viernes, 1 de febrero de 2013

¡Abre mis ojos!


"Cuando te sientas desamparado, recuerda, Dios todavía está en control."
“Al día siguiente, Abraham se levantó de madrugada, tomó un pan y un odre de agua, y se los dio a Agar, poniéndoselos sobre el hombro. Luego le entregó a su hijo y la despidió. Agar partió y anduvo errante por el desierto de Berseba. Cuando se acabó el agua del odre, puso al niño debajo de un arbusto y fue a sentarse sola a cierta distancia, pues pensaba: «No quiero ver morir al niño.» En cuanto ella se sentó, comenzó a llorar desconsoladamente.Cuando Dios oyó al niño sollozar, el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del niño. Levántate y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación.» En ese momento Dios le abrió a Agar los ojos, y ella vio un pozo de agua. En seguida fue a llenar el odre y le dio de beber al niño. Dios acompañó al niño, y éste fue creciendo; vivió en el desierto y se convirtió en un experto arquero” Genesis 21:14-20

Agar: En el medio de un desierto. Sin agua que tomar. Llorando. Su problema parecía no tener solución. Estaba convencida de que su hijo iba a morir. Todo parecía estar mal.
En la vida todos pasamos por situaciones parecidas a la situación de Agar. Situaciones que pueden desanimarnos, entristecernos, lastimarnos, hacernos perder nuestra esperanza. En esas situaciones podemos llegar a pensar que Dios no está con nosotros en ese momento, que se olvidó de nosotros, que no entiende lo que sentimos, que ya no nos ama, y muchas cosas más. ¡Se nos nubla tanto la vista que nos olvidamos que Dios está en control de todo lo que nos pasa!

En medio de ese dolor, el hijo de Agar clamó a Dios, Él lo escuchó, y dice la Biblia que en ese momento Dios le abrió los ojos a Agar, y pudo ver el pozo con ese agua que tanto necesitaba para su hijo.

Cuántas veces, en medio de esas situaciones, ¡nos quedamos con los ojos cerrados! Nos olvidamos de que Dios está ahí, no vemos ni entendemos lo que nos pasa, buscamos el “por qué” de todo eso, y no el “para qué”.
Quiero decirte, que si alguna vez te encontrás en una situación donde parezca no haber salida, le pidas a Dios que abra tus ojos, para que puedas ver y comprender lo que El está intentando hacer en tu vida a través de lo que te está pasando (A veces Dios no cambia nuestra situación porque está buscando cambiar nuestro corazón!). Para que te ayude a entender que quizás es una prueba que El te puso para que la superes y puedas aprender algo más, y así crecer. Para que, más allá de que no comprendas del todo cuál es el propósito de Dios, tengas fe en que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien...

“Los ojos del SEÑOR están sobre los que hacen lo bueno;
    sus oídos están abiertos a sus gritos de auxilio.
Pero el SEÑOR aparta su rostro de los que hacen lo malo;
    borrará todo recuerdo de ellos de la faz de la tierra.
El SEÑOR oye a los suyos cuando claman a él por ayuda;
    los rescata de todas sus dificultades.
El SEÑOR está cerca de los que tienen quebrantado el corazón;
    él rescata a los de espíritu destrozado.
La persona íntegra enfrenta muchas dificultades,
    pero el SEÑOR llega al rescate en cada ocasión.”
Salmo 34:15-19 (Nueva Traducción Viviente)

Que Dios te bendiga y pueda abrir tus ojos en cada una de esas situaciones :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario