martes, 13 de noviembre de 2012

Decisiones Impulsivas:

(1 Samuel 25)
Todavía David no había llegado a su reinado, pero ya tenía un pequeño pueblo, UN EJÉRCITO; y se le presenta una situación peculiar.
“25:4- Y oyó David en el desierto que Nabal esquilaba sus ovejas.
5- Entonces envió David diez jóvenes y les dijo: Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi nombre,
6- y decidle así: Sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes.
7- He sabido que tienes esquiladores. Ahora, tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado en Carmel.
8- Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia en tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.
9- Cuando llegaron los jóvenes enviados por David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David, y callaron.”

En aquel tiempo, la cordialidad entre personas tanto conocidas como desconocidas era prácticamente una ley! Se trataban como hermanos (Podemos recordar la historia del Buen Samaritano y como este hombre trató a una persona desconocida y lastimada como a sí mismo)
Pero David recibe una respuesta no esperada, un rechazo SECO, FRÍO.
“10- Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores.
11- ¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?”
Cuando recibe la noticia, a David se le alteran las neuronas! SE LE SUBE LA MOSTAZA!!
Y aunque la biblia no lo describe, lo debe haber puesto loco, ya que resolvió en ese momento ir y destruir a Nabal y todo lo que tenía. (Versículo 34)
La historia termina bien gracias a Abigail, la esposa de Nabal, que con astucia logra que David no llegue a su objetivo…

Pero quería hacerlos pensar: ante situaciones límites, ¿reaccionamos de forma precipitada que luego tomará forma de una cadena de heridas sin final?
La persona impulsiva no mide las consecuencias de sus actos. ¡No podemos dejarnos llevar por la amargura, el resentimiento, el dolor! Tenemos al Espíritu Santo! ADUEÑEMOSNOS de los Frutos del Espíritu que están en nosotros! (Heb 12.11)
Cuando te dicen que cuentes hasta 100, HACELO. Si no te alcanza, contá hasta 1.000 y sino hasta 1.000.000
Pero NO DEJES QUE LOS IMPULSOS te ganen! En esos momentos de euforia NO SABES LO QUE DECIS! Herís, dividís, lastimas, mentís, comprometes…
Hoy te desafío que ante CADA PROBLEMA, AGRESIÓN, etc que se te presente, TE DETENGAS, PIENSES, PIDAS AYUDA A DIOS y TOMES DESICIONES SABIAS y no alocadas; que piensas LAS CONSECUENCIAS de tus decisiones.
Que tengas una linda jornada J Bendiciones!
Escrito por: Josu Cot M.

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