia a pecar.
Quien no se refrena muchas veces sus impulsos comete adulterio o fornicación
Quien no es capaz de refrenar su ira muchas veces termina en contiendas y peleas.
Quien no pude abstenerse de ir a altas velocidades, puede terminar con su vida.
Quien no refrena su lengua puede perder amistades.
Quien no calma su espíritu termina como Sansón...
La vida y las circunstancias muchas veces son como caminos estrechos de curvas cerradas, rara vez vas a poder doblar si vas rápido.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2º Timoteo 1:7
Bendito Dios por su gracia al ayudarnos a enfrentar esto; Primeramente quien se sabe refrenar NO ES UN COBARDE, nunca va a faltar aquella persona que te incite a dejarte llevar, y cuando digo nunca es nunca, puede que estés solo pero las voces se escuchan igual."
Quien se controla es alguien sabio que se ahorra problemas, Dios no te ha dado un espíritu de cobardía sino de poder y por sobre todas las cosas un espíritu de disciplina.
Muchas veces el problema de no saber autocontenerse está en que no estamos llenos de ese espíritu, vivimos un estado emocional o sentimental, y no servimos a Dios de corazón, no tenemos esa llenura.
Es necesario todos los días pasar tiempo con Dios, hablar con Él, adorarle en oración, escuchar que tiene para decir en su palabra y meditar cada día en su voluntad.
Erróneo es pensar que se puede controlar los impulsos con concentrarse, menos si se trata de un pecado cuyas raíces son inmensas. Es un trabajo de disciplina en el señor, un trabajo de oración.
Escrito por: Joel Martinelli
MUY, pero MUY BUENO!
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